Oscar 2023: Glamour, lágrimas y cine sin pochoclos

Atrás quedó la 95a entrega de los Premios de la Academia. Una ceremonia sin cachetadas, fluida y demasiado correcta. Las y los mejor vestidos

JAMIE LEE CURTIS. Lentejuelas y pedrería en nude dress de Dolce & Gabbana: veterana, diosa y ganadora. JAMIE LEE CURTIS. Lentejuelas y pedrería en nude dress de Dolce & Gabbana: veterana, diosa y ganadora.

Una vez más en el Dolby Theatre el fondo de escena fue dorado y en riguroso art déco, tal como manda la estatuilla dorada que diseñó George Stanley en 1929. Desde entonces los invitados a cada entrega del Oscar se ponen todo encima: lo más elegante, excéntrico y lujoso posible, en la ilusión de agarrar con sus manos el preciado galardón mayor del cine.

La 95a entrega de los premios de la Academia de Hollywood insumió tres horas y media del domingo-lunes. Como siempre, con profusión de cortes comerciales a los que el streaming ha desacostumbrado.

La última vez que alfombra de entrada no fue roja fue en 1961. Duró hasta el domingo, cuando la nueva, de color champán, planteó muchos más contrastes con los outfits de los famosos en ese paso preliminar.

Ya en la sala fue una novedad la presentación de los nominados en cada categoría simplemente a través de flyers en el fondo de escena.

La ceremonia fluyó sin sobresaltos, papelones ni cachetadas, en una dinámica que no admitió alteraciones. Los presentadores actuaron controladamente. Sólo Elizabeth Banks se salió del molde porque casi se cae de bruces, y por sus bromas junto a un oso intoxicado (en relación a “Cocaine Bear”, película que ella dirige).

Jimmy Kimmel, quien ya había conducido la ceremonia en 2017 y en 2018, aseguró desde el comienzo que no habría desmadres. Y él fue correcto y sobrio con los chistes. Pero sorprendió con un momento de ternura cuando llegó al escenario con Jenny, la burrita de “Almas en pena de Inisherin”.

La emoción hasta el llanto, visible y conmovedora, se vio al comienzo, cuando subieron a recibir sus premios los actores de reparto Ke Huy Quan y Jamie Lee Curtis. Sin lágrimas, pero muy conmovida, agradeció Michelle Yeoh, primera asiática que gana el Oscar a mejor actriz. Las lágrimas volverían recién al final, cuando Brendan Fraser apenas podía articular para agradecer el premio al mejor actor.

John Travolta puso más lágrimas en el incompleto In Memoriam, con Lenny Kravitz en piano y voz, que se abrió con una imagen de Olivia Newton John.

En los shows en vivo sorprendió Lady Gaga, de remera negra y a cara lavada, cantando “Hold my Hand” y Rihanna conmovió con “Lift Me Up”. El “momento Hollywood” lo aportó “Naatu Naatu”, de la película india RRR, una explosión de canto y coreografía que ganó como mejor canción original.

La gran perdedora fue “Almas en pena de Inisherin” , con nueve nominaciones, misma cantidad que la alemana “Sin novedad en el frente”, pero ningún premio. También quedó con las manos vacías “Los Fabelman” (siete candidaturas). “Todo en todas partes al mismo tiempo” se llevó siete estatuillas de sus 11 postulaciones, incluidas las principales, aun siendo una de las producciones que no venden pochoclos en las salas.

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