LA GACETA en Qatar: ¡Qué pena, Ecuador! Adiós a un equipo que estaba para más

Castigo para los sudamericanos, a los que se le nublaron las ideas cuando más las precisaban.

INESPERADO. El rendimiento de Ecuador no fue el esperado y sus jugadores no pueden creer la eliminación de Qatar 2022. INESPERADO. El rendimiento de Ecuador no fue el esperado y sus jugadores no pueden creer la eliminación de Qatar 2022. REUTERS

Hay camisetas amarillas salpicadas aquí y allá. Hay lágrimas, rostros escondidos entre las manos, miradas perdidas en el vacío. Ecuador es un dolor colectivo que se refleja en el desconsuelo de sus hombres. Enner Valencia no puede creerlo, Piero Hincapié se agarra la cabeza. Pervis Estupiñan está de rodillas. Nadie quiere marcharse del estadio Khalifa, porque es el camino del definitivo adiós a Qatar. Pero ya no hay vuelta atrás para esta eliminación, decidida por méritos de Senegal, sí, pero también por culpas propias. Gustavo Alfaro y sus jugadores lo saben y por eso tantos lamentos. A Ecuador le alcanzaba el empate para acceder a octavos de final, pero nunca hizo pie en el partido y el 1-2 significó la primera eliminación de un equipo sudamericano en Doha.

La definición del Grupo A se ajustó a la más estricta lógica. Países Bajos era el candidato de fierro a ganar la zona y cumplió, aunque muy lejos del brillo de otras épocas. La previsible victoria por 2-0 sobre los anfitriones le aseguró el primer puesto, con un agregado: la satisfacción que significa para Cody Gakpo haber marcado goles en los tres partidos de la Copa. No se esperaba mucho del seleccionado de Qatar, pero su fracaso fue más allá de cualquier pronóstico agorero. Además de haber perdido todos los partidos y de no haber anotado goles, Qatar ya se aseguró la oprobiosa condición de haber sido el peor equipo dueño de casa de la historia de los Mundiales.

Pero volvamos a Ecuador y a su anticipada despedida de Doha. Mucho de lo bueno que había exhibido en los compromisos anteriores, sobre todo la noche contra Países Bajos, le faltó en el momento determinante. Ecuador necesitaba sacar lo mejor para dar un paso gigante e histórico, pero le pasó al revés. Fue Senegal, urgido por la victoria, el que estableció las pautas del partido. Antes de los 10 minutos había generado dos chances clarísimas de gol y siempre se lo notó más decidido a la hora de atacar. Ecuador tuvo más la pelota (62% de posesión en el recuento final) pero sin lastimar al campeón africano. Ese fue uno de sus principales déficits, la carencia de mayor peso en los últimos metros de la cancha.

EUFÓRICOS. Sin Sadio Mané, Senegal reacomodó sus filas para lograr otra clasificación histórica. EUFÓRICOS. Sin Sadio Mané, Senegal reacomodó sus filas para lograr otra clasificación histórica. REUTERS

Senegal vivió el drama nacional de haber perdido a su crack antes del Mundial. Pero la ausencia de Sadio Mane, temida como una catástrofe, quedó suplida por los muy buenos jugadores que tiene repartidos por las ligas europeas. Uno de ellos, el más emblemático, el capitán, estaba llamado a ser el héroe. Kalidou Koulibaly, defensor de Chelsea, marcó el gol más festejado a los 24’ del segundo tiempo. Puso la pelota lejos del arquero Galíndez con un derechazo al ángulo y después comandó a la defensa senegalesa con autoridad, a puro grito y arenga. Lo eligieron, merecidamente, el mejor jugador del partido.

Además, en esos detalles que definen duelos tan cerrados como este, Senegal ayudó a la suerte y por eso golpeó en los instantes letales. La primera parte se iba 0 a 0 cuando Ismaila Sarr se internó en el área e Hincapié lo barrió. El propio Sarr, que juega en el ascenso inglés -en Watford- ejecutó el penal con una calidad asombrosa. Después, a los 22’ del complemento, llegó el empate parcial gracias a Moisés Caicedo, quien definió en el área chica tras una jugada de pelota parada. Pero Ecuador no pudo disfrutar ni usufructuar esa conquista, ya que Koulibaly anotó de inmediato. A Alfaro le faltó tiempo para hacer un cambio que reordenara el equipo, tal la velocidad con la que se dieron las cosas.

Los últimos 10 minutos fueron intensos y se vivieron con el Jesús en la boca a lo largo y a lo ancho de Ecuador. El equipo fue para adelante y colmó el área senegalesa de centros. Un regalo para Koulibaly y los suyos. Mucha insistencia, pero sin claridad. El arquero Mendy casi no pasó sobresaltos, porque el dominio rival no se tradujo en acciones netas, de esas que obligan a salvadas milagrosas. Al contrario; daba la impresión de que Ecuador podía continuar con esos embates y a Senegal no se le caería la estantería.

Premio para los africanos, que llegan a los octavos de final sin nada que perder y conformando un equipo respetable. Castigo para Ecuador, al que se le nublaron las ideas cuando más las precisaba. Después de una muy buena eliminatoria, y considerando el notorio crecimiento que viene evidenciando el fútbol ecuatoriano, el análisis de este paso por Qatar deberá ser cuidadoso de parte de la dirigencia. Fue una pena, porque Ecuador estaba para más. Y lo que es más importante: tiene mucho para dar de cara a lo que viene. Pero esta vez, esto es muy cierto, no dio la talla.

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