La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que la Covid-19 ya no representa una emergencia sanitaria para el mundo. Se trata de un paso importante hacia el fin de la pandemia que terminó con la vida de más de 6,9 millones de personas, trastocó a la economía mundial y arrasó comunidades.
Hace más de tres años, el Comité de Emergencias de la OMS declaraba por primera vez que la Covid-19 representaba su máximo nivel de alerta. Eso sucedió el 30 de enero de 2020. Aquella declaración implicaba centrar la atención internacional en una amenaza sanitaria y a reforzar la colaboración en vacunas y tratamientos.
La Covid-19 llegó para quedarse
Ahora, al levantar la medida es una señal del avance que el mundo concