Las multas a quienes arrojan basura en la calle

22 Febrero 2022

Una singular circunstancia se ha dado en estos días en Tafí Viejo, donde sea comenzado a multar a quienes arrojan basura en la vía pública. Según relataron el intendente y sus funcionarios, en la primera quincena de febrero se labraron unas 120 multas que oscilan entre los $7.000 y los $15.000, con lo cual se espera que se genere compromiso de los vecinos con el cuidado y la higiene de la llamada “ciudad de las flores”, que en los últimos años se ha caracterizado, precisamente, por el tratamiento de los residuos y su reciclado. Esto ha derivado en un cambio de destino: de ser desechos se han convertido en elementos que tienen nueva utilidad y que incluso pueden ser parte de un sistema económico, por la producción de compost, así como ladrillos y combustible ecológicos, entre otras cosas.

Los residuos arrojados en la calle siempre han sido un problema de difícil manejo para los funcionarios. El área que abarca el Gran Tucumán ha tenido tradicionalmente, sobre todo en los sectores que dividen los municipios, gran cantidad de basurales clandestinos y los accesos a la Capital se han caracterizado incluso por el abandono y la basura. Todo esto ha llevado a que hace años se creara una oficina específica en el Gobierno provincial para hacerse cargo de la basura en los accesos y en la periferia e incluso se intentó destinar equipos policiales para ocuparse de quienes arrojan residuos en las calles. Las municipalidades -sobre todo la capitalina- han ocupado siempre equipos -personal y máquinas para levantar los basurales que se volvían a formar apenas habían sido limpiados.

Por esa misma complejidad que tiene el problema es que resulta de gran interés la experiencia que ha encarado Tafí Viejo con las multas, que se aplican mediante un sistema de cálculo y que, según su gravedad, pueden llegar a los $ 120.000. Lo primero que se ha señalado es que, antes de comenzar con las multas, se ha encarado una política ambiental seria y se la ha sostenido en los últimos años. “Para poder aplicar una multa de esta envergadura es necesario contar con políticas ambientales que nosotros tenemos y disponer de los dispositivos adecuados para que la gente no arroje los residuos a la calle. No solamente tenemos un servicio de recolección diferencial sino también contamos con puntos verdes. No hay ninguna razón para que los vecinos no procedan como corresponde”, dijo el intendente. En efecto, en esa ciudad han 65 puntos verdes, lo que indica que hay facilidades para los vecinos para depositar muchos residuos que les resultan problemáticos o, en todo caso, tienen dónde gestionar el destino de esos desechos y no arrojarlos a la vía pública. El Estado municipal traslada ese material y lo somete a un proceso de recuperación de tratamiento y finalmente se lo comercializa en distintos puntos del país. Todo este proceso implica una economía circular, cuya finalidad es fomentar la dinámica económica del municipio ya que los mismos empleados participan por medio de las cooperativas, según explicaron en la municipalidad.

“No es razonable que habiendo hecho esta inversión de infraestructura y de políticas públicas ambientales el municipio tenga que seguir limpiando las calles de las personas que desaprensivamente siguen arrojando basura en la vía pública, especialmente en los accesos de la ciudad”, afirmó el intendente, que enfatizó que “no es simpático recibir una multa por ensuciar la ciudad; pero está legislado en el Código Ambiental: este tipo de conductas no corresponden”.

Así las cosas, conviene seguir de cerca esta experiencia en pos de una ciudad limpia, que podría replicarse en otros municipios y en la provincia toda.

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