La imagen de Eldina Jaganjac rápidamente llamó la atención y se hizo viral. La mujer de 31 años, oriunda de Dinamarca, se dejó crecer las cejas y el bigote durante año. Luego se sacó una foto y la publicó Instagram.
En el posteo, Eldina contó que con el paso de los años comenzó a sentirse frustrada ante la expectativa que se les impone a las mujeres respecto a cuestiones como el vello facial. Fue entonces cuando decidió dejar de depilarse.
“Antes de dejar que mi vello creciera, sentía que había opciones extremadamente limitadas sobre cómo se suponía que debían verse las mujeres. En comparación con los hombres, se espera que gastemos mucho más tiempo y dinero en nuestra apariencia solo para ser considerados visualmente aceptables en la sociedad, especialmente cuando estás en espacios públicos”, dijo, en diálogo con el New York Post.
Así, se refirió a la exigencia social que hay en este ámbito para con las mujeres, algo que no se da con los varones. “Si un hombre no se afeita y no se depila las cejas, nadie se da cuenta ni comenta y no es nada fuera de lo común. Solía no sentirme cómoda al salir a la calle a menos que mis cejas fueran de tamaño pequeño, y no iba al gimnasio a menos que mis piernas estuvieran bien afeitadas. Ahora, opté por centrarme en las tareas y metas que necesito haber hecho y menos en cómo me veo mientras las hago y si le gusta o no a la gente”, sostuvo.
También relató el acoso que tuvo que vivir por las decisiones que tomó. “He tenido algunos comentarios groseros aquí y allá, pero muy pocos eran de adultos, más bien la mayoría venían de adolescentes. Es difícil a esa edad entender los roles de género, así que creo que ver a una mujer haciendo algo que se considera menos femenino los confunde”, contó.
Sin embargo, aseguró que ve su apariencia inusual como un beneficio, ya que “puede eliminar a las personas conservadoras” y quedarse “con las que verdaderamente valen la pena” rápidamente, usando sus cejas y su bigote como un “barómetro”.
Eldina afirmó que aceptar su vello facial ha aumentado su confianza y autoestima y que no le molesta en absoluto lo que otras personas piensen de su apariencia. “Mi decisión me ha ayudado a ser más abierta y creativa visualmente y a tener más coraje. Creo que deberías hacer lo que quieras hacer. Quiero transmitir el mensaje de que todos somos diferentes y está bien. Todas las personas, independientemente de su género, deberían tener derecho a hacer lo que quieran con su apariencia. No me importa lo que digan los demás”, concluyó.