Los escenarios posibles del 15 de mayo

Los escenarios posibles del 15 de mayo

A 20 días de las elecciones provinciales, el panorama político está enrarecido. La campaña, atípica por donde se la analice, se desarrolla en un clima de extraña calma. El clima preelectoral dista mucho de los que se vivieron en las últimas contiendas locales, en 2015 y 2019. Algunos de los hechos que determinaron las diferencias en esta oportunidad: el adelanto del comicio; la vuelta de Juan Manzur a la provincia y de Osvaldo Jaldo a la Legislatura; la crisis económica y el descontento social; el acuerdo tardío en Juntos por el Cambio entre Roberto Sánchez y Germán Alfaro; las indefiniciones judiciales en la Corte nacional en torno a la postulación de Manzur a la vicegobernación y a la fecha electoral y las internas subterráneas en los frentes mayoritarios, entre otras. A esta enumeración se sumó en las últimas horas la decisión del Presidente de bajarse de sus intenciones reeleccionistas.

¿Por qué importa lo que suceda en el plano nacional si las elecciones son en agosto-octubre? Porque Tucumán está gobernada por el mismo signo político que la Nación; porque la situación de los bolsillos y sanitaria (por la epidemia de dengue) es clave a la hora de las urnas y porque Manzur mantendría sus aspiraciones de proyectarse a una fórmula para la Rosada.

Si las elecciones se celebran dentro de tres domingos más como está previsto, el lunes 15 el escenario político cambiará. La dirigencia de los sectores mayoritarios del oficialismo y la oposición tiene distintas miradas respecto de con qué panorama se despertarán el día después. En un ambiente que no deja de removerse por factores internos y externos, hay algunas certezas generales: más allá del resultado, comenzará una etapa de transición en el poder, habrán nuevas condiciones en la oposición y el rol del saliente Manzur seguirá siendo una incógnita.

Transición del poder

En las últimas gestiones provinciales, las elecciones como las del 14 marcaron cambios de ciclos políticos, tal como sucedió con los finales de mandato (o de posibilidades de reelección) de Julio Miranda y de José Alperovich, ambos del justicialismo. El período hasta la asunción del próximo gobernador será extenso: será electo en mayo y asumirá a fines de octubre.

Si los pronósticos de las encuestas se cumplen y mantienen, la dupla Jaldo-Manzur tiene las chances más altas de ganar.

¿Cómo será la transición en el poder entre el jaldismo y el manzurismo? Gran parte de los dirigentes consultados, de ambas líneas, coincidieron en que no esperan que sea un pase traumático ¿Por qué? Porque la relación entre ambos es buena y simplemente porque no hay margen de que eso suceda, teniendo en cuenta el panorama sombrío para el PJ nacional en las elecciones presidenciales. Es lo que sigue después en la agenda política. Sí reconocen que podría haber peleas internas, pero debajo de Jaldo y de Manzur, no entre ellos. El recambio en los roles institucionales implicará que el próximo mandatario tendrá cinco meses para armar su equipo y gabinete.

En las cercanías del postulante a la gobernación aseguran que Jaldo ya demostró, cuando quedó a cargo del Ejecutivo, cuál es su estilo, qué hará y cuáles serán sus prioridades. Manzur seguirá siendo un referente oficialista, remarcaron, pero será el turno del liderazgo de Jaldo. “No será bicéfalo el poder, pero Manzur seguirá teniendo protagonismo”, consignó un manzurista. Inclusive, manifestó, tienen perspectivas de ganar la Capital y de alcanzar varias bancas y que esos ámbitos sean los reservorios manzuristas.

La dirigencia avizora que sí habrá finales de ciclo para muchas figuras que estaban vigentes y empoderadas desde el alperovichismo. Al círculo de poder que rodea al titular del ejecutivo ascenderán nuevos referentes y en el escenario se plantarán algunos emergentes. Durante el tiempo que Jaldo estuvo en la Casa de Gobierno algunos de esos nombres ya sonaron, aunque prometen que habrá nuevos. Advierten que en la construcción del nuevo gobierno serán fundamentales las urnas dado que quienes obtengan una buena cosecha de votos podrían tener lugares de privilegio. Todos coinciden en que en el territorio los acoples están trabajando a destajo, en una competencia feroz. “Ese domingo se define no solo el poder institucional sino principalmente, el político”, subrayó un legislador con varios procesos sobre sus espaldas. Sumar para la fórmula es la prioridad porque esto les daría la única certeza: nadie queda fuera y a todos se los contiene.

