Dos obras en un único lenguaje

Textos e imágenes en armónica convivencia.

MOVILIZADOR. Dos lenguajes, visual y poético, donde el amor y la soledad se mastican dulce o trágicamente. MOVILIZADOR. Dos lenguajes, visual y poético, donde el amor y la soledad se mastican dulce o trágicamente.
18 Diciembre 2022

MISCELÁNEA

ALAVEZ: ANTOLOGÍA INTERVENIDA

PABLO DUMIT Y ERNESTO DUMIT

(EDUNT / UNDAV - Tucumán)

Alavez: Antología intervenida está compuesto por una selección de poemas de los cuatro poemarios publicados por Pablo Dumit, más un puñado pertenecientes al libro inédito Conazul, y por pinturas de su padre, el reconocido artista plástico Ernesto Dumit (1938-2007). Si bien se presenta bajo la forma de una antología ilustrada (o “intervenida”, como reza el subtítulo), es menester reconocer que trasciende ese concepto. Texto e imagen conviven en una fluidez tan armoniosa que es difícil aceptar que ambas obras fueron creadas en tiempos paralelos y sin la finalidad, al menos en el origen, de interrelacionarse.

A todo el libro lo acompaña una coherencia tonal que se mantiene incólume, sostenida por una voz lírica que, sin correrse de la primera persona, entra en los seres y escenarios perturbadores y llenos de símbolos que pintó Ernesto Dumit, para regresar en los poemas, ampliando, aún más, el alcance de las pinturas a partir de un lenguaje desacralizado. Lo movilizador es que cada imagen pareciera materializar el espíritu humano en la forma de un tugurio donde el amor y la soledad se mastican dulce o trágicamente, pero sin aislarse del marco social y sus señales cotidianas; hasta ahí llega la poesía de Pablo Dumit absorbiendo lo que el padre ofrece, y lo nombra con voz propia: “nadie vuelve del amor / hay una ciudad perdida en tus ojos / para que nadie vuelva del amor”.

Alavez: Antología intervenida es un libro que genera un prodigio interesante, donde un lenguaje, el visual —plasmado con una fuerza irrefrenable—, se inserta en otro, el poético —enriquecido por lo sutil y lo coloquial—, para crear un tercero: el de la comunión, que diluye los límites temporales o motivacionales entre una obra y otra, y las vuelve una sola.

Gabriel Gómez Saavedra

© LA GACETA

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