César Soto, cada vez más cerca de ser enjuiciado

Hay indicios con los que cuenta el fiscal Carlos Sale para solicitar que la causa contra el ex novio de la víctima sea elevada a juicio.

MOMENTO HISTÓRICO. César Soto participó del segundo juicio como testigo, pero cuando se conoció el fallo, terminó como sospechoso. MOMENTO HISTÓRICO. César Soto participó del segundo juicio como testigo, pero cuando se conoció el fallo, terminó como sospechoso.

A 16 años del secuestro y el posterior crimen de Paulina Lebbos, la investigación no está paralizada. Y la pesquisa avanza en un solo sentido: dar con el autor del femicidio que sigue generando conmoción cada vez que surge un nuevo dato que alimenta la esperanza para que el caso no quede impune.  Y tanto es así que César Soto, la ex pareja de la estudiante desaparecida y asesinada el 26 de febrero de 2006, está cada vez más cerca de ser enjuiciado por el hecho.

Pocos se acuerdan de que el tribunal integrado por Rafael Macoritto, Dante Ibáñez y Carlos Caramuti, en un extensísimo fallo, había ordenado investigar a cuatro personas por el crimen. La lista estaba integrada por Soto, Sergio Kaleñuk, Esteban Gómez y Ernesto Atim (su situación procesal se informa por separado). Y el fiscal Carlos Sale, que fue el acusador en el maratónico segundo juicio, analizó la posibilidad de que la ex pareja de la joven haya cometido el hecho. “Existen elementos y por eso se lo acusó. Faltan detalles para que solicite que sea enjuiciado por el caso”, explicó el representante del Ministerio Público Fiscal en una entrevista con LA GACETA.

El investigador sostiene que encontró nuevos indicios sobre hechos de violencia que ejerció Soto sobre la joven los tres días previos a ser asesinada. Este rompecabezas pudo armarlo gracias a los testimonios aportados por Virginia Mercado, la última persona que la vio con vida, la hermana de la víctima, Marisa Lebbos y su madre Rosa Aragón, que falleció hace varios años.

- Jueves 23: ese día a la tarde, Paulina estaba estudiando con Mercado en su departamento. La salteña declaró en reiteradas oportunidades que Soto acosaba a Paulina telefónicamente para controlar dónde se encontraba y que eso le molestaba mucho. Por la noche, según lo que aparece en el expediente, la víctima fue interceptada por dos jóvenes corpulentos. De mala manera, le preguntaron qué hacía en ese lugar y si Soto estaba enterado de que ella no estaba en su casa.

- Viernes 24: Soto habló varias veces con su pareja para recriminarle dónde y con quién estaba. Las tres testigos coincidieron en señalar que fueron discusiones de alto tono.

- Sábado 25: Mercado insistió en que el joven siguió molestando a su amiga hasta momentos antes de rendir un examen. Durante la siesta, según explicó luego la madre, recibió decenas de llamadas de Soto, pero nunca le atendió.

- Domingo 26: Soto se pasó lavando ropa todo el día en su casa. Ese día llamó varias veces a la casa de Paulina, cuando nunca lo hacía. Se comprobó que la estudiante no recibió llamadas ni mensajes de él en su celular, que era el sistema que normalmente utilizaban para contactarse.

“Hay otras conductas que nos llevan a pensar que él ejercía violencia contra Paulina. Sabemos que una vez la tomó fuertemente del cuello, pero al analizar detenidamente el expediente, encontramos que los propios familiares del imputado informaron que él le escondía el paf cuando se enojaba con ella. Eso es gravísimo para una persona asmática”, explicó Sale, que confirmó que sólo quedan detalles para solicitar que la causa sea elevada a juicio. “Pero también hay una cuestión llamativa: él nunca se mostró preocupado por la desaparición de su pareja. Lo dijeron todos sus allegados. Pero hay algo más: mientras todo el mundo buscaba a Paulina, él iniciaba una relación sentimental con una compañera de trabajo”, comentó.

