El "caso Berni": reacción social contra la clase política

Manzur señala que hay que apelar al diálogo y evitar la violencia. “El diálogo es la mejor herramienta para llegar a un entendimiento”, acotó. Los analistas coinciden en que hubo una sobreactuación del ministro bonaerense. Creen que hay dirigentes que están fuera de foco

 Fotografía de Maxi Failla - Clarín Fotografía de Maxi Failla - Clarín

¿Fue un llamado de atención a los políticos o el desahogo por reiterados hechos de inseguridad de un sector en particular? La agresión al ministro de Seguridad de Buenos Aires, Sergio Berni, y la posterior postergación de una visita del presidente Alberto Fernández al municipio de Ituzaingó para inaugurar el Centro Regional Universitario fueron signos de alerta para la dirigencia en un marco de fuerte crisis de credibilidad no sólo económica, sino también política. La baja tolerancia social con la política es multicausal, según advierten los distintos analistas consultados por LA GACETA que, a su vez, repudiaron cualquier tipo de agresión que implique la desestabilización del escenario nacional.

El propio gobernador Juan Manzur repudió lo observado el lunes pasado cuando un grupo de personas identificada como choferes de colectivos agredió a Berni, tras el asesinato del conductor Daniel Barrientos. “Si bien estamos viviendo tiempos difíciles y complejos, no se puede reaccionar con agresiones y violencia; hay mecanismos y ámbitos más propicios para calmar los ánimos”, expresó el mandatario ante la consulta de nuestro diario. Manzur remarcó que este tipo de incidentes “ha sido condenado por toda la dirigencia política argentina”. “En Tucumán, estamos permanentemente abiertos para llegar a acuerdos que impliquen soluciones para la sociedad en general. Estamos convencidos que el diálogo es la mejor herramienta para llegar a entendimientos con distintos sectores y mantener el clima de paz social”, fundamentó.

Las consultoras de opinión pública coinciden que la sociedad argentina se cansó de tantos desencuentros y pocas soluciones de la política a los grandes problemas que la embargan. El Gobierno no encuentra la forma de encarrilar la economía. Observa que la inflación crece mes tras mes y no exhibe soluciones para bajar las expectativas. No hay dólares y el Banco Central pierde cotidianamente poder de fuego ante la demanda de divisas, particularmente para sectores que importan maquinarias para mejorar la producción. El argentino se desprende rápidamente del Peso, que se desvaloriza a una mayor velocidad. La inseguridad es otra cuestión que preocupa. El caso del chofer ha sido la gota que rebasó el vaso y no encontró el eco suficiente en los distintos estamentos oficiales.

Gustavo Córdoba, experto en comunicación política de Zuban, Córdoba y Asociados, considera que la reacción social ante el caso Berni es multicausal. Si bien sostiene que se trata de una reacción natural, el analista señala que la cuestión tiene varias aristas.
“Por un lado, varios miembros del grupo que estaba en ese piquete en la General Paz salieron en un video junto con Patricia Bullrich, semanas antes. Lo segundo que resulta llamativo es que, si el episodio ocurrió en La Matanza, ¿por qué el piquete se trasladó hacia el ingreso a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires? Y lo tercero: el foco de conflicto interno entre Berni y la policía bonaerense”, enumeró el consultor. En todas estas cuestiones, subyace también la sobreexposición de Berni “que siempre hace una demás, aunque en anteriores oportunidades zafó, pero aquí se extralimitó al llegar en el helicóptero al piquete con un hiperpersonalismo con el que subestimó la respuesta de los choferes”.

En lo que se refiere al componente de hartazgo social, Córdoba subraya que no hay que perder de vista los “microestallidos”, que no son similares a los de 2001, porque son propios de sectores focalizados y no generalizados. “Esto que le pasó a Berni le puede ocurrir a cualquier político que se extralimite o haga alguna demás. Hasta ahora, parece que el único que porta patente de corso es Javier Milei”, acota.
El analista expresa, además, que, en el contexto actual del país, “todas las acciones o las declaraciones imprudentes de todo el arco político serán repudiadas”. “Se murió una beba en la puerta de Casa Rosada y nadie hizo un mea culpa, sino que fue más sencillo responsabilizar al otro de algo que debería darnos vergüenza, por tener hambre y pobreza en pleno siglo 21, y todo parece indicar que la política no está entendiendo el contexto”, agrega.

Aníbal Urios, director de DC Consultores, coincide con su colega en que la política vende una realidad completamente diferente a la que se vive. “La gente no es tonta. Se cansó de que los políticos se echen la culpa hacia atrás y no resuelvan los problemas”, indica el politólogo. “Creen que con la vieja política se harán los distraídos, pero la gente los tienen bajo la lupa y le adjudican los errores”, manifiesta.
Urios, en ese sentido, dice que Berni simboliza la bronca contra la clase política argentina. A su criterio, todavía no apareció un liderazgo que se lleve todos los flashes, mostrando una nueva forma de hacer política “mostrando que no son parte del problema, sino la solución”.

Julio Burdman, doctor en Ciencia Política, opina que lo observado con el incidente entre los choferes y el ministro de Seguridad de Buenos Aires constituye una mezcla de lo contextual que resulta la insatisfacción con la inseguridad y otros aspectos de la realidad social con la imprudencia de Berni. “Él lo hizo más de una vez, pero ahora le falló el cálculo, porque había demasiada gente enojada con él”, indica.

Según el director de Observatorio Electoral Consultores, no hay que soslayar el factor del hartazgo y el fenómeno nuevo de que surjan candidatos electorales que provienen de la gestión en seguridad. Además de Berni, se encolumnan Patricia Bullrich, Diego Santilli, Diego Kravetz o Maximiliano Pullaro en Santa Fe. “Si bien personifican la demanda social, corren el riesgo de ser cuestionados porque no le salen las cosas en la lucha contra la delincuencia; en otras palabras, dejan de ser considerados como héroes populares a responsables de la inseguridad y eso es lo que le pasó a Berni”, expresa.
En Tucumán, el líder de Fuerza Republicana, Ricardo Bussi, trata de direccionar su campaña electoral hacia la gobernación exponiendo la libre portación de armas como mecanismo de defensa. El spot de campaña fue ampliamente cuestionado por distintos referentes políticos. Bussi, que se suma al proyecto presidencial de Milei, estuvo ayer en Brasilia, donde se reunió con el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del ex presidente del vecino país. El legislador de FR agradeció al anfitrión “¡La derecha se consolida en Latinoamérica con una visión en común!”, escribió en su cuenta en Twitter.

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