Atlético consiguió lo que fue a buscar

Con un rendimiento más bajo de lo que venía mostrando, Atlético sumó un punto en Buenos Aires y guardó algo de energía para el partido ante Independiente, por la Copa Argentina

EN ALZA. Garay se asentó en el esquema titular de Pusineri. Parece afianzarse cada vez más por el lateral derecho.  EN ALZA. Garay se asentó en el esquema titular de Pusineri. Parece afianzarse cada vez más por el lateral derecho. Fotos de Matías Nápolis Escalero - Especial para La Gaceta

Un punto que suma. Es lo que se llevó Atlético de Parque Patricios, un empate a cero gracias a la efectividad de su esquema defensivo y ayudado por las falencias de su rival.

Este domingo, a diferencia de lo sucedido ocho días antes en el Monumental de Núñez, no hizo falta que Carlos Lampe se transformara en figura en el “Tomás Adolfo Ducó”.

Huracán, si bien fue superior en el primer tiempo, terminó languideciendo en el segundo y lejos estuvo de inquietar al arquero boliviano como sí lo había hecho River.

El valor de aquella y de esta igualdad se potencia por la victoria de entre semana contra Lanús, en 25 de Mayo y Chile. Y como demostraron las palabras de Lucas Pusineri y los rostros de sus futbolistas post partido, empatar de visitante le sienta bien a este Atlético urgido por sumar para no alimentar los fantasmas que lo acechan.

Es verdad que de haber vencido en la soleada y fresca tarde porteña del Día del Padre, hubiera quedado a cuatro puntos del “Globo” en la tabla del descenso. Pero todo no se puede.

Menos aún cuando la administración de cargas le hizo sentir (verbo que utiliza muchísimo) a Pusineri que era conveniente patear el tablero: dispuso cinco cambios de arranque en relación a la buena victoria sobre el “Granate”.

Alguno era previsible, como el regreso de Nicolás Thaller. Incluso tal vez el de Gabriel Risso Patrón.

Los otros tres, nada esperables: Joaquín Pereyra, Ciro Rius y Cristian Menéndez, que venían en buen nivel, fueron al banco para hacerles lugar a Gastón Gil Romero, Ramiro Ruiz Rodríguez y Eugenio Isnaldo, respectivamente.

Claro, la idea fue guardar piernas para el jueves, para el desafío de la Copa Argentina en Jujuy.

Quizá la movida fue necesaria, aun así, riesgosa. Porque más allá de la chapa del marcador, el rendimiento del “Decano” se contó entre los más pobres del ciclo de Pusineri, sobre todo en la primera etapa.

Huracán fue superior en posesión de pelota y en aproximaciones para romper el cero. El gol no sucedió por cierta tibieza del “Globo” a la hora de resolver. Ya antes del cuarto de hora, había avisado tres veces.

El “Decano” tiró su primer remate al arco recién a los 20. Y si generó peligro fue gracias a dos contras que encontraron mal parado al anfitrión y estuvo cerca de capitalizar.

Esa fue la estrategia de Pusineri, símil a la que le había dado resultado frente a River: esperar bien paradito en su campo y en cuanto se presentara la oportunidad, meter una contra filosa.

Afortunadamente para el “Decano”, a poco de regresar del intervalo su entrenador tuvo rápidos reflejos y mandó a la cancha a Matías Orihuela, Pereyra y Menéndez. El “Polaco” duró apenas cinco minutos en cancha (problema muscular, afirmó “Pusi”) y dejó su lugar a Ignacio Maestro Puch.

Con esas modificaciones -en particular, con el aporte de Pereyra- Atlético logró adelantarse en el campo y evitar que el equipo de Diego Dabove se lo llevara por delante como había anunciado en el arranque del complemento.

El “Globo” se desinfló y en paralelo aumentó el murmullo de desaprobación de su parcialidad en el “Palacio”.

Atlético siguió lejos del gol, por largos lapsos ni siquiera se aproximó al arquero Lucas Chaves. Pero tampoco sufrió demasiado, salvo con un par de salidas fallidas por abajo.

Lo más preocupante, en todo caso, fueron las lesiones de Menéndez y de Bruno Bianchi, genio y figura, quien logró neutralizar al publicitado uruguayo Matías Cóccaro.

Misión cumplida. En épocas de vacas flacas, todo punto suma.

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