Masacran a 40 prisioneros de guerra ucranianos

Kiev y Moscú se acusan por el bombardeo

ESCOMBROS. Producto del bombardeo en un presidio. ESCOMBROS. Producto del bombardeo en un presidio. REUTERS
30 Julio 2022

OLENIVKA, Territorio de Dombás.- Un centro de detención donde estaban confinados soldados ucranianos que se habían entregado en la planta Azovstal de Mariúpol fue bombardeado y unos 40 prisioneros murieron.

Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de estar detrás del bombardeo a la cárcel de la ciudad de Olenivka, en el territorio del Dombás, ocupado por separatistas pro rusos.

“Rusia cometió otro horrendo crimen de guerra al bombardear un centro penitenciario en la región ocupada de Olenivka donde mantenía retenidos a prisioneros de guerra ucranianos”, dijo el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, en Twitter.

“Las fuerzas armadas de Ucrania, que adhieren plenamente a los principios y normas del derecho internacional humanitario, nunca han llevado a cabo ni llevan a cabo bombardeos de infraestructuras civiles, especialmente en lugares donde es probable que se encuentren prisioneros de guerra”, aseguró el Estado Mayor ucraniano en un comunicado.

“De este modo, los ocupantes rusos persiguen sus objetivos criminales: acusar a Ucrania de haber cometido crímenes de guerra y encubrir las torturas de los prisioneros y las ejecuciones que llevaron a cabo allí”, aseguró el Estado Mayor ucraniano.

Rusia y los separatistas acusaron -a su vez- al ejército ucraniano de estar detrás del bombardeo. El ministerio ruso de Defensa afirmó en un comunicado que fueron disparos de un sistema de artillería Himars (un tipo de armas entregadas a Ucrania por Estados Unidos), alcanzaron por la noche la prisión y fueron responsables de la muerte de al menos a 40 personas.

El ministerio ruso precisó que la prisión albergaba, entre otros, a miembros del batallón de Azov, una división del ejército de Ucrania que ganó notoriedad por sus proclamas ultranacionalistas y su defensa de la ciudad de Mariúpol frente al avance de las tropas rusas, y al que Moscú señala se trata de una formación neonazi que persigue a los residentes ruso parlantes del Dombás.

La ocupación rusa en el este y sur de Ucrania será desafiada, según el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que viene anunciando desde hace semanas una ofensiva para recuperar la ciudad de Jersón, en el sur del país. Desde los primeros días de la invasión, iniciada el 24 de febrero, el Ejército ruso ocupa dicha ciudad, de unos 200.000 habitantes.

El experto militar estadounidense Michael Kofman del “Center for Naval Analyses”, piensa que si las fuerzas ucranianas tienen éxito, podrían imposibilitar otras ofensivas de ejército del Kremlin en dirección al puerto de Odesa, fundamental para la salida de granos de Ucrania, base económica del país.

Mediante ataques de artillería en el área de Jersón, Ucrania intenta sentar las bases estratégicas para el transcurso de la guerra hasta el otoño boreal, según la cadena alemana DW.

Si las fuerzas rusas resisten, sería un duro golpe para Ucrania, que podría costarle también mucho apoyo occidental. Pero el gobierno de Kiev puede contar con el respaldo de ciudadanos de Jersón. Al comienzo de los ataques, muchos de ellos se manifestaron ante la sede administrativa de la región, gritando consignas contra los ocupantes rusos.

El Ejército ucraniano destruyó tres puentes sobre el río Dniéper, en las cercanías de Jersón, usados por los rusos para el abastecimiento de sus fuerzas de ocupación, con el sistema HIMARS, que proporcionó el ejército de Estados Unidos como parte de la ayuda para Ucrania.

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