Día largo y convulsionado en el juicio contra Otto Barenbreuker (h), que enfrenta cargos por defraudación de derechos fiduciarios. Siete testigos, a lo largo de seis horas, prestaron declaración, con algunos cuartos intermedios de por medio.
El primero en hablar fue Mario Wajnerman, presunta víctima del fideicomiso de calle Las Heras. Él respaldó la versión de su esposa, María del Milagro Lastra Lobo, quien había declarado el miércoles. Afirmó que realizaron todos los pagos correspondientes y que el departamento en dúplex que adquirieron (7° y 8° B), que les fue entregado con demoras, estaba a medio terminar, en malas condiciones. También habló de la persecución que sufren hace años y de sus conflictos con Octavio Campero, incluso aseverando que el abogado lo amenazó.
Justamente, Campero fue otro de los que dio su testimonio. Era dueño de la propiedad que se ubicaba previamente en el lugar donde se construyó el edificio, y se la traspasó a Barenbreuker a cambio de departamentos, que pretendía destinar a sus hijos. Al día de hoy es él quien habita en el lugar, en un departamento en tríplex.
“En 2014, el señor Barenbreuker me dijo que no estaba en condiciones financieras de terminar el edificio. Me dijo también que los propietarios del 7°B debían dinero, y me acercó fotocopias donde se veía que la deuda era de cerca de $500.000”, sostuvo. Como abogado, ofreció conversar con Wajnerman para llegar a una solución, pero no pudo llegar a un acuerdo. “Me dijo que no iba a pagar absolutamente nada, y que si le quedaban deudas, las iba a pagar en 30 o 40 años”, expresó Campero. Contó que, actualmente, el matrimonio no paga absolutamente nada de expensas, y negó haber amenazado a Wajnerman, aunque sí admitió que tuvieron entredichos. ”Nos denunciamos recíprocamente”, reveló.
Justamente, con respecto al departamento del matrimonio denunciante, declararon otros tres testigos: los arquitectos Ana Laura Gómez Jacob y Carlos Alberto Sarcay, y la escribana Virginia Soberón. Los tres acudieron al lugar, en diferentes momentos, para realizar informes (los arquitectos) y un acta de constatación (la escribana). Concordaron en que el estado del departamento no era bueno, que estaba a medio terminar y que presentaba muchas fallas.
Durante la mañana declararon también los hermanos María Cecilia y Raúl Rey, fiduciantes del fideicomiso de la calle Córdoba 303, y quienes firmaron el “contrato madre” con Barenbreuker. María Cecilia Rey pagó más de $300.000 por cinco unidades, mientras que Raúl Rey pagó algo más de $800.000 por 10 unidades. En ambos casos, al igual que el resto de los fiduciantes de ese lugar, nunca recibieron nada, ya que el edificio no se construyó.
La solución propuesta por Barenbreuker fue transferir la propiedad a los fiduciantes. Algo que todos los fiduciantes aceptaron y firmaron ante un escribano público, con excepción de Delina Palomo. Según la versión de los hermanos Rey, la oposición de Palomo hizo que la transferencia no se pudiera concretar y eso los perjudicó, ya que al día de hoy no pueden disponer del terreno. (Producción periodística: Joel Katz)
La continuidad: el juicio no tendrá actividad hoy
Finalizada la sesión ayer, el Tribunal comunicó que no habrá audiencia hoy, ya que una del as juezas, la Dra. Stella Maris Arce, tiene otros compromisos laborales. La reanudación del proceso será el próximo lunes, desde las 9. Hasta ahora, 24 son los testigos que prestaron declaración, y restan otros 22 testimonios. El lunes declararán cinco integrantes del fideicomiso de calle Mendoza 45, finalizando así con las declaraciones de los fiduciantes.