“Todo lo que sabemos es como trascendido, y es que una persona llegó a una de las galerías, lugar donde ella estaba trabajando. Esta persona, no sabemos por qué motivo, comenzó a forcejear con otra en la puerta. En algún momento, previo o durante ese forcejeo, le dispararon”, dijo Gustavo Campos, cuñado de Mariela Márquez, la joven de 34 años que fue asesinada de un disparo en la cabeza ayer a las 10 cuando trabajaba en una oficina de Aconquija al 1.100, de Yerba Buena. Por este crimen fue aprehendido Gerónimo “Largui” Helguera, de 29 años.
El hombre se convirtió en la voz de una familia que estaba destrozada en la puerta del hospital Padilla, donde, a esa hora, Mariela aún luchaba por su vida en la sala de terapia intensiva.
“Nos dirigimos inmediatamente a verla cuando nos informaron que había recibido un disparo en su trabajo. No sabíamos que era en la cabeza hasta que llegamos al lugar”, contó Campos minutos después de escuchar el parte médico que le indicaba que su cuñada estaba en grave estado, inducida al coma farmacológico y asistida con respiración mecánica. “Estamos esperando porque está en estado muy grave, está en manos de Dios”, agregó el vocero de la familia.
Los médicos Rodolfo Díaz Sal y Rocío Reyes Cano, del área de neurología del Padilla, hicieron todo lo que su ciencia les permitía para intentar estabilizar a Márquez.
Campos insistió en que no comprenden cómo es que Mariela terminó sufriendo tan letal ataque. “No sabemos si ella conocía al agresor. Estamos esperando que la investigación policial nos pueda responder eso y otros interrogantes. Tampoco sabemos quién es la persona que hizo esto ni por qué tomó una actitud así con otra persona que sólo estaba trabajando en la limpieza de la galería, como así también trabaja limpiando casas, consultorios y estudios jurídicos y contables. Ella vivía de eso para que no les falte nada a sus tres hijos”, dijo el cuñado de la víctima.
“Llevaba menos de un año trabajando en las galerías y no tenemos respuestas por el momento, esperamos que alguna autoridad nos las dé cuando se sepa”, concluyó el hombre, que comenzaba a verse afectado por el llanto de sus familiares.
Márquez, según informaron sus parientes, tenía tres hijos menores de edad. “Ella eran el sostén de la familia. No sé qué pasará con esas criaturas porque ella los criaba sola”, explicó una allegada de la familia que se acercó hasta el hospital para apoyarlos.
El corazón de la trabajadora se detuvo finalmente a las 22.20, según confirmaron fuentes policiales. El dolor se apoderó de todas las personas que esperaron en vano que se produzca un milagro.