El “huracán Cristina” se lleva todo lo que se le atraviesa

EN JUJUY. Juan Manzur, Gerardo Morales y Gerardo Zamora, durante el encuentro de Norte Grande. EN JUJUY. Juan Manzur, Gerardo Morales y Gerardo Zamora, durante el encuentro de Norte Grande. FOTO TOMADA DE TWITTER.COM/JUANMANZUROK

El “huracán Cristina” paralizó al oficialismo. En realidad, la vicepresidenta de la Nación prendió ayer el ventilador y arrastró a todos con su verborrágica defensa frente a las acusaciones de los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola. “Tengo la condena escrita, con todo el sistema judicial… Deben estar poniéndose la servilleta, con el cuchillo y el tenedor”, remarcó ayer, trazando una línea -una más- entre aquellos que la siguen a ultranza y los otros que esperan que sea condenada por la Justicia. La ex presidenta de la Nación paralizó hasta al mismo Gabinete, con Alberto Fernández a la cabeza, que a coro defendieron a la socia mayoritaria del Frente de Todos, la de mayor peso político específico, la que -desde el Congreso- toma las decisiones de la administración actual de Gobierno.

Cristina sigue preguntándose al espejo por qué razón ella debe pagar todos los platos rotos, y no hay cuestionamientos hacia abajo, en aquello de deslindar responsabilidades en los funcionarios directamente involucrados en la firma de los documentos que avalaron las obras. Esa inquietud de la vicepresidenta pone nerviosos no sólo a Alberto Fernández o a Sergio Massa, actual ministro de Economía, que fueron jefes de Gabinete durante la administración cristinista. Esa ola también podría llevarse a Juan Abal Medina o al chaqueño Jorge Capitanich, que ayer, en San Salvador de Jujuy, denotó un rostro de preocupación y de enojo por el momento que vive la líder oficialista.

El “huracán Cristina” también quiere llevarse puesta a la oposición, más bien a los peronistas disidentes como Horacio Rodríguez Larreta, al macrismo y hasta a aquellos que fueron sus funcionarios, como el tucumano José López, de quien expuso contactos con el “hermano de la vida” de Mauricio Macri, Nicolás “Niki” Caputo.

El “factor Cristina”, asimismo, asoma además como una cortina de humo frente al ajuste que está impulsando el titular del Palacio de Hacienda y líder del Frente Renovador. Massa avanzó con la “prohibición de sumar personal comprende a las contrataciones por tiempo indeterminado, a plazo fijo, a tiempo parcial y de trabajo eventual; las contrataciones bajo el régimen de locación de servicios en forma individual y la contratación de empresas dedicadas a la prestación de servicios eventuales” en el sector público. La cuestión no es menor porque invita a las provincias a que transiten la misma senda del ahorro fiscal, con tal de cumplir la meta de 2,5% del Producto Bruto Interno (PBI) como límite para el déficit, algo prometido al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Lo que más preocupa a los mandatarios del Norte Grande es el impacto de las decisiones del tigrense en la obra pública a menos de un año de arrancar la campaña proselitista rumbo a las generales del año que viene. La 12° Asamblea de Gobernadores del Norte Grande tuvo llamativas ausencias ayer, como la del vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo tucumano, Osvaldo Jaldo, que envió en su representación al presidente subrogante de la Legislatura y vicegobernador interino, Sergio Mansilla. Jaldo se quedó a cumplir una agenda pendiente de actividades en la Casa de Gobierno. Sin embargo, el tranqueño no quiere ausentarse demasiado de la provincia frente a embates políticos permanentes. En la sede de San Martín y 25 de Mayo siguen con detenimiento el futuro de la concesión del estacionamiento pago en la Capital, más allá de que no atienda ese tipo de cuestiones municipales. A la iniciativa del intendente Germán Alfaro le siguen lloviendo presentaciones judiciales porque algunos litigantes consideran que el contrato está flojo de papeles. Un caso llamativo: hace 20 días en Jujuy entró en vigencia el mismo sistema, denominado “Vía Parking”. Involucra no sólo a empresarios nacionales, sino también a una cooperativa (16 de Noviembre), que agrupa a personas con capacidades especiales y que venían comercializando las boletas de estacionamiento en el servicio. En el inicio de actividades, además, le dieron a cada usuario una carga gratuita de $ 500.

Jaldo también está ajustando tuercas en el gabinete. Cree que algunas áreas siguen flojas y que se están manteniendo un statu quo. Pero, ¿qué más le ha molestado al gobernador interino para suspender el viaje que había programado la semana pasada con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, en la Casa Rosada? “Al tranqueño le brotó el gallego”, dicen sus allegados. Jaldo todavía recuerda las críticas del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, en su visita durante el 9 de julio junto con el jefe de Gobierno porteño. Sus colaboradores estiman que se trató de “una devolución de gentilezas”.

Manzur no hizo lo mismo. Acudió a la Asamblea de Gobernadores del Norte Grande, como lo viene realizando religiosamente, porque cree que su fortaleza política está en ese conjunto de mandatarios del interior. Pero el jefe de Gabinete tampoco le quería dar argumentos a Morales para que se victimice políticamente. Si lo hubiera hecho, la reacción natural del gobernador jujeño hubiese sido que la Casa Rosada no lo apoya y que no tiene igual trato para todas las provincias. Nada de eso sucedió, a pesar de que el gobernador tucumano en uso de licencia debió escuchar cómo parte del peronismo jujeño le sacaba facturas por haber acompañado al presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical sin una comisión de referentes locales del Frente de Todos.

La cumbre pasó sin pena ni gloria, en el absoluto hermetismo y con la misma agenda de siempre: el reclamo por más energía para esta parte del país, ahora en tiempos de segmentación tarifaria, y la redistribución de los subsidios al transporte público de pasajeros, que en gran medida queda en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). La reunión fue hermética. Capitanich, muy cercano a Cristina, prácticamente no habló. El mismo hermetismo han compartido dos de sus compañeros de ruta y cercanos al Instituto Patria: el santiagueño Gerardo Zamora y el formoseño Gildo Insfrán.

El peronismo aguarda que el huracán se calme. No dejará sola a la vicepresidenta, pero duda de que ella se convierta en una suerte de “Lula” da Silva hacia 2023.

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