Las lluvias complican la situación de pueblos del sur tucumano

Unas 500 familias de Niogasta, Santa Ana, Alto El Puesto, El Sacrificio, Huasa Pampa y Puesto Nuevo permanecen aisladas

LOS CAMINOS DESAPARECIERON DEBAJO DE LAS AGUAS. Algunos vecinos usan canoas para desplazarse.  LOS CAMINOS DESAPARECIERON DEBAJO DE LAS AGUAS. Algunos vecinos usan canoas para desplazarse.

Las últimas lluvias trajeron más complicaciones a varias comunidades del sur tucumano.

Unas 500 familias de Niogasta, Santa Ana, Alto El Puesto (Graneros), El Sacrificio, Huasa Pampa y Puesto Nuevo, estas últimas de La Cocha, permanecen aisladas a causa del anegamiento y destrucción de caminos.

La situación más angustiante la enfrentan unas 70 familias de Niogasta que, desde hace más de dos semanas, vienen siendo castigadas por el desborde del río Chico. La lluvia del miércoles volvió a cubrir de agua el pueblo. Unas 30 personas se auto-evacuaron y se han instalado en el Centro de Integración Comunitaria (CIC) del lugar. Ahí son asistidas por la comuna local.

Hay unas 16 familias de la misma comunidad que no pudieron regresar a sus casas desde el primer desmadre del cauce al quedar destruidas sus viviendas. Se encuentran evacuadas en casas de parientes. 

Graciela Zelaya es una de las damnificadas que, en un principio, estuvo alojada en el hospital de Simoca y ahora lo está en la vivienda de una allegada. “Pensaba regresar a casa a ver lo que podía rescatar de medio del desastre que nos produjo la primera creciente hace 20 días. Pero el agua regresó y no lo pude hacer. Ahora el lugar está más peligroso porque mi casa quedó como en medio del río. Dicen que nos van a dar un terreno para reubicarnos, pero no queremos sitios inseguros, amenazados por las correntadas”, dijo la mujer.

Graciela está autoevacuada con sus tres hermanos adultos y un hijo. La comuna de Nueva Trinidad aseguró que en total son 16 las familias que deben ser instaladas en un nuevo terreno en forma urgente en razón de los riesgos que corren ante las crecidas del Chico. Hay otras que no están tan expuestas, pero que a futuro también deberán salir de ese paraje. El gobierno provincial estaría en búsqueda de inmuebles ubicados del lado oeste de la ruta nacional 157.

Otras comunidades

En la Colonia 14 y Los Luna, en Santa Ana, la tormenta anegó caminos de la zona y dejó aisladas a más de un centenar de familias. En estos lugares se produjeron desbordes de acequias y canales que bajan de las serranías.

Rolando Aciar, de Defensa Civil de esa localidad, informó que los caminos acusaron enormes socavones que complican el acceso a esas poblaciones. Aseguró que aunque el agua ingresó al interior de algunas viviendas, las familias se encuentran en buenas condiciones y comenzaron a ser atendidas por la comuna de Santa Ana.

Hasta al lugar arribaron bomberos de la Regional Sur de la policía, pero no practicaron evacuaciones. En Alto Puesto (Graneros) la lluvia volvió a dejar totalmente aisladas a más de 60 familias del lugar.

Hasta ayer el acceso y salida de la comunidad solo era posible a través de fincas cañeras e incluso por patios de casas de lugareños. El camino principal permanece desde hace más de un mes con enormes socavones y no fue reparado.

Esa vía se transformó en un verdadero cauce de las aguas que bajan de las serranías ante la falta de mantenimiento de canales y acequias, según dijeron los vecinos. Los maestros de la escuela 295 solo pueden llegar a dictar clases en camionetas y padeciendo a diario una verdadera odisea. “Nos abrimos paso por cañaverales y el patio de algunas casas de vecinos. No sé hasta cuando nos van a permitir hacerlo”, dijo.

Mientras tanto, la municipalidad de Graneros y la comuna de La Invernada se desentienden del problema porque dicen que Alto El Puesto no es de su jurisdicción. Así, la gente se encuentra desamparada” comentó una docente que prefirió no identificarse. En este pueblo un enorme socavón que se abrió ahí amenaza con derribar el local educativo y las casas de otras cuatro familias. Del lugar ya emigraron varios pobladores por temor a terminar devorados por el descomunal agujero que se ensancha cada vez que bajan las aguas de los cerros.

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