Intento de magnicidio: la jueza sospecha que el agresor de Cristina Kirchner no actuó solo

Según fuentes judiciales, reconstruyeron cómo llegó y si lo hizo acompañado. Además, analizaron cámaras, y revisaron llamadas entrantes y salientes de Sabag Montiel.

INTENTO DE MAGNICIDIO. La jueza sospecha que el agresor de Cristina Kirchner no actuó solo. INTENTO DE MAGNICIDIO. La jueza sospecha que el agresor de Cristina Kirchner no actuó solo.
04 Septiembre 2022

Entre los investigadores judiciales que llevan adelante la causa por el intento de magnicidio contra la vicepresidenta, Cristina Fernández, cobra fuerza la hipótesis de que el agresor, Fernando Andrés Sabag Montiel, no actuó en soledad.

De hecho, la jueza María Eugenia Capuchetti decretó el secreto de sumario luego de analizar las imágenes de las distintas cámaras -públicas y privadas- que registraron lo sucedido el jueves por la noche, cuando Sabag Montiel gatilló una pistola muy cerca de la cabeza de la ex presidenta, sin que saliera la bala.

Fuentes judiciales contaron a las periodistas de La Nación, Candela Ini y Paz Rodríguez Niell que en los despachos judiciales ya reconstruyeron el camino del agresor: cómo llegó al lugar -la puerta del edificio donde la vicepresidenta tiene su departamento, en el barrio porteño de Recoleta-, y si lo hizo acompañado. Advirtieron, sin embargo, que se trata de información que buscan preservar. Añadieron que además del análisis de las cámaras revisaron las llamadas entrantes y salientes de Sabag Montiel.

En lo Tribunales de Comodoro Py, la jueza y el fiscal Carlos Rívolo tomaron declaraciones durante todo el día para avanzar con la investigación del atentado. También buscaron averiguar cómo ocurrió que el teléfono de Sabag Montiel se reseteó a cero.

Entre los testigos que desfilaron por sus despachos estuvo Mario Pablo Borgarelli -el amigo del agresor, que había dicho que creía que su plan era matar a la vicepresidenta- y los peritos que manipularon el teléfono de Sabag Montiel: dos especialistas de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y los de la Policía Federal Argentina (PFA), que intentaron desbloquear el aparato. La jueza consideró que no era necesario abrir investigaciones contra ninguno de quienes operaron el Samsung A50 desde que fue secuestrado.

Respecto del teléfono, los investigadores buscan saber por qué podría haberse perdido la información del Samsung, que mientras estaba en poder de los investigadores mostró la leyenda “formateado de fábrica”, lo que significaría que estaría reseteado a cero.

Según fuentes judiciales, el celular fue secuestrado apenas Sabag Montiel fue detenido, la misma noche del jueves, y entregado en un sobre cerrado, por la Policía Federal, al juzgado de Capuchetti. Los primeros expertos que intervinieron sobre el teléfono, durante las primeras horas del viernes, fueron de la PFA.

El sobre con el aparato fue abierto frente al personal del juzgado, y en ese mismo lugar los técnicos de la Policía lo conectaron a una computadora portátil para desbloquearlo con un software de origen israelí llamado UFED.

De acuerdo con lo que informaron, tras una serie de intentos de desbloquear la clave y extraer su contenido, concluyeron que el proceso no tuvo éxito, y se resolvió guardar el aparato en una caja fuerte del juzgado.

El viernes, cuando Capuchetti y Rívolo fueron a tomarle declaración indagatoria al imputado a la sede de la Policía Federal de la calle Cavia, en Capital Federal, le preguntaron si estaba dispuesto a desbloquear su celular. El imputado respondió que por el momento no y se negó a declarar.

Luego, el teléfono pasó del juzgado a manos de la PSA. La jueza Capuchetti envió un oficio, mediante el cual solicitó que personal experto de esa fuerza intente desbloquear el celular con una versión premium del UFED. Durante la noche del mismo viernes, la jueza hizo llegar, en un auto con su custodio personal, el celular en un sobre a la sede de la PSA en Ezeiza.

Allí lo recibieron técnicos de esa fuerza en un sobre papel madera que estaba abierto, según testificaron miembros de la PSA. Cuando lograron desbloquearlo, se dieron con que el teléfono estaba formateado a cero.

No se sabe todavía cómo ocurrió eso. Los investigadores manejan dos opciones: que lo haya borrado todo un usuario mediante una cuenta de Google asociada al teléfono -debería tener una clave para hacerlo- o que el aparato estuviera configurado con una opción que ante determinadas circunstancias -por ejemplo, determinado número de intentos por desbloquear el dispositivo- se formateara. Una tercera posibilidad es que se haya hecho de forma manual; pero en el Juzgado entienden, en principio, que eso no pudo haber ocurrido porque requiere que el aparato estuviera desbloqueado.

En el juzgado de Capuchetti afirman que nunca se cortó la cadena de custodia del aparato. “Confiamos en que el contenido se recuperará”, dijeron fuentes judiciales.

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