El primer día de aplicación del nuevo sistema de estacionamiento pago en las calles de la capital pasó y generó diferentes opiniones entre los ciudadanos. Cuando LA GACETA recorrió las calles de la capital se encontró con un desconocimiento grande entre los transeúntes que dejaron su auto estacionado, incluso un trabajador municipal de tránsito no supo identificar bien en qué calles se aplicaba el sistema. Otros, en cambio, tenían claro que ya comenzó a funcionar y pagaron a través de la aplicación.
Estela Sassi se tomó su tiempo y estacionó sobre calle Corrientes. Antes de bajarse del auto sacó el celular, abrió la aplicación y pagó “en diferido” porque no sabía cuánto tiempo estaría su vehículo ahí. “Vamos a ver qué pasa... nunca me resisto a nada que sea tecnología”, dijo después de pagar virtualmente con la facilidad de alguien que ya tiene práctica.
“Creo que va a ser bueno, fue fácil el acceso. Cuando lo pague vamos a ver si es bueno o no”, agregó con una sonrisa para referirse al precio.
Alejandra Raska, de 33 años, no tenía idea que ya había empezado a funcionar el sistema. Se dio cuenta cuando, al estacionar, vio el cartel que indicaba el “estacionamiento medido”. “Vi el cartel entonces entré a LA GACETA para ver cómo era. Bajé la app y pagué”, contó.
“Está bueno que se empiece a hacer así. Se corta la “mafia” que había antes, esa forma tan abrupta que tenían algunos cuidacoches de pedir que se les pague. Me tocó vivir situaciones feas con algunos y esto lo pone en blanco y ordena la ciudad”, analizó.
Todas las personas (que ya habían usado el servicio) consultadas por este medio pagaron de manera virtual. Es que por la mañana aún no estaba habilitado el pago físico en los locales adheridos, que -dijeron- recién empezarían a cobrar en horas de la tarde.
“El sistema me parece perfecto, anduvo bien cuando lo usé. Ahora si va a servir el mecanismo no sé... Acá funcionó una vez el sistema de estacionamiento pago con empresas privadas y no sirvió”, advirtió Martín Zabaleta, que acababa de estacionar su auto y no tuvo problemas con el pago.
“Hay que ver qué pasa más adelante con los cuidacoches porque si no vas a tener que pagar dos veces: al sistema y a la persona que está en la cuadra”, añadió.
Inconvenientes
Como todo lo nuevo, esto tiene sus fallas. La primera queja fue de los frentistas, quienes indican que es demasiado elevado pagar un estacionamiento diario de más de 12 horas, que implicaría un gasto de $ 4.000 pesos semanales. Los que también pidieron soluciones fueron los enfermeros y trabajadores de la Salud que dejan sus vehículos estacionados por muchas horas todos los días.
“Esto recién se está implementando y se van viendo los problemas que se producen, que antes eran invisibles porque no estaban a la vista. Se le comunicó a la empresa las quejas y se comprometieron en pensar algo para solucionarlo”, dijo Enrique Romero, subsecretario de Tránsito de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, que fue uno de los apuntados a la hora de recibir las quejas de los ciudadanos.
“Con los frentistas -los que viven en un edificio sin cochera y estacionan en la vereda- la idea es hacer un abono mensual. Con los enfermeros no hay nada confirmado todavía, pero ya se piensan algunas alternativas”, aseguró.
En la mañana de ayer, además, la grúa que puso a disposición la empresa encargada de brindar el servicio levantó cinco autos. De todas formas, aclaró Romero, ninguno fue por haber eludido el pago, sino por haber estado mal estacionados. “Esto pasa porque la empresa se comprometió con la Municipalidad a ayudar en el ordenamiento de las calles”, indicó.
Perder el trabajo
José Alberto Amaya usa un chaleco amarillo fluorescente para indicar que es el encargado de cuidar los autos en esa cuadra. Pide que no permitan trabajar a la empresa rosarina del servicio o, en todo caso, que les consigan trabajo dentro de la empresa. “Hace seis años que trabajo acá, todo el mundo me conoce”, dijo.
José, de 40 años, tiene cinco hijos, desde los 18 años para abajo: “con este trabajo llevo la comida para mi familia”. Su esposa es empleada y con lo que ganan ambos les alcanza para vivir. Ahora le preocupa qué pasará si no puede trabajar más como cuidacoches.
“Además no es una empresa de Tucumán, entonces la plata se va para Rosario. ¿Por qué no se hace aquí, con todos estos trabajadores, y la plata queda en la provincia? Antes que la haga otra empresa mejor que quede aquí”, planteó.