Tucumán Rugby, un campeón que fue de menor a mayor

El "Verdinegro" le puso fin a una espera de seis años con un gran final de temporada. En la final, logró romper el cerrojo defensivo de Natación y sellar su triunfo por 30-6.

EL FESTEJO. Tucumán Rugby coronó una temporada formidable con el título del Anual. EL FESTEJO. Tucumán Rugby coronó una temporada formidable con el título del Anual. LA GACETA / FOTO DE FEDERICO ESPÓSITO VÍA MÓVIL

La escena ocurrió a un costado de la cancha, ajena a la mirada de las aproximadamente cuatro mil personas que observaban atentamente lo que ocurría dentro de ella. "Se nos va a dar. Al final se nos va a dar", se decían entre sí dos jugadores de Tucumán Rugby cuando a la final le quedaban unos pocos minutos y el triunfo "Verdinegro" ya era irreversible. Para entonces, ambos ya habían sido reemplazados y esperaban con ansias el momento de salir disparados hacia el centro de la Caldera para abrazarse a sus compañeros. Quiénes eran es lo de menos; lo saliente de la escena es la dificultad de ambos (con varios años en Primera) para creer lo que estaba a punto de suceder, pese a que se trataba del desenlace más lógico a la luz de lo ocurrido en los últimos dos meses: que Tucumán Rugby iba a ser campeón. Lo consiguió ganándole 30-6 a Natación en cancha de Lawn Tennis.

Bajo esa incredulidad se escondía una euforia contenida durante mucho tiempo. Seis años de espera se hacen largos para un club como el "Verdinegro", grande en estructura, más que saludable en cantidad de jugadores, profesante de un rugby dinámico y desplegado, pero más habituado a jugar finales que a ganarlas en las últimas dos décadas en Primera. De hecho, ya la vez pasada había tenido que bancarse nueve años con la garganta seca hasta la obtención del bendito Regional 2015. Sí, la verdad es que dos títulos "grandes" en los últimos 15 años suena a muy poco para los méritos que ha hecho el segundo club más ganador del NOA, que con la corona del Anual 2021 (el primer torneo tucumano largo desde 1998) ya suma 22, recortando la distancia con Universitario (24).

Si bien permanecía muy fresco el recuerdo de la goleada sobre Natación en la final del Clausura, ocurrida hace menos de un mes, está claro que la final del Anual se pareció mucho más a la del Apertura, en la que todo fue mucho más parejo. Y esto ocurrió por mérito de Natación, que a pesar de las importantes bajas que sufrió desde entonces y de las desgastantes batallas que debió superar para abrirse paso hacia la final definitiva, se jugó el resto para ejecutar el único libreto que podía funcionar contra Tucumán Rugby: defender con muchísima agresividad, tratando de ahogarle la salida de la pelota y pescarla cada vez que fuera posible.

Lo logró durante casi todo el primer tiempo, merced a una impresionante entrega de sus forwards, que marcando al límite del offside y a veces un poco más allá, lograron interrumpir el circuito de generación de juego de Tucumán Rugby. Prueba de eso es que al "Verdinegro" le tomó 27 minutos acercarse (no cruzar, acercarse) a la línea de 22 rival, cuando en sus cinco partidos anteriores ya había sacado una ventaja casi irremontable en el resultado en los primeros 20 minutos de partido.

Eso sí: atacó poco, pero no desperdició nada. Las dos veces que cruzó mitad de cancha, facturó. Primero con un penal de Jorge Domínguez y luego con una individualidad (otra más) de Matías Sauze, que recibió la pelota en la punta, tiró el kick hacia adelante, se subió a la moto y lo definió el mismo. Picantísimo lo del wing a lo largo de toda la temporada, en la que apoyó 11 veces y de la que fue el tryman.

Salvo por ese arrebato de Sauze, Natación había defendido sin fisuras en la primera parte, pero también se había encontrado con una defensa muy firme del otro lado. De hecho, se apostó mucho al kick al fondo a la espera del error rival para ir a presionar. Los hubo, de ambos lados, pero no hubo espacio para cruzar por tierra. Los penales de Santiago Rodríguez para Natación configuraron ese 10-6 parcial para Tucumán Rugby.

Hasta ahí, más allá de la desventaja, el asunto pintaba un poco mejor para los "Blancos". De la final anterior habían aprendido que la única forma de defenderse contra Tucumán Rugby era con la pelota. Pero el equipo de José Macome entró enchufadísimo al segundo tiempo y en cuatro minutos estiró su ventaja con el try de J. Domínguez, figura clave en la estructura del campeón, por conducción y también por precisión en los disparos a la H. En la final tuvo cinco intentos y acertó todos.

Tucumán Rugby comenzó a ganar continuidad en el juego y Natación a sentir el desgaste. La balanza comenzó a inclinarse de manera irreversible. Así y todo, los dirigidos por Pablo Bascary y Diego Vidal jamás bajaron los brazos. Siguieron tackleando con las fuerzas que le quedaban y hasta lograron forzar un trypenal, luego anulado por offside por el árbitro David Costilla a instancias del TMO. Eso terminó por desmoralizar a Natación y agrandar a Tucumán Rugby. Desde ese momento, ambos supieron que ya no quedaba más por hacer que esperar. De todas maneras, el "Verdinegro" buscó el golpe de nocaut y lo consiguió a poco del final con un try penal. El último de los 76 tries que anotó la "Macometa" en un Anual que lo vio ir de menor a mayor hasta quedarse con todo.

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