Messi, la bestia pop

En menos de una semana, Lionel Messi lo dio vuelta todo. Primero por decisión de terceros, luego por las riendas que supo agarrar con inteligencia y destreza. Messi y todo lo que estaba a menos de tres metros de su existencia fueron noticia, tendencia en redes sociales y picos de récords que el fútbol ya extrañaba. Sin embargo, el mundo Messi dejó de ser solo fútbol hace tiempo y en estos días la flamante figura del deporte francés renovó su estatus de ícono de época.

“Ici c’est Paris” fueron las palabras que lució el astro del fútbol sobre una remera blanca en la tarde que aterrizó en su nueva ciudad. Es el lema del PSG y significa algo tan simple como “aquí está París”. Pero allí estaba el mejor jugador del mundo y del otro lado de las pantallas millones de usuarios convertían a la capital francesa en uno de los términos más buscados en Google. Trends es una herramienta con la que se puede medir tendencias de búsquedas en internet, es decir, intereses que tienen las personas sobre un tema en particular, en un momento específico, y el 10 de agosto “París” tuvo su pico máximo al menos en Argentina. Barcelona quedaba atrás, como quedará también en la intención de los millones de niños y jóvenes al elegir su club favorito en las consolas, las redes sociales y en toda una industria digital que ahora despliegan los clubes europeos. Esa generación quería saber más sobre la ciudad que albergará al club de las estrellas. No buscaron “Arco del Triunfo” o “Louvre”, porque probablemente esa masa de curiosos recién ahora comenzará a descubrir las particularidades de la “Ciudad luz”.

Los íconos de una época hacen justamente eso, conectan universos culturales que quizás eran imposibles de imaginar en una generación. A principios de los setenta otra figura argentina supo traer el arte francés a través de la cultura popular, pero no fue con la pelota sino con la guitarra eléctrica. Luis Alberto Spinetta editó “Artaud”, un disco solista pero que tuvo que llevar los créditos de Pescado Rabioso, con el que acercó el poeta de principios de siglo a jóvenes en un clima de época marcado por la emergencia del rock en español, la contracultura y la violencia política.

Pero la locura Messi fue por más a pocas horas de despertar la curiosidad de los millennials. Un día después de la presentación del jugador en el PSG, la generación que vio jugar a Maradona, y que probablemente no necesitó googlear “París”, se vio obligada a buscar a un tal “Ibai Llanos”. Los usuarios no entendían quién era ese español robusto, atrevido y con barba que se animó a decirle a Messi que no tenía fuerza para firmar una camiseta. Ibai fue el primero en entrevistarlo en su nuevo club y no lo hizo para el medio francés más importante o para la cadena de deportes con mayor alcance mundial, lo hizo para Twitch. En pocos minutos cosechó más de 300.000 espectadores en vivo, al mismo tiempo que el 10 de la Selección argentina debutaba en la red social que está transformando los hábitos del consumo audiovisual de una manera inédita.

Así como “París” fue tendencia, “Ibai” lo fue el 11 de agosto en Argentina. Fue el día con el pico de búsqueda más alto en toda su historia. De esta manera Messi, el jugador, estaba renovando a Messi, el símbolo. Con la frialdad y el cálculo con los que suele esquivar defensores, entendió que comenzaba una nueva etapa en su carrera como futbolista pero también como figura de la cultura popular. Al día siguiente se coló en la transmisión de Coscu, uno de los streamers más importantes de Argentina y Latinoamérica, con más de 73 millones de visualizaciones en Twitch y más de 4 millones de suscriptores en YouTube. Y como si eso fuese poco, el sábado se sacó una foto con Bizarrap, el productor musical argentino que no para de sumar millones de reproducciones en Spotify.

Las plataformas tienen su dinámica marcada por estaciones, cambios de algoritmos, intereses políticos y momentos en que la naturaleza sacude las estructuras digitales. Pero la pasión también hace lo suyo en un universo tan racional y matemático. La locura que está desatando Messi no solo bate picos numéricos, sino que tiene un alcance que quizás no pueda ser medido solamente con reproducciones o tendencias. El deporte, que cada tanto nos regalaba un Maradona o un Jordan, hoy renueva a una bestia popular consciente de cómo se mueven los más jóvenes en el consumo de espectáculos deportivos. Pero Messi además, obligará a los más grandes a conectar con un universo desafiante para él mismo. Otra vez, de eso se trata. Las figuras de una época nos incomodan, nos interpelan y nos enseñan. Disfrutemos y aprendamos entonces.

Comentarios