La Selección, rumbo a Qatar: vamos con lo mejor, sin discutidos ni marginados

Caído Lo Celso, Scaloni hizo lo previsible: prácticamente repitió el plantel de la Copa América

SE JUGÓ UN PLENO. Se sabe que, desde lo físico y en el ritmo de juego, Paulo Dybala no estará 10 puntos en Qatar. Scaloni le dio luz verde al incluirlo en el plantel. SE JUGÓ UN PLENO. Se sabe que, desde lo físico y en el ritmo de juego, Paulo Dybala no estará 10 puntos en Qatar. Scaloni le dio luz verde al incluirlo en el plantel.

Sin incertidumbre ni morbo, apenas con un par de incógnitas (y no de las relevantes). Así de pacífico fue el proceso de depuración de la lista de 26 mundialistas, lo que habla bien de las seguridades del cuerpo técnico y brinda tranquilidad a horas del inicio del torneo. No hay un país futbolero clamando por alguna ausencia ni objetando presencias cuestionables. Están los que tienen que estar: van a Qatar los que tienen que ir. Un buen plantel como base para un buen equipo. Sin que sobre demasiado ni falte alguna pieza sustancial. Esto es Argentina.

Al único titular caído en batalla (Gio Lo Celso) debía sumarse un inexorable corte. No había tanto misterio: o Lionel Scaloni llevaba un defensor menos y sacrificaba a Juan Foyth o decidía fortalecer el fondo y excluir un delantero. Ahí quedaban dos cartas: Paulo Dybala en el caso de que el físico le cerrara la puerta o Ángel Correa. Pues bien, los defensores son nueve con Foyth adentro y Dybala da muestras de recuperación. Conclusión: Ángel Correa se queda sin Mundial. Una lástima por todo lo que le aportó al ciclo y por lo buen jugador que es. No lo ayudó ese pozo sin fondo a la vista por el que cae su equipo, Atlético de Madrid. Le queda, al igual que a Lo Celso, aguardar una revancha en 2026. Dependerá de ellos.

La lista le hizo un lindo guiño a la tucumanidad y por duplicado. Ahí van Exequiel Palacios y Joaquín Correa, herederos de una tradición que inauguró Alberto Chividini en el Mundial de 1930 y había continuado, hasta aquí, José Tiburcio Serrizuela en Italia 1990. Chividini era santafesino, pero sólo a los efectos de la libreta de enrolamiento. Por lo demás, se declaraba tucumano. Aquí se había criado. En el medio quedó el aporte del mejor futbolista que dio Tucumán: José Rafael Albrecht, presente en Chile 1962 e Inglaterra 1966. A Palacios y a Correa los corre la ilusión de sumar minutos en Qatar y para eso será clave aprovechar esta oportunidad que la vida les está brindando. Oportunidad que no es un regalo, sino la consecuencia de lo mucho que trabajaron para conseguirla. No es un dato menor.

Cada Mundial proporciona coloridas historias que ganan o pierden interés en función de cómo rinda el equipo. En 1978, César Menotti dejó afuera de la lista a un Maradona de 17 años. Después, alternativamente, se perdieron Mundiales jugadores como Ramón Díaz, Claudio Caniggia, Fernando Redondo, Juan Román Riquelme o Carlos Tevez. No es este el caso; no hay cracks marginados como sucedió en épocas anteriores. Será porque el fútbol argentino está viviendo con lo justo y porque Scaloni supo, hasta aquí, cómo sacarle el jugo a la calidad que subsiste -y no en abundancia- en las ligas europeas.

De nuestro enjundioso y poco vistoso torneo apenas llega a Qatar un representante: Franco Armani. Uno entre 26; todo un indicativo de la jerarquía que exhibe la competencia interna. Podrá retrucarse que en Brasil son tres de 26 los “locales” (Weverton, Everton Ribeiro y Pedro), pero la salvedad es que Brasil está en condiciones de armar dos planteles y ambos serían candidatos excluyentes a ganar la Copa del Mundo.

Cómo habrá sido de previsible para Scaloni el armado del plantel que es prácticamente el mismo que llevó a Brasil el año pasado para conquistar la Copa América. ¿Cuáles son las diferencias? Eran 28 jugadores en lugar de 26, con cuatro arqueros entre los que no figuraba Gerónimo Rulli (salen Juan Musso y Agustín Marchesín). Del resto, está Foyth en el lugar de Lucas Martínez Quarta y Enzo Fernández en el de Nicolás Domínguez. Y queda excluido, claro está, Ángel Correa. Lo dicho, aquí no hubo misterios ni elucubraciones ni volantazos.

Allá vamos entonces. Cinematográficamente arengados por Lionel Messi, con sangre tucumana fluyendo por las arterias albicelestes e invitados a creer en lo que viene. Hay plantel, hay equipo, hay una ansiedad tremenda.

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