Un médico del Hospital Nicolás Avellaneda quedó imputado acusado de amenazar con un arma de fuego a una enfermera. El Ministerio Público Fiscal (MPF) convocó hoy a una audiencia con el objetivo de legalizar la aprehensión, formalizar la investigación, formular cargos y requerir la medida de coerción de mayor intensidad en contra el sujeto.
La aprehensión se produjo el miércoles pasado, 8 de junio, cerca de las 9:30. Una hora antes, personal del destacamento policial del nosocomio se comunicó con la Comisaría 5, informando que habían recibido una denuncia de que un médico de ese lugar estaba con un arma amenazando a algunas enfermeras.
Según narró el auxiliar de fiscal, Guillermo Di Lella, la víctima y una pediatra de neonatología estaban en la unidad de terapia intensiva neonatal cuando ingresó el imputado, quien se desempaña como ginecólogo.
El profesional, de 66 años, comenzó a decirles que tenía enemigos dentro del hospital, pero que tenía con qué defenderse. En ese momento, extrajo de su cintura un arma de fuego con el propósito de obligar a la víctima a que se abstenga de seguir colaborando con la investigación caratulada como "personal médico a determinar sobre homicidio culposo por mala praxis, en concurso ideal con lesiones culposas", que tiene como víctimas a una madre y su hija recién nacida.
La mujer, de 29 años, ingresó al Hospital Avellaneda con un embarazo de 39 semanas y, por causas que se investigan, falleció el viernes 3 de junio. En tanto que la bebé se encuentra en estado crítico, internada en neonatología de ese centro de salud.
“Un hecho grave”
El auxiliar de fiscal solicitó la prisión preventiva del médico por 30 días. "Nos encontramos ante un hecho grave. Fue cometido por una persona de 66 años, es decir, con amplia experiencia de vida; médico, o sea con vasta instrucción para comprender la ilicitud de lo que estaba haciendo; blandiendo un arma de fuego en un hospital público, precisamente en el sector de neonatología, con el riesgo que esto implica, no sólo para el personal de salud, sino también para los bebés y madres que podrían estar en el lugar", consideró Di Lella.
Y añadió: “También debe agregarse que fue cometido en contra de una mujer con un rango inferior dentro del nosocomio, con respecto al imputado, lo que a nuestro entender obliga a aplicar perspectiva de género en esta causa”.
Por otro lado, la víctima se expresó cuando el juez dio la oportunidad de manifestarse. “El arma sí existió, la vi yo y otras dos compañeras”, aseguró la enfermera, y añadió: “Le tengo miedo a este señor, no lo quiero cerca, es lo único que pido”.
En la resolución, el magistrado rechazó la preventiva y, en cambio, dispuso el arresto domiciliario por un plazo de siete días, mediante la colocación de un dispositivo electrónico. Al mismo tiempo, impuso la prohibición de realizar cualquier acto de intimidación, amedrentamiento o amenaza respecto a la víctima y a cualquier persona que pudiera ser testigo en la causa. Por último, notificó al director del hospital para que arbitre los medios necesarios con el fin de evitar el contacto de las partes involucradas dentro del nosocomio.