En los últimos días ha surgido una nueva alerta sanitaria: un aumento inusual de hepatitis raras de origen desconocido en chicos de hasta 16 años. Mientras los distintos organismos internacionales intentan establecer la causa de la enfermedad, en Argentina se informó oficialmente el primer caso: un paciente de 8 años en el Hospital de Niños de la zona norte de la ciudad de Rosario, en Santa Fe.
El martes pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) notificó la existencia de 228 casos de hepatitis infantil de origen incierto en al menos 20 países, casi el doble de los reportados hace 10 días. Además, la entidad informó el caso de un fallecido y unos 17 trasplantes hepáticos por esta lesión.
Los primeros enfermos habían sido notificados por el Reino Unido. Luego, más países empezaron a detectar casos pediátricos de esta hepatitis aguda. Según se investiga, los cuadros podrían estar asociados con un virus que comúnmente causa gastroenteritis e infección respiratoria.
Con calma
¿Qué es la hepatitis aguda? ¿Qué se sabe de esta patología? ¿Cuáles son los síntomas? Lo primero que piden los médicos tucumanos consultados es calma. No hay un brote de la enfermedad y tampoco se trata de una patología que en todos los casos puede ser gravísima. Sin embargo, reconocen que todavía hay más dudas que certezas en cuanto a esta nueva cepa que estaría causando la hepatitis infantil en el mundo.
“Quiero llevar tranquilidad a la población. Nosotros en Tucumán tenemos casos de hepatitis todo el año”, aclara el gastroenterólogo pediátrico, Nicolás Rovati, que trabaja en el hospital Avellaneda, donde en la actualidad hay dos pacientes internados, pero con hepatitis virales comunes.
Rovati y la doctora Ana Palazzo, hepatóloga del Servicio de Gastroenterología del hospital Padilla, señalaron que no hay demasiada información sobre esta hepatitis aguda de origen desconocido. Si bien hay una hipótesis, que podría deberse a un adenovirus, nada está constatado, todo está en investigación.
Precisamente, en el Reino Unido se ha establecido una posible causa de la hepatitis infantil ligada a un alto porcentaje de los casos: el adenovirus, en concreto el F41. Los adenovirus 40-41 son una de las causas más frecuentes de gastroenteritis víricas en niños. Pero hasta el momento, según coinciden autoridades sanitarias, no era una causa conocida de hepatitis en chicos sanos y menos con una lesión que en un considerable porcentaje necesite trasplante.
¿Qué síntomas de esta hepatitis se han reportado?
Muchos casos tenían síntomas gastrointestinales, incluido dolor abdominal, diarrea y vómitos, e ictericia (piel amarillenta). La mayoría de los casos no tuvo fiebre. En ninguno se detectaron los virus comunes (A, B, C, D y E) causantes de las hepatitis agudas.
¿Qué es la hepatitis?
“La hepatitis es una inflamación del hígado. Es una enfermedad que se define con un estudio de laboratorio. Los análisis muestran que el paciente tiene un elevado nivel de transaminasas. Las causas que llevan a esa inflamación son muchas: pueden ser desde una infección por virus, por una intoxicación por medicamentos o sustancias, o puede ser autoinmune”, define Palazzo. En algunos casos, la infección puede tornarse crónica. “Hay que estar muy atentos y definir la causa de la hepatitis, porque hay tratamientos específicos para algunas causas”, apunta.
¿Por qué este brote de hepatitis en niños es considerado inusual?
Es un evento que está bajo investigación. “Hasta el momento, pruebas de laboratorio excluyen que sean casos de hepatitis virales conocidas. En algunos casos se ha visto que eran poscovid. Y en otros se constató una infección por adenovirus. El adenovirus es un virus común que está todo el año y que puede causar síntomas respiratorios o gastrointestinales”, explica Rovatti.
¿Cuándo se habla de hepatitis aguda?
