Argentina: al Mundial, por anticipado

Argentina igualó sin goles el clásico con Brasil en San Juan, pero gracias a resultados de otros partidos pudo lograr el objetivo de llegar a Qatar 2022.

LUCHA EN LAS ALTURAS. “Cuti” Romero, que se fue lesionado en el segundo tiempo, disputa la pelota con Militao, mientras Alex Sandro sigue de cerca la jugada. LUCHA EN LAS ALTURAS. “Cuti” Romero, que se fue lesionado en el segundo tiempo, disputa la pelota con Militao, mientras Alex Sandro sigue de cerca la jugada. REUTERS

Los clásicos son clásicos y si no se los puede ganar, tampoco hay que perderlo. Lionel Scaloni como Tité probablemente le dijeron a sus jugadores esas palabras antes del inicio del partido, porque a juzgar de los 90 minutos, se puede rescatar la intensidad y la pierna fuerte. No mucho más.

Toda la desorganización que se vivió en los días previos con la venta de entradas y la llegada de la Selección a San Juan, quedaron en el olvido y el día del juego fue soñado. Un sol a pleno acompañó a los miles de simpatizantes que se hicieron presentes en el “San Juan Bicentenario” en una jornada que empezó con mucho viento y terminó con bastante frío.

Pierna fuerte, mucho diálogo y poco juego, pero Andrés Cunha también fue responsable de que el partido no haya sido vistoso. El uruguayo dejó pegar y hablar demasiado. Los jugadores se aprovecharon de lo permisivo que fue el juez y el juego fue muy cortado. Cuando se cruzaron Cristian Romero-Vinicius, Nicolás Otamendi- Raphinha o Leandro Paredes- Fred saltaron las chispas. Cuando Lionel Messi buscó a Giovani Lo Celso o Ángel Di María, hubo una pequeña ilusión de buen fútbol. Pero hasta ahí nomas, cuando cualquier futbolista se deshacía de uno, llegaba otro a chocar y romper la jugada. Así, una y otra vez.

Una de las últimas jugadas de ese período dejó sin partido a Lautaro Martínez, que fue reemplazado por Joaquín Correa y una de las primeras del segundo período sacó de la cancha al “Cuti” Romero (ingresó Germán Pezzella), modificaciones obligadas, como la de Paredes por Lisandro Martínez, que cambian los planes de cualquier DT. Y en la segunda etapa continuó el juego brusco. Rodrigo De Paul con Lucas Paquetá y Pezzella con “Vini”. En ese período el árbitro intentó poner mano dura con algunas amarillas, como para que el partido no se le termine yendo de las manos. Pero no hubo caso, el juego no mejoró y la fiesta solamente estuvo en las tribunas y al final del partido, cuando el círculo central se convirtió en escenario improvisado para que Ulises Bueno y Los Totoras animaran la fiesta. El frío y el flojo partido hicieron de las suyas y los fanáticos decidieron abandonar rápidamente el estadio, perdiéndose la fiesta musical.

Argentina recién asumió la responsabilidad del partido cuando se dio cuenta de que podía ganarlo. Brasil cedió protagonismo y durante casi todo el segundo tiempo se dedicó a dejar transcurrir los minutos. El empate en San Juan para mantener el invicto cerraba; mantener el invicto en las Eliminatorias fue el premio que vino a buscar y lo consiguió.

El elenco de Scaloni quería asegurar su boleto a Qatar y también cumplió su objetivo, aunque no de la forma que lo imaginaron los protagonistas. “Sabíamos que iba a ser de esta manera, un partido trabado, difícil de jugar”, señaló Messi apenas terminó el encuentro. Y tiene razón, aunque si Argentina se animaba más, el triunfo parecía al alcance de la mano.

El rosarino llegó con lo justo al cotejo y no se lo vio bien desde lo físico. A los 38 minutos del primer tiempo, luego de perder la pelota en ataque y correr varios metros para dar una mano a los defensores en la recuperación, “Leo” se inclinó, manos en la rodillas por algunos segundos. Fue en ese momento en que la gente se encendió una vez más, como toda la tarde, para alentar y venerar al “10” y el “Messi, Messi, Messi” que sonó varias veces en San Juan.

El 0-0 le quedó bien al partido, Brasil tuvo la más clara, pero el travesaño le negó el gol. Los hinchas que agotaron las 25.000 localidades se llevaron de la ciudad cuyana el recuerdo de haber visto a los campeones de América y no mucho más. Acaso lo más relevante fue una delicia de caño de Di María y la clasificación al Mundial que llegó al final de la noche, por resultados de los otros partidos.

La sumatoria de resultados permitió la clasificación

Antes de que comience la fecha 14, Argentina necesitaba una combinación de resultados que parecían muy improbables.

Todo empezó con la derrota por 3-0 de Uruguay en su visita a Bolivia. El resultado empezó a despejar el camino argentino. Luego Perú fue por los tres puntos ante Venezuela. Logró un 2-1, que hacían más compleja la chance, porque el equipo de Ricardo Gareca mantenía opciones matemáticas de alcanzar a la Argentina. Cuando el equipo de Lionel Scaloni ya estaba jugando con Brasil, llegó una buena noticia: el empate 0-0 de Colombia ante Paraguay. Con ello, Colombia y Perú quedaban a 12 puntos, con 12 en juego. Y entre sí tienen que medirse en la próxima fecha, con lo que uno de los dos ya tenía imposible alcanzar a la Argentina, que entonces se aseguraba al menos el quinto puesto, el del repechaje. Con un triunfo ante Brasil, llegaba la clasificación directa. Pero no pudo ser y había que seguir esperando por otro resultado que “ayude”: el del partido que jugaban Chile y Ecuador en Santiago. Y el equipo de Gustavo Alfaro lo hizo: ganó 2-0 y dejó a los chilenos sin chances de alcanzar la línea de Argentina. A las 23.10, pasó a integrar la lista de clasificados, con cuatro fechas aun pendientes, y un partido suspendido ante Brasil.

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