Los ucranianos se resisten a ser rusos hasta en el Dombás, según un sondeo
Un estudio del Instituto Internacional de Sociología de Kyiv revela el rechazo mayoritario a la narrativa oficial del país invasor. El 73% de los ucranianos considera que la mayoría de sus compatriotas está en desacuerdo con que Rusia incorpore a Donetsk y Lugansk, las autoproclamadas repúblicas del Dombás
El presidente Volodimir Zelenski asegura que el autócrata Vladimir Putin y buena parte del mundo subestimaron el carácter y el nacionalismo del pueblo ucraniano, y que, por eso, en el extranjero sorprende tanto que su país no se haya rendido ante un enemigo militarmente superior como Rusia. Una encuesta de opinión llevada adelante en mayo confirma la postura del jefe de Estado: el rechazo a la narrativa del Kremlin creció a partir de la invasión y, pese a la devastación padecida, la mayoría de los ciudadanos quiere seguir perteneciendo a Ucrania, incluso en el Dombás, la región oriental que los rusos hoy casi controlan por completo.
Del sondeo del Instituto Internacional de Sociología de Kyiv (KIIS por sus siglas en inglés) se desprende que el 73% de los encuestados considera que la mayoría de sus compatriotas discrepa con la más que probable anexión de las autoproclamadas repúblicas del Dombás, Donetsk y Lugansk, a Rusia. Ese porcentaje se mantiene entre los ucranianos que residen en el este, zona sometida a un bombardeo feroz desde que las fuerzas armadas de Putin optaron por retirarse de las inmediaciones de Kiev.
Al momento de la encuesta, 19 al 24 de mayo pasado, la guerra ya había mostrado su rostro más cruento: más de seis millones de ucranianos habían abandonado el país y un número significativo se consideraba “desplazado interno”. Además, habían circulado las imágenes de la matanza de civiles cometida en Bucha (zona de las afueras de Kiev) durante una breve ocupación militar rusa. Según el informe de la entidad encuestadora, una empresa privada fundada en 1990 que es referencia en el rubro de los estudios sociológicos, la violencia acentuó la antipatía por el invasor y su creencia en un destino común.
“Al menos el 85% de quienes respondieron las preguntas consideró que la población rusohablante no está oprimida en Ucrania; que el país atacado tiene su propia historia larga de formación y una nacionalidad particular, y no es una creación artificial del poder soviético; que los Estados occidentales no quisieron ni provocaron la guerra en desarrollo; que la idea de que existe un Gobierno nazi es una fabulación; que la conflagración obedece al deseo de Rusia de conquistar a Ucrania, no por razones justas; y que los agresores apuntan en forma deliberada contra objetivos civiles y son responsables de esos crímenes”, refiere el Instituto Internacional de Sociología.
Patriotismo en alza
El sondeo de opinión pública comprende 2009 entrevistas telefónicas aleatorias con usuarios situados en todas las regiones de Ucrania, menos la península de Crimea anexionada por Putin en 2014. La encuesta fue planteada a mayores de 18 años residentes en el país y en áreas controladas por el Gobierno ucraniano al momento del estudio (los refugiados no intervinieron en la investigación). El KIIS refirió que en circunstancias normales el margen de error no podía superar el 2,4%, pero que, dada la situación de guerra, era posible una desviación mayor, aunque ese riesgo no afectaba la confiabilidad de los datos obtenidos acerca del estado de ánimo de la sociedad ucraniana.
El estudio recuerda que la población acumula al menos ocho años de exposición a la propaganda rusa debido a que el Kremlin inició una política de publicidad agresiva luego de tomar Crimea. Según el KIIS, la ola de desinformación montada para apoyar al movimiento separatista impactó en numerosas familias del Dombás. Un sondeo de la misma firma desarrollado en 2020 determinó que en algunas áreas del este hasta el 45% de los encuestados manifestaba actitudes favorables hacia Rusia. Ese porcentaje no hizo más que caer desde entonces: el declive se precipitó en los últimos tiempos luego de que el Kremlin reconociera las repúblicas en febrero, y ordenara la llamada “operación especial para desnazificar y desmilitarizar” a Ucrania. Días atrás, uno de los voceros de Putin informó la intención de llevar adelante un referendo popular para definir si Donetsk y Lugansk se sumarían o no a la Federación Rusa, tal y como ocurrió en su tiempo con Crimea mediante una votación muy cuestionada.
La última encuesta de KIIS solicitó a los ciudadanos consultados que indicaran su nivel de acuerdo o de desacuerdo con ocho pares de afirmaciones relativos a distintos aspectos de la guerra. Los enunciados abordan los temas disputados entre Rusia y Ucrania: la tolerancia o persecución hacia los rusohablantes; la existencia o inexistencia de la nacionalidad ucraniana; la posición de la mayoría de habitantes del Dombás acerca de la secesión; la postura de Occidente respecto de la conflagración; la versión sobre la instalación de un supuesto Gobierno filonazi en Kiev; las motivaciones reales de la invasión; el cumplimiento o la vulneración de las reglas de la guerra, y la responsabilidad respecto de la muerte de civiles.
Si bien en promedio el 85% de los encuestados expresó una opinión proucraniana, esa tendencia llega al 97% en las oraciones vinculadas a la nacionalidad ucraniana. Sólo el 2% contestó que se trata de un Estado artificial ideado por la Unión Soviética en el siglo XX mientras que el 1% respondió que le resultaba difícil decantarse por una de las alternativas posibles. La encuesta detectó que el nacionalismo es más potente en el centro y en el oeste del país que en el este y en el sur.
“Los indicadores son muy optimistas para Ucrania, especialmente por la decisión de contrarrestar el relato oficial de Rusia divulgado por la desinformación y la propaganda. Vale la pena recordar una vez más que, a principios de febrero, el 34% de los ucranianos tenía una buena actitud hacia Rusia. A comienzos de 2020, según uno de los índices, el 45% de la población podría incluirse entre los que manifestaban orientaciones rusas”, analiza el KIIS. Y agrega que hubo un cambio significativo en el sentimiento público, especialmente en el sur y el este: “esto obedece a la traición y a la crueldad de Rusia y de los rusos. Es decir, las agresiones se convirtieron en el argumento que convenció a varios ciudadanos ucranianos sobre la verdadera esencia de la Rusia moderna”.