“Cuando la inflamación ocurre de manera rápida y abrupta, hablamos de una hepatitis aguda. Es grave cuando puede llevar a la falla hepática, lo cual puede derivar en la necesidad de un trasplante de hígado o llevar a la muerte al paciente”, comenta Rovati. “El hígado es un órgano noble. Todo pasa por allí; es el encargado de filtrar todo, también de sintetizar proteína y generar nutrientes”, señala.
¿Por qué llaman la atención los casos que se han conocido recientemente?
Los adenovirus son virus oportunistas. En general, la infección tiene una duración limitada y no evoluciona a cuadros preocupantes, salvo en pacientes inmunocomprometidos. Sin embargo, ahora se ve que pueden generar daños en niños que previamente estaban saludables, apunta Rovati.
¿Esta situación podría estar vinculada al contexto de pandemia y encierro?
“Hay muchas cosas que se están investigando. Es cierto que los niños estuvieron encerrados mucho tiempo. Durante la cuarentena, la cantidad de infecciones bajó notablemente en la población infantil porque no tuvieron casi contacto con virus y bacterias. Es probable que hayan salido de esa situación con un sistema inmunológico perezoso que empezó a adaptarse de nuevo a la realidad. Y también están los que hablan de una mayor virulencia de las infecciones. O tal vez sean las dos cosas. Todas son hipótesis”, remarca el gastroenterólogo.
¿Podría estar relacionada esta hepatitis a la covid-19 o a las vacunas contra esta enfermedad?
“Con la vacuna no tiene nada que ver. En algunos casos de hepatitis se detectó la presencia del virus SARS-CoV-2, pero esta es una línea de investigación además de otras, como la del adenovirus”, indica.
¿Qué pueden hacer los padres para proteger a sus hijos?
“Primero que nada estar tranquilos. Por ahora el riesgo mundial es considerado bajo. Lo principal es estar atento a los síntomas, como diarrea o vómito, y principalmente si hay señales de ictericia, que es la coloración amarilla de los ojos y la piel, se debe buscar prontamente atención médica. Para la prevención, recomendamos tomar medidas básicas de higiene como lavarse las manos, cubrirse a toser o estornudar, todo lo cual sirve también para prevenir la transmisión del adenovirus”, dice Rovati. Por otro lado, recordó que las causas más frecuentes de hepatitis virales graves en pediatría (A y B) son prevenibles mediante las vacunas incluidas en el Calendario Nacional. El esquema incluye, para hepatitis A, una dosis aplicada a los 12 meses de vida (en personas nacidas a partir de 2004) y, para hepatitis B, tres dosis al mes y a los seis meses.
Estar alertas
Pedido de la sociedad de pediatría
La Sociedad Argentina de Pediatría les pidió a los médicos que estén alerta. En un comunicado dijo que se trata de “una hepatitis aguda grave con elevación marcada de las enzimas hepáticas e ictericia, acompañado en la mayoría de los casos por síntomas gastrointestinales previos que incluyen dolor abdominal, diarrea y vómitos. Y aclaró que la mayoría de los casos no presentaron fiebre. En ninguno de los casos confirmados se detectaron los virus comunes que causan la hepatitis viral aguda, como el virus de la hepatitis A, B, C, D y E, pero sí han sido detectados adenovirus en al menos 74 pacientes. El documento de la SAP detalla que en 18 casos ha sido identificado el adenovirus F 41, en 20 casos ha sido detectado el SARS-CoV-2 y en 19 casos ha sido detectada coinfección por SARS-CoV-2 y adenovirus. La SAP indica: “el adenovirus F 41 podría ser la causa de la hepatitis aguda, pero aún no se explica completamente la gravedad del cuadro clínico”. Podría ser la mayor susceptibilidad entre niños pequeños después de un nivel más bajo de circulación de adenovirus durante la pandemia, la posible aparición de un nuevo adenovirus, así como la coinfección por el coronavirus. Las tres hipótesis deben investigarse más a fondo, sostiene el texto.