Las pruebas

Sale también informó que en los allanamientos que se realizaron en su departamento ubicado en la zona del parque 9 de Julio, se secuestraron numerosas prendas de vestir de Soto y un toallón que habría tenido manchas de sangre. “Lamentablemente, nunca se realizaron los peritajes. Y lo que es más grave, tampoco se puede hacer ahora porque no se conservaron correctamente las evidencias. Es más, ni siquiera podemos saber qué pasó con esos elementos. Desde hace años que se les perdió el rastro”, indicó.

La naturaleza también le dio una oportunidad a la Justicia para que se esclareciera el crimen. Pero también se la desaprovechó. En uno de los pantalones que se le secuestraron al imputado se encontraron restos vegetales similares a los que hay en la zona donde se encontró el cuerpo de la estudiante. Ese indicio nunca fue analizado y recién ahora se lo tiene en cuenta para fundamentar la acusación en su contra. “Mi teoría es que Paulina sí llegó a su casa y que él podría haberla matado y después llevó el cuerpo hasta ese lugar”, insistió Sale.

Soto fue visto por última vez el año pasado, cuando escuchó la acusación en su contra. Asistido por una defensora oficial que luego renunció, el joven contó que había formado familia con otra mujer y que vivía en el sur de la capital.

“Nunca pude haberle hecho algo así, si a ella. La amaba con toda mi alma”, señaló en aquella oportunidad. Ahora quedó a un paso de ser enjuiciado.

Un pedido especial

Alberto Lebbos pide que se enjuicie a los encubridores

La lista es extensa, pero Alberto Lebbos, el padre de la joven asesinada, pretende que las personas que están sospechadas de haber cometido falso testimonio o realizado maniobras de encubrimiento (son más de 50) sean juzgadas cuanto antes. “Tuve una reunión con el secretario judicial del Ministerio Público Fiscal Tomás Robert, donde le expliqué mi preocupación porque estas causas siguen sin ser llevadas al debate oral. Entendió mis planteos y me dijo que acelerarán los procesos”, explicó Lebbos en una entrevista con LA GACETA. La mayor preocupación que tiene el padre de Paulina es la situación de José Jorge Alperovich. “Él tiene mucho que contar sobre lo que le pasó a mi hija. Ya no tiene fueros y los plazos procesales ahora se le ajustan como a cualquier otro ciudadano. Lo mismo ocurre con los otros acusados -señaló-. Insisto, cuando él se siente en el banquillo de los acusados se sabrá la verdad”.

El listado de testigos claves a ser sometidos a procesos

El listado de las personas a las que el tribunal solicitó que sean investigadas por falso testimonio o por haber realizado maniobras de encubrimiento está integrada por ex policías, amigos de Paulina, ex funcionarios, peritos, un barrabrava y civiles. Pero en esa nómina se encuentran nombres llamativos. La encabeza Virginia Mercado (foto), que fue la última persona que la vio con vida y que aportó datos para la imputación de César Soto. La perito Lilia Moyano también tiene un pedido de investigación sobre su espalda, pero ella fue testigo clave en el juicio en el que terminó siendo condenado el ex fiscal Carlos Albaca por el mal desempeño que tuvo al frente de la causa. Otro caso particular es el del ex ministro de Seguridad Mario López Herrera, que asumió en el cargo después de que se descubrieran irregularidades y lo mismo quedó involucrado.

El primer debate

En diciembre de 2013 fueron condenados el comisario Enrique García, el oficial Manuel Yapura y el agente Roberto Lencina, por haber fraguado las actas sobre el hallazgo del cuerpo de Paulina, ocurrido el 11 de marzo de 2006. En ese juicio surgieron nuevos indicios del caso.

Segundo debate

El ex secretario de Seguridad Eduardo di Lella, el ex jefe de Policía Hugo Sánchez, el ex subjefe Nicolás Barrera, el ex jefe de la Unidad Regional Norte Rubén Brito y el ex policía Rubén Brito fueron condenados por encubrimiento. Roberto Gómez, el único imputado por el crimen, fue absuelto.

Tercer debate

El ex fiscal Carlos Albaca fue el último condenado en el marco de esta interminable causa. Al ex funcionario judicial se lo encontró culpable de no haber realizado varias medidas que podrían haber facilitado el esclarecimiento del caso. Su ex secretario Emilio Salazar será investigado por falso testimonio.

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