14 Febrero 2022
Foto de Archivo / LA GACETA
El kilo de pan aumentó entre el 10% y el 20% y el precio del francés ronda en Tucumán entre los $75 y $220, dependiendo del barrio y de la panadería, tal como se había anticipado la semana pasada.
Con respecto a estas variaciones en el precio, Fernanda Zóttola, secretaria de la Cámara de Panaderos, explicó que principalmente se debe a los costos fijos que tiene cada empresa, como la cantidad de empleados contratados y la materia prima que emplean, y a las habilitaciones. Denunció que hay competencia desleal entre las panaderías porque algunas están en la ilegalidad y no cuentan con permisos ni pagan impuestos y que esto termina impactando en el valor del producto.
“El 60% del precio final del pan son impuestos. La rentabilidad es cada vez más baja porque los precios son cada vez más altos. Tener que pagar esos impuestos es una injusticia. El panadero no tiene nada que ver y la gente no lo entiende”, dijo.
El último aumento había sido aprobado en noviembre del año pasado. LA GACETA recorrió almacenes y panaderías del microcentro y de algunos barrios. La mayoría de los vendedores y de los consumidores renegó de los nuevos precios. En los locales del centro los valores ya están actualizados, pero en algunos de los alrededores aún no.
Fátima Bravo, dueña de un almacén de Italia y Uruguay, vende el pan a $100. “Hasta hoy, el precio aquí no aumentó. Lo más que podría aumentar serían $20”, explicó; y aseguró que todavía espera el precio del distribuidor para ver si ella también lo aumentará.
Por su parte, María Ledesma, empleada, dijo: “La gente antes compraba más. Ahora compran de acuerdo al bolsillo. Nosotros no lo vendemos al precio sugerido porque es menos posible que se venda. Las personas compran pan para el día. Es rara la vez que llevan cantidad. El pan francés, el sanguchero y las tortillas son lo que más se llevan. Las facturas son para ocasiones especiales”.
Sandra Carrizo, vendedora, explicó que los clientes ya están al tanto del aumento, pero en su local el precio todavía no se actualizó y tienen el mismo precio desde el inicio del año.
Fernando tiene un local de comidas en su casa y, al ser consultado, expresó que los aumentos ya no le sorprenden. “Este aumento también impacta en mis productos y los clientes tampoco se sorprenden, los mismo se vende”, aseveró.
Valle Bustos, por ejemplo, ya estaba enterada del aumento, pero resignada aseguró que es un alimento primordial en su hogar. “En mi casa se consume muy poco pan por el precio, ya no compramos un kilo, ahora compramos menos”, manifestó.
Pablo Eduardo Giménez contó que por día compra entre un kilo y un kilo y medio e ,indignado, afirmó que aunque sabía del aumento, le parece "inaudito que cobren tanto un kilo” ya que la materia prima se fabrica en la provincia.
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