Histórico: Marruecos le ganó 1 a 0 a Portugal y clasificó para semifinales

Youssef En-Nesyri marcó el gol de la victoria marroquí. Primera vez que un equipo africano llega a semis. La furia marroquí le cortó el sueño a “CR7”

Marruecos a semifinales Marruecos a semifinales

Fuerza, coraje, voluntad, agresividad, oportunismo, excelencia física. Esos atributos hacen de Marruecos una selección rocosa, férrea, que defiende con los dientes apretados y que ataca con furia cuando huele sangre. Es sorpresa mundial porque se metió entre los cuatro mejores cuando nadie lo esperaba; y porque por primera vez en la historia de los mundiales, un equipo africano se mete en semifinales. Eso sí, por lo que viene haciendo en cancha, sus logros están mucho más que justificados.

Pueden gustar o no las formas. Pero esta selección africana se cargó a España en octavos y ahora a Portugal, dos selecciones que habían llegado a Qatar con ilusiones de llegar al duelo decisivo del próximo domingo en Lusail.

A los españoles lo derrotaron por penales luego de 120 minutos al palo, de defensa y contraataque. Ahora, a los portugueses le dieron un golpe al mentón en el primer tiempo y luego de se dedicaron a cuidar la ventaja.

“¿Posesión? ¿Qué es eso? No hace falta, crack”, parecen decir puertas adentro. Marruecos tiene un plan simple y súper efectivo. Le da la pelota su rival, agrupa futbolistas cerca de su arquero Yassine Bono, plantea un duelo cuerpo a cuerpo y, cuando tiene una chance la aprovecha a fondo.

Por esa vía lastimó a un Portugal insulso, inocuo, falto de ideas y de sorpresa para romper líneas.

Iban 41 minutos de la primera mitad cuando el estadio Al Thumamama se sacudió. Azzedine Ounahi salió despedido por la izquierda, metió un centro bárbaro para Youssef En Nesyri, y el delantero de Sevilla hizo el resto. Metió un salto como para pelear medallas en los Juegos Olímpicos, le sacó casi un cuerpo a Ruben Dias, y se anticipó a un Diogo Costa que salió a cazar mariposas. Gol; 1-0 y prácticar el juego que más le gusta al equipo marroquí.

Las lágrimas de Cristiano Ronaldo, que se despidió de su quinta Copa del Mundo habiendo jugado sólo 40 minutos, reflejan mucho. El final “amargo” tal vez sea su última función con su Selección, por lo menos en citas mundialistas. Y se dio de la manera menos pensada, cayendo ante un rival que no lo dejó “vivir”, que fue astuto y que dio otra de las grandes sorpresas de la Copa.

Pero los dirigidos por Walid Regragui volvieron a demostrar que tienen argumentos tan válidos como sólidos y contundentes.

Tienen jugadores fundamentales (que están haciendo un gran Mundial) en puestos claves. El arquero Bono, los defensores Achraf Hakimi y Romain Saiss, los volantes Sofyan Amrabat, Ounahi y Hakim Ziyech y el punta En-Nesyri, quien sumó su segundo gol en lo que va del certamen.

Pero más allá de los nombres propios, lo de Marruecos es un trabajo colectivo enorme y práctimente sin  fisuras.

Ganó el grupo F, dejando atrás a Croacia (otro de los semifinalistas del campeonato) eliminando a Bélgica y sumando siete puntos sobre nueve posibles. Pero eso no es todo. Hay más de este cuadro africano que se lleva todos los méritos.

Además de eliminar en los “mata-mata” a dos selecciones de elite, es uno de los invictos del campeonato (el otro es Inglaterra) y sufrió sólo un gol en contra: en el duelo contra Canadá, cuando ganaba 2-0 fue Nayef Aguerd, quien venció su propia valla. Sí; como si todo fuera poco, ningún rival pudo “quebrar” a Bono hasta acá en Qatar.

Marruecos es cosa seria. Volvió a sacudir el mundillo futbolero, le cortó el sueño de gloria a “CR7”, quedará en la historia como el primer africano en meterse entre los cuatro mejores de una Copa del Mundo y ahora va por todo.

Sí; con esa furia que lo convierte en un equipo difícil, capaz de ganarle a cualquiera.

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