Atlético Tucumán: era un triunfo resonante y se escurrió de forma insólita

Atlético ganaba bien, pero perdonó a un rival que jugaba con 10 y un gol en contra hizo el resto

BUSCADO. Mammana podría ser refuerzo de Racing, aunque también suena en Vélez. BUSCADO. Mammana podría ser refuerzo de Racing, aunque también suena en Vélez. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

“Claro que le podemos ganar a River”, sostuvo Marcelo Estigarribia en Avellaneda, envalentonado por el 3-1 sobre Racing. Así, con esa convicción, preparó el partido el “decano”, completamente seguro de que los tres puntos se iban a quedar en Tucumán. Atlético jugó los 90 minutos con el cuchillo entre los dientes sin darle un metro a River. La línea de cinco en el fondo, como contra Racing, funcionó a la perfección y Mateo Coronel volvió a jugar un partidazo, dejando en claro que lo mostrado el año pasado no fue casualidad. Pero la fiesta, otra vez, no pudo ser completa. La imagen del equipo fue de más a menos y terminó sufriendo el empate luego de sentirse con tres puntos en el bolsillo.

El tridente Pereyra-Acosta-Sánchez fue muy superior al medio alternativo del “millonario”, que extrañó demasiado a Ignacio Fernández y a Enzo Pérez. Hace un par de fechas, este River alternativo había dejado algunas dudas, a pesar de ganarle a Newell’s en la última jugada del partido con gol de Pablo Solari. Nada que ver con los titulares, que están en estado de gracia y resuelven todo de manera categórica por las individualidades o por el juego colectivo. La formación presentada anoche en Tucumán estuvo lejos de mostrar esa mejor versión y si empató fue gracias a un gol en contra.

Antes del gol de Mateo Coronel el partido ya marcaba una tendencia a favor del local. Se jugaba cerca del arco de Franco Armani -hacía ocho partidos que no recibía un gol- y al ritmo que proponía Joaquín Pereyra, otra vez la figura.

La conquista de Coronel rompió el juego. El público se encendió y River enloqueció, tanto que apenas seis minutos después José Paradela vio la doble amarilla prácticamente en la misma jugada. Primero por reclamar -equivocado- un lateral y luego por un manotazo en la cara a Pereyra.

Con 10 hombres y un volante menos Martín Demichelis optó por no realizar variantes y Atlético aprovechó la superioridad en la mitad de la cancha generando muchos ataques y aislando a Miguel Borja y a Salomón Rondón. Ambos pasaron la noche inadvertidos, por lo que hasta ese momento River se mostraba inofensivo.

Hasta ahí parecía todo a pedir del local: tenía el marcador a favor, un hombre más y el empuje de la hinchada. Así se fueron al entretiempo y allí los técnicos acomodaron el partido según el contexto. Pero si Lucas Pusineri le había ganado en el tablero al DT visitante, en el complemento lo perdió. El ingreso de Milton Casco fue clave, posibilitó que River recuperara la pelota en la mitad y Atlético se resignó a jugar de contra.

Lo concreto es que el partido ya parecía un deja vu del 1-1 ante Rosario Central. El equipo de Pusineri se replegó peligrosamente y aunque los defensores tuvieron una buena noche, daba la sensación de que en cualquier momento la visita podía lastimar. Y así fue.

Luego de desperdiciar varios contragolpes en los pies de Pereyra, Ignacio Maestro Puch y Braian Guille, un córner bien ejecutado por Esequiel Barco terminó con la pelota dentro del arco de Tomás Marchiori. Quiso despejar Pereyra y el balón sobró a Marchiori para meterse después junto a un palo. Ya iban 41 minutos, no había tiempo para la reacción, aunque el “decano” lo intentó.

Una corrida del “10”, otra de Maestro Puch y no mucho más; el tiempo era aliado de River, que no se conformó con el empate. Atlético sentía que una buena posibilidad de sumar de a tres se le escurría entre los dedos.

Dio la sensación de que el 1-1 fue inmerecido para Atlético, pero a los partidos se los gana con goles y cuando el “decano” tenía la posibilidad de golpear no lo hizo. En el recuerdo quedará esa jugada del primer tiempo en la que el asistente cobró off-side, pero Fernando Rapallini dejó seguir y el pelotazo de Marchiori dejó a Estigarribia solo y con el arco desguarnecido. Pero el delantero definió apurado y mal. Podría haber cambiado la historia.

Fue otra victoria transformada en empate, más por falencias propias que por virtudes rivales. Aunque se está viendo a un Atlético mejorado, dispuesto a mirar la tabla de arriba, ya no la de abajo.

1 x 1

Tomás Marchiori (6)

Seguro en las pocas intervenciones que tuvo. Sin responsabilidad en el gol, fue una buena noche para él.

Renzo Tesuri (6)

Buen primer tiempo en el segundo salió cansado. Fue rueda de auxilio de Pereyra y de Acosta.

Marcelo Ortiz (7)

Firme en la marca. Fue uno de los mejores en el sector defensivo, ganando por arriba y por abajo.

Bruno Bianchi (7)

Mostró simpleza en cada intervención. Anuló a Miguel Borja y se acopló bien a sus compañeros.

Nicolás Romero (7)

Sobrio en cada pelota. El catamarqueño le ganó siempre a Borja y a Rondón. En el complemento controló a Beltrán.

Wilson Ibarrola (7)

Fue su primer partido como local, y no le pesó el contexto. Mostró criterio para pasar al ataque y firmeza en el sector defensivo.

Guillermo Acosta (6)

Gran despliegue para “Bebe”. Copó el mediocampo y recuperó varias pelotas que terminaron en ataques peligrosos.

Adrián Sánchez (7)

Se acopló muy bien al equipo, jugó los 90 minutos y a pesar del desgaste terminó corriendo hasta el final.

Joaquín Pereyra (8)

Fue la figura otra vez. El gol en contra empañó su tarea, aunque fue muy destacada para Atlético. Cuando él anda bien, el equipo se luce.

Mateo Coronel (7)

Le rindió al equipo, no debería haber salido, se lo notaba entero. Hizo un golazo.

Marcelo Estigarribia (5)

Aportó el sacrificio de siempre, tuvo una clarísima y definió apresurado. Fue reemplazado por Maestro Puch.

Hernán de La Fuente (-)

Dubitativo en la marca y no aportó en el ataque. River eligió su sector para lastimar en los minutos finales, debe ganar en confianza.

Braian Guille (-)

Insinuó más de lo que generó. Entró con ganas, pero luego de algunas malas decisiones fue perdiéndose en el juego.

Ignacio Maestro Puch (-)

Entró con mucha actitud, participó de varios ataques y hasta se peleó con Armani. El delantero se está jugando la convocatoria al Mundial Sub-20 y lo demostró en los minutos que tuvo.

Francisco Di Franco (-)

No gravitó en ataque, tampoco sirvió como contención, entró en un momento delicado del partido y no fue solución.

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