¿Y si Juntos por el Cambio da la sorpresa? El espacio está segundo prácticamente en todas las encuestas. Algunos sondeos de la semana pasada les dieron mejor de lo que esperaban y consideran levantar aún más las expectativas, al ritmo de dos factores: el descontento social por la economía y Sánchez. El aspirante a la gobernación mantiene su buena consideración en la ciudadanía (casi no registra imagen negativa) y este dato es un comentario recurrente en todos los sectores políticos. Los votantes, destacan en JxC, perciben a Sánchez como un hombre honesto y una figura nueva (pese a que fue legislador e intendente y es diputado nacional). Además, la actitud de Germán Alfaro, de aceptar la postulación a la vicegobernación, habría sido muy bien recibida por el potencial electorado cambiemista.

Cabe destacar que, del resto de las fuerzas, la que más se acerca a los frentes más numerosos es Fuerza Republicana. Se espera que, con el impulso de la alianza con Javier Milei, pueda hacer una buena elección para la Cámara y los concejos deliberantes.

Nueva oposición

En relación a la oposición, todo dependerá de los números. Si Jaldo y Manzur ganan por un margen muy amplio, la oposición quedaría debilitada. Si Juntos por el Cambio se acerca y queda a menos de 10 puntos de diferencia, la foto del 15 será distinta. La última mejor elección del sector fue la de 2015, con la fórmula José Cano-Domingo Amaya.

Si los márgenes de entonces se achican, Sánchez podría erigirse en los números como el referente indiscutido de la oposición. A esto lo repiten hasta en la propia Casa de Gobierno. No son pocos los que aseguran que para capitalizar un eventual buen resultado, tendría que levantar el perfil y comenzar a liderar con más contundencia a los disidentes ¿Y Alfaro? Hay coincidencia en que el futuro del intendente, pata política fuerte de la dupla, depende de lo que suceda con el Municipio de San Miguel de Tucumán. Afirmaron que si Beatriz Ávila es electa como su sucesora, habrá una continuidad de su proyecto político, aunque con la impronta propia de la senadora. Trascendió que el larretismo le habría garantizado un espacio a Alfaro en la Nación si es que hay buenos resultados nacionales y no provinciales. Cuentan que Alfaro está muy tranquilo, esperando.

¿Y si el justicialismo pierde? El fantasma apareció en el Ejecutivo tras los banquinazos nacionales de esta semana, pero como una posibilidad aún remota. Seguirán con atención lo que sucederá en estas semanas, pero confían en que pudieron “blindar” Tucumán; en que el desempeño de Jaldo el tiempo que estuvo en el Ejecutivo fue bueno y que la cantidad de acoples y el aparato les permitirá un triunfo.

Si Cambiemos gana o si pierde por poco ¿Podrán capitalizarlo? ¿Quién será el líder opositor? ¿Será bicéfalo? ¿Surgirán nuevas figuras de las elecciones?

El rol de Manzur

Probablemente la figura de Manzur sea de las que más incertidumbre genera. Como informó ayer el columnista Fernando Stanich, pretendería mantenerse ajeno a la coyuntura nacional para que la crisis política en el Frente de Todos nacional no afecte el proceso electoral tucumano. Se espera que, si gana el oficialismo, pueda negociar en Buenos Aires con ese triunfo bajo el brazo para lo que viene en el país. En su entorno dirigencial advierten que no hay que subestimarlo, porque es un hombre de planificación y que hay que esperar, aunque no figure entre los presidenciables que se mencionan en los medios nacionales. Afirman que quizá no le fue tan bien en Buenos Aires, que en un contexto de mucha convulsión interna, no pudo construir tanto como esperaba. Hay una parte del oficialismo (y toda la oposición) que considera que volvió derrotado de su rol en el Gabinete. La otra, asegura que volvió justo a tiempo para no quedar pegado con la debacle de la gestión de Fernández. Expresan que vio venir la situación y que esperaba que sucediera en el año electoral, aunque no tan pronto. La crisis política, saben, puede afectar la campaña local, pero aún no en qué magnitud. Los más optimistas sostienen que se abrió una esperanza para el tucumano y que el problema del peronismo es político y quedó solucionado con la renuncia de Fernández a una posible postulación.

En 20 días, las definiciones sobre el nuevo escenario comenzarán a vislumbrarse y también, el futuro del oficialismo y la oposición.

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