El Observatorio de Argentinos por la Educación realizó un informe llamado “juventud, educación y trabajo” donde se analizó que aumentó la cantidad de adolescentes que terminaron la secundaria, pero el acceso de ellos al trabajo de calidad se redujo. Además, compartió que la cantidad de mujeres jóvenes escolarizadas es mayor que la de los varones, pero a la hora de introducirse en el mundo laboral la situación se invierte. Cómo se explica esta diferencia en dos áreas tan ligadas; la educación y el trabajo.
Cifras dispares
“En 2021, el 92% de los adolescentes de entre 13 y 17 años estaban escolarizados en el nivel secundario. Además, el 72% de los jóvenes de entre 25 y 29 años se había graduado del nivel”, detalla el ensayo. En tanto, la situación laboral comprende un panorama diferente. “En 2006, el 40% de los jóvenes de 25 a 29 años con secundaria completa tenía un empleo de calidad. Hoy esa cifra es 33%”, informa. “Hubo una caída de aprendizaje en los últimos tiempos y, por supuesto, pos pandemia eso se agravó más”, explicó Martín Nistal, uno de los autores del ensayo y miembro del Observatorio.
Factor económico
Analizó que uno de los factores más relevantes es el nivel económico de las provincias. “La situación del país es buena, pero los niveles de terminalidad son muy distintos entre las provincias. En aquellas más ricas, como CABA o Córdoba, los niveles son bastante más elevados que en Chaco, Formosa o Santiago del Estero”, explicó. En este sentido, indicó que Tucumán está unos escalones arriba de estas últimas.
Paradoja educativa
Sin embargo, no todo está perdido. “Acceder a un trabajo formal parece ser una tarea muy complicada, pero estudiar sigue siendo beneficioso en Argentina. La educación sigue siendo un mecanismo de dignidad; la gente sigue pensando que es el camino para progresar en la vida”, remarcó Nistal. Además, sintetizó: “hay una paradoja, el país está mejor en términos de acceso a la educación, pero parecería que el mercado laboral los premia menos”.
María Laura Colque, gerenta de Esencial Consultora y presidenta de la Fundación para el Desarrollo Profesional, respondió a esto último. “Que la tasa de terminalidad haya aumentado puede estar dado por la cantidad de incentivos en planes sociales para poder terminar los estudios. De todas maneras, eso no garantiza la calidad de la educación”, argumentó. Según Colque, el objetivo de obtener el certificado al completar el ciclo parece estar primero que la calidad educativa. “Es por eso que hoy en día la cantidad de gente con títulos secundarios no logra alcanzar la calidad que algunos trabajos demandan”, dijo a LA GACETA.
Por otro lado, comentó: “también está y sigue apareciendo en los números la inequidad entre el varón y la mujer. Si bien vemos que, en algunos casos, los varones no logran terminar sus estudios porque tienden a ingresar más rápido al mercado informal, hoy en día el hombre gana un sueldo mayor que el de la mujer”.
Buscar soluciones
Nistal mencionó un tema que genera grandes debates en la educación. “La repetición de grado es un tema muy discutido, porque tiene efectos adversos importantes como el abandono escolar. Por más que a un chico se le exija que aprenda lo necesario para pasar de grado, si eso podría provocar que abandone la escuela, tal vez es una medida un poco drástica”, opinó.
Además, dentro del análisis es importante no distinguir entre colegios privados y públicos, ya que poseen diferencias entre sí. “Las escuelas estatales en Argentina albergan, en mayor medida, a chicos de ingresos económicos más bajos y las escuelas privadas a los de niveles más altos. Comparar así a las escuelas parecería ser un problema grande, ya que estamos comparando, por decirlo de alguna manera, chicos ricos contra chicos pobres”, dijo Nistal. Entonces, cerró: “en general, la educación está pasando por diversos problemas y hay que ir buscando soluciones”. (Producción periodística: Bárbara Nieva)