San Martín: el reencuentro que soñaron todos

El día en el que volvieron los hinchas a La Ciudadela, tras 575 días, San Martín ganó un partido clave. Sin mostrar su mejor cara, fue contundente y superó 3 a 1 a Gimnasia con goles de sus tres centrodelanteros. El equipo sacó chapa en el momento justo.

NO ENTRÓ EN SINTONÍA. Sinisterra no tuvo un buen desempeño y fue reemplazado en el minuto 59. NO ENTRÓ EN SINTONÍA. Sinisterra no tuvo un buen desempeño y fue reemplazado en el minuto 59. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA

El festejo de gol de Lucas Cano, en el amanecer del segundo tiempo grafica muchas cosas. Ni bien sentenció a Tomás Giménez, con un derechazo seco y cruzado, el punta se llevó la mano derecha a su oreja, y con la mano izquierda pedía que sus fieles alzaran la voz. Claro, el grito popular estuvo contenido durante más de un año y medio y volvió a aparecer por Bolívar y Pellegrini en el momento más deseado por todos los “santos”.

Además, fue el desahogo de un San Martín que no podía pegar el grito sagrado desde hacía 316 minutos y sirvió para que el “Santo” pudiera abrir un partido “chivo”, de esos que son casi obligatorios para sacar adelante para transformarse en candidato serio de un torneo.

Ayer, en el reencuentro con su gente, San Martín volvió a sonreír y plantó bandera. Dijo “acá estoy” y dejó en claro que no piensa bajarse de la lucha por el primer objetivo. Le sacó el jugo al empate de Almirante y a las derrotas de Tigre y Quilmes, se subió al segundo puesto de la zona A (está tercero sólo por diferencia de gol) y marcó la cancha de cara a la recta final del campeonato.

Los tres puntos cotizan más que nunca porque los dirigidos por Pablo De Muner se reencontraron con la victoria en el momento justo, contra un rival directo en la lucha por los primeros puestos y porque el triunfo llegó en una tarde en la que el equipo no logró concretar una de sus mejores producciones.

Desde el inicio, el “Santo” tal vez sitió la presión con el regreso del público. La ansiedad por sumar de a tres se transformó casi en un arma inmanejable; sobre todo durante la primera mitad, en la que el equipo pareció jugar con el freno de mano puesto ante un rival que tenía bien estudiado el libreto a llevar a cabo.

Durante ese lapso, sólo se destacó un remate desde afuera de Tino Costa; muy poco para un equipo con sueños de grandeza. Por el contrario, la posesión y el juego fue propiedad casi absoluta de un Gimnasia que hacía todo bien hasta llegar a las cercanías del área local.

Pero con la charla del entretiempo, San Martín cambió de manera profunda y contundente. En el segundo tiempo salió decidido a asegurar el triunfo, sabiendo que otro resultado no le servía para nada.

Golpeó de entrada y, pese a esa distracción (un mal marcaje a la salida de una pelota parada) que significó el 1-1; no bajó los brazos nunca. Con el corazón en la mano y una pequeña dosis de fútbol, logró rápido la ventaja y se dedicó a cuidarla con uñas y dientes.

Los puntos negativos de la jornada estuvieron de mitad de cancha hacia atrás porque pese a tener la ventaja en el bolsillo, el juego siempre le fue cuesta arriba a San Martín. En ningún momento encontró la manera de neutralizar la estrategia de ataque del “Lobo” y, en varios pasajes, sufrió más de la cuenta ante un rival que sabía que no podía irse de La Ciudadela con las manos vacías porque eso le iba a restar chances en sus aspiraciones.

También, al “Santo” le faltó algo de tranquilidad para sentenciar el duelo mucho antes porque, por uno u otro motivo, falló demasiado en las terminaciones de los contragolpes. Claro que el 3-1 llegó gracias a una salida rápida, a un mejor control orientado de Emanuel Cuevas y a un toque sutil de Lucas González casi sobre la línea de sentencia.

Ese tanto desató el delirio de los hinchas, que festejaron como si nunca hubieran visto en vivo y en directo a su equipo; y hasta hubo tiempo para que pidieran que Ignacio Arce se hiciera cargo de un tiro libre con el tiempo cumplido.

“Estoy contento por la personalidad que mostró el equipo”, dijo el DT minutos después de 3-1, chocho de la vida porque los tantos llegaron gracias a transiciones rápidas, algo que él tanto pregona.

El carnaval volvió a La Ciudadela. El “Santo” volvió a pisar fuerte y parece estar decidido a ir por todo.

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