En una semana, en Tucumán hubo 200% de aumento en contagios

Los casos positivos de covid-19 escalaron de 545 por día en el mes de diciembre, en promedio, a más de 3.000 en la primera semana de enero.

07 Enero 2022

Argentina está atravesando su tercer pico de contagios. Las cifras alarman: 95.159 nuevos casos se reportaron en las últimas 24 horas en el país, y 3.082 en Tucumán. En los últimos días de diciembre comenzó el alza del número de contagios, se pasó de 545 casos por día a más de 3.000 en menos de una semana.

La provincia tuvo el primer pico de casos positivos a mediados de octubre de 2020 con más de 1.300 casos por día, mientras que en el segundo pico, que se evidenció entre la segunda mitad de mayo y la primera de junio de 2021, marcó 1.200 positivos por día. En diciembre los contagios dieron un salto de un día para otro, pasaron de 596 el 27 a reportar 1.090 al siguiente. Es decir, que entre el último pico registrado y el actual hubo un aumento del 150% en cuanto a casos.

La poca previsibilidad en el comportamiento del virus parece dejar obsoleto cualquier análisis a largo plazo. Según datos publicados desde el Ministerio de Salud provincial, los índices de letalidad en Argentina el 24 de diciembre de 2021 marcaban un porcentaje del 1,9% y para el 2 de enero de 2022 descendió a un 0,5%. La CFR (Tasa de letalidad por sus siglas en inglés Case Fatality Rate) es un indicador de la virulencia o gravedad de una enfermedad. Comparado con el año pasado, en esta misma fecha, la tasa de letalidad en el país marcaba un porcentaje del 2,1%, mientras que en este mes se registró una tasa del 0,5%.

El decrecimiento en muertes está estrechamente ligado a la disminución de hospitalizaciones por casos graves. Es por el operativo de vacunación que se extiende a lo largo del país que más del 83% de los argentinos ya se encuentran vacunados. No obstante, desde la Sociedad Argentina de Infectología remarcaron que más del 80% de los pacientes que se hallan internados en salas de terapia intensiva son personas no vacunadas.

Pero, ¿a qué se debe este drástico aumento en el número de casos y el descenso en los fallecimientos? Gustavo Costilla Campero, Jefe de Servicio de Infectología del Hospital Padilla y ex vicepresidente y actual miembro de la SADI (Sociedad Argentina de Infectología), explicó a LA GACETA que es una situación multifactorial que comenzó la primera semana de diciembre y que tuvo su origen en la introducción de nuevas variantes. “Si bien la Delta fue la que dio inicio a esta nueva ola, y todavía la variante Ómicron no la desplazó, las infecciones que estamos viendo son de ambas cepas; las cuales tienen un alto grado de transmisibilidad ya que poseen un número de reproducción básico muy alto: de 5 a 10, es bastante similar a lo que ocurre con el virus del Sarampión”, dijo.

Agregó que otro factor determinante de esta nueva ola es el período pre-sintomático del contagiado. Es decir, que si la persona no tiene ningún síntoma, eso no significa que no transmita. “Existe un periodo de 48 horas como mínimo en el cual la persona ya está contagiada pero no aparecieron síntomas; ese individuo ya empezó a transmitir y por lo tanto está exponiendo a terceros. Si en las 48 horas antes del test positivo estuvo sin cumplir las medidas de prevención como el uso de barbijo, en reuniones sociales y familiares, es muy probable que ya haya contagiado a varios”, detalló el médico.

Un último factor determinante que menciona Costilla tiene que ver con el momento de relajación durante el 2021. “Algunos medios y políticos declaraban que estábamos en el comienzo del fin de la pandemia, es por ello que a mediados de noviembre, cuando se comenzó a ver el descenso de casos pero que no llegamos a cero, se produjo un relajamiento total de las medidas de control. Por lo tanto se declaró el no uso del barbijo, se abrieron las actividades sociales a nivel masivo y se permitió el ingreso y egreso de viajantes”. Además, sostuvo que los contagios actuales son producto de las reuniones por las fiestas de fin de año. “Esa interacción de varios factores hace que el pico este subiendo y tal vez dentro de cuatro a seis semanas estemos llegando al tope, ya que la mayoría se habrá contagiado y de alguna manera esa persona no volverá a tener inmediatamente una infección. Eso irá deteniendo el contagio”, señaló.

Se estima que el pico alcanzará su cúspide a fines de enero y que de allí comenzaran a descender los contagios. Además, algunos especialistas sostienen que la masividad que se observa en los centros de testeos es sólo el principio y que hay que prepararse.

Por su parte, Costilla dijo que la llegada del pico depende de la cantidad de personas susceptibles, es decir, de personas que aún no se manifestaron. “A las 100.000 personas infectadas, que son las positivas testeadas, hay que sumarle por o menos cinco veces más. Esto hace que la prevalencia de la infección cada vez sea mayor en la comunidad. Se considera que más del 30% de la población está siendo infectada y llegará a más del 50%”, explicó.

¿Cómo inciden las vacunas en la tasa de letalidad?, se le preguntó. Dijo que de acuerdo a la información difundida por las autoridades sanitarias, las vacunas no tienen impacto en la transmisión, sino en la salud del individuo. Es decir, que no evita el contagio pero sí la gravedad.

También señalo que se comprobó que los vacunados con dos o tres dosis y sin comorbilidades pueden infectarse pero no evolucionaran a cuadros severos.

“Una de las características de la variante Ómicron es que tiene una mayor afinidad por las células respiratorias del tracto superior, es decir, la garganta y menos afinidad por las células pulmonares, lo que no significa que no las afecte, pero en menor grado. Los vacunados sin comorbilidades están haciendo cuadros de dos o tres días porque están vacunados. Presentan síntomas leves como febrícula, dolor de garganta, algún dolor lumbar y rinitis mocosa pero en 48 están bajando el cuadro, a veces duran 5 días pero son de cuadros cortos”, señaló, e insistió en que ambas variantes implican los primeros cinco días un alto nivel de transmisibilidad y los otros cinco días va decreciendo, pero no significa que no sigan contagiando.

“Estamos en medio de la tormenta. No hay otra manera de mitigarla. A nivel internacional piden restricciones, si fuera así tendríamos que aislarnos absolutamente todos porque nadie puede decir que no está infectado hasta que se demuestre lo contrario”, concluyó Costilla. (Producción periodística Graciela Di Vico)

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