¿Qué dirá el Censo 2022 sobre los tucumanos?

¿Crecimos menos de lo esperado y hay cada vez más personas que se van de la capital? El impacto de la pandemia en los índices de natalidad y mortalidad determinará si habrá cambiado la esperanza de vida al nacer.

¿Qué dirá el Censo 2022 sobre los tucumanos?

Hace 12 años que no sabemos con exactitud cuántos somos. En 2010, Tucumán tenía 1.448.200 habitantes. Las estimaciones hacían pensar que en 2020 el censo iba a encontrar una población de más 1,6 millón. Pero pasaron cosas en el medio. Ese relevamiento, que era tan importante, debió suspenderse por una pandemia. Y esta crisis sanitaria sin precedentes dejó una huella en las proyecciones que tenían los demógrafos.

¿Habrá cambiado la esperanza de vida al nacer? ¿Habrá menos personas viviendo en el centro? ¿El crecimiento poblacional será más bajo que lo esperado? Estas son algunas de las incógnitas que se develarán a partir del 18 de mayo, la fecha oficial que tiene este año el Censo Nacional, dos años después de lo previsto.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) definió que, por primera vez, se podrá completar de dos maneras: con un cuestionario vía digital o de forma presencial, con los censistas, casa por casa. Raúl García, director de Estadísticas de la Provincia de Tucumán, dijo que están apostando a que la comunidad apoye el censo virtual. Este se realizará a partir del 16 de marzo y hasta el 17 mayo, entrando un link que más cerca de la fecha de inicio el Indec va a proveer.

En detalle

Primer dato que plantean los demógrafos: probablemente seremos menos de lo que se pensaba. El Indec proyectaba, en base a las tendencias de décadas anteriores y otros cálculos, que Tucumán tendría este año 1.734.118 habitantes (es alrededor del 16% más que en 2010).

Sin embargo, en la última década hubo varios cambios. Por ejemplo, disminuyó la cantidad de hijos promedio por mujer (tasa de fecundidad). Hasta 2016 el promedio era de 2,3 hijos por cada tucumana. Las proyecciones indican que esa tasa está cada vez más cerca de llegar a 2 (en 1955 había cinco hijos por cada tucumana en edad fértil).

Un dato que sí se sabe es que en el contexto de pandemia hubo menos nacimientos. En 2020 Tucumán registró una reducción sin precedentes del 21% en la cantidad de bebés que nacieron (en 2020, se anotaron 5.600 nacimientos menos que el año anterior y en 2021 la baja fue de casi 2.000).

“Los demógrafos hacemos proyecciones a mediano y a largo plazo. Pero a veces pasan cosas. Nadie había previsto una pandemia, por ejemplo”, señala Fernando Longhi, investigador del Conicet y docente de demografía.

Además de los nacimientos, hay que analizar qué pasó con la mortalidad, si hubo impacto en estos índices por efecto de la Covid (el llamado “exceso de muerte”).

“En el primer año de pandemia, algunos indicios nos dicen que a raíz de los confinamientos fallecieron menos personas por causas externas (accidentes de tránsito, por ejemplo) pero que podrían haberse incrementado las muertes por infecciones”, remarca Longui.

Ecuación compensadora

Si hubo menos nacimientos y más fallecimientos, la tasa de crecimiento poblacional se estrecha. Estas son dos de las variables de lo que se conoce como “ecuación compensadora”. Longui, del Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES), explica que esta es una fórmula demográfica básica utilizada para estimar el cambio total de una población entre dos fechas dadas. Además de las muertes y nacimientos, se evalúa la diferencia entre las migraciones y las inmigraciones, las cuales también según las noticias podrían mostrar algunos cambios.

Pongamos algunos ejemplos en base a datos proporcionados por el Registro Civil y Estadísticas Vitales. En 2019, la diferencia entre nacimientos y muertes en Tucumán fue de 15.115 (más nacidos que fallecidos); en 2020 bajó a 9.806 (con pandemia) y en 2021 fue de 11.858.

Sorpresas

“Creo que este censo nos puede llegar a sorprender. Tenemos los datos de 2010 y cuando tengamos los de 2022 tendremos que empezar a reconstruir todo lo que pasó en el medio”, adelantó. Algunas cosas que ya se están hablando entre los demógrafos, según Longhi, son estas:

1- Que el crecimiento poblacional no fue tan acelerado como se creía.

2- La pandemia puede haber impactado en las causas de mortalidad y en la esperanza de vida (“En Brasil, por ejemplo, bajó de los 76 a 72 años”, comentó).

3- Hay que ver qué paso con las migraciones internas: mucha gente dejó la ciudad para irse a vivir a otras localidades del Gran San Miguel de Tucumán o a sitios de veraneo como Tafí del Valle.

La demógrafa Nora Jarma aclara que el ritmo de crecimiento de la población viene con tendencia decreciente desde hace varias décadas. Si se profundizó o no este fenómeno con el coronavirus es algo que habrá que analizar en el censo, sostiene.

En 1980 la capital tenía 395.373 habitantes. En 1991 esa cifra pasó a 473.271. Es decir que la población aumentó el 16%. En 2001 ya había 527.601 (se agregaron 54.336 personas: el 10% más). El censo 2010 mostró un incremento demográfico de solo el 4%, lo que ubicó a San Miguel de Tucumán entre los departamentos que menos crecieron.

El censo 2022 arrimará confirmaciones y sorpresas, que las estimaciones vienen presagiando. ¿Serán las ciudades que rodean a San Miguel de Tucumán las de mayor crecimiento? Los demógrafos creen que sí. Lules, Yerba Buena y Tafí Viejo estarán entre los distritos que más aumentaron su población.

El relevamiento dirá, seguramente, que la capital creció en la última década por debajo del promedio provincial. También se cree que mostrará una ciudad con más gente viviendo sola, con más adultos mayores y con menos niños. Además, Tafí del Valle podría ser la sorpresa en cuando a crecimiento demográfico, anticipan.

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