Políticas de prevención del dengue

22 Abril 2023

En medio de la trágica epidemia de dengue que golpea especialmente Tucumán y el NOA, el 7 de este mes se celebró el Día Mundial de la Salud, fecha consagrada a la concientización sobre este aspecto esencial de los habitantes del planeta y que va más allá de la ausencia de enfermedades.

La OMS considera cada año como una oportunidad para llamar la atención mundial sobre un tema de gran importancia en temas de salud pública. El lema de 2023 fue “Salud para todos”, y se refiere a la importancia del alcance universal de las campañas preventivas que se deben implementar en temas que afectan a grandes poblaciones, pero haciendo hincapié en la contención, protección y atención de las comunidades más desprotegidas.

El Día Mundial de la Salud es una de las 11 campañas mundiales oficiales en esta materia dispuestas por la OMS, que abarcan patologías como malaria y chagas, entre otras, enfermedades transmitidas por insectos. Y la propuesta apunta a que se preste atención a esta clase de afecciones para frenar los contagios y que se combatan a los vectores que causan estragos entre la población, en males que se consideran endémicos.

En ese universo, el dengue comparte forma de contagio y -como se está comprobando empíricamente en estos meses- gravedad. El hecho de que haya habido decenas de muertos y decenas de miles de enfermos en todo el país (con el impacto brutal que se está padeciendo en la provincia) ha elevado la enfermedad al primer plano de las noticias, en tiempos en que no se deben descuidar la covid ni las enfermedades respiratorias propias del invierno (ya está en marcha la vacunación antigripal).

Como en pocas otras enfermedades, en el dengue coexisten responsabilidades públicas (en los distintos niveles de decisión) con privadas. Sin embargo, la responsabilidad del Estado es prevalente y no puede ser minimizada por descuidos y faltas de atención de los ciudadanos. Que cada hogar se mantenga limpio y sin focos de reproducción del mosquito Aedes aegypti, que cada persona use repelentes o espirales, que se evite multiplicar los contagios y demás acciones individuales sumará a un resultado positivo conjunto, pero para evitar la epidemia se requerían una andanada de medidas preventivas tomadas con tiempo (incluso campañas sanitaristas de masivo impacto), antes de la aparición de la enfermedad y su propagación, seguidas de una intensa presencia en el territorio antes de que el mosquito se adueñase de los cuerpos. Y en simultáneo, la articulación en un gabinete de crisis entre Provincia, municipios y comunas rurales para definir medidas y abordar la situación ágilmente y con una efectividad que en estos días no se ve. Y menos aún con los datos que se relevan a diario. El tiempo perdido no se podrá recuperar. Queda aprender de los errores cometidos y no repetirlos a futuro. En tanto, la esperanza de que llegue el frío invernal antes de lo previsto y que las recientes lluvias no empeoren el panorama parece ser, para muchos funcionarios, la principal política a implementar.

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