Jefes de Estado llegan a Chile para la asunción de Gabriel Boric

El mandatario enfrentará grandes desafíos.

CON EL REY. Boric tuvo un encuentro un día antes de asumir como presidente de su país, con Felipe VI de España, en Santiago de Chile.  CON EL REY. Boric tuvo un encuentro un día antes de asumir como presidente de su país, con Felipe VI de España, en Santiago de Chile. REUTERS
11 Marzo 2022

SANTIAGO, Chile.- La toma de posesión del presidente electo de Chile, Gabriel Boric, estará precedida y sucedida por encuentros bilaterales entre el mandatario y varias delegaciones internacionales, encabezadas algunas de ellas por jefes de Estado.

Unas 16 autoridades de distintos países acudirán al cambio de mando, entre las que destacan el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso; el rey de España, Felipe de Borbón, la vicepresidenta del Gobierno español, Yolanda Díaz y el presidente argentino, Alberto Fernández. También estarán el presidente de Perú, Pedro Castillo; el presidente de República Dominicana, Luis Abinader; el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou; el presidente de Colombia, Iván Duque, y el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, entre otros.

El primero en llegar a Santiago fue Lasso, quien aterrizó este miércoles en Chile y declaró: “Es un honor estar en tierra chilena. Aprovecho este primer encuentro para enviar un saludo al pueblo chileno y celebrar esta ocasión tan importante para la democracia como es la transmisión de mando al presidente Boric”. Ayer, en la sede de la Alcaldía de Santiago, Abinader y Boric tuvieron el primer encuentro bilateral.

A sus 35 años, Boric se convirtió en diciembre en el presidente electo más joven y en el más votado de la historia chilena.

Ahora, deberá enfrentar desafíos tanto ante las fuerzas políticas tradicionales, que se alternaron en el poder en Chile durante 30 años; como en el frente interno. Llega al poder tras haber generado una alta expectativa en la población y habrá que ver si puede cumplirla.

Economía y conflictos

Sus principales tareas serán, apenas asuma, estabilizar una economía golpeada por la pandemia, aprobar una reforma tributaria, atender los problemas migratorios en la frontera con Bolivia y bajar las tensiones por el conflicto con pueblos originarios en la Macrozona Sur.

El nuevo gobierno deberá destinar especial atención al debate sobre la redacción de la Convención Constituyente, un proceso que finalizará con un plebiscito convocado, en principio, para septiembre. Esta consulta popular, según los analistas, puede convertirse en un buen termómetro para medir los primeros meses de funcionamiento de la nueva administración, que se define a sí misma como progresista.

A comienzos de año, una encuesta de la empresa Cadem mostró que el 46% de los chilenos piensa que al país “le irá muy bien” con el gobierno de Boric. Un 33% considera que el país tendrá un futuro regular y un 16% entiende que le irá mal.

La historiadora y analista Josefina Araos Bralic dijo, en una entrevista, que Boric deberá enfrentar en los primeros meses conflictos sociales agudos como la crisis migratoria en el norte del país y el problema con los mapuches; además de lidiar con las tensiones dentro de la coalición que lo llevó al poder.

“No hay que olvidar que Boric firmó el acuerdo del 15 de noviembre (de 2019) que abrió el proceso constituyente sin el aval de su partido y eso le generó muchas dificultades interna”, dijo en una entrevista con ARN.

Por lo pronto, los primeros gestos del nuevo mandatario muestran un perfil más popular que el de sus antecesores.

Chile no tiene residencia presidencial oficial. Boric eligió vivir en el barrio Yungay, una zona con comercios de cercanía y vida de vecindario, con edificios bajos y plazas con murales coloridos, en el centro de Santiago, en vez de en el lujoso oriente de la capital chilena, donde las amplias casas lejos del ruido de la ciudad están flanqueadas por la Cordillera de Los Andes.

Es una fuerte señal de los tiempos de cambio en la nación andina, donde ha aumentado la rabia en los últimos años por la marcada desigualdad y el papel de la élite gobernante en este fenómeno.

El ex líder de protestas estudiantiles prometió romper la tradición conservadora y orientada al mercado del país e impulsar una reforma social progresista, con un gabinete mayoritariamente femenino por primera vez en la historia local, un fuerte apoyo a los grupos LGBTQ y un enfoque en la lucha contra el cambio climático.(Reuters-Especial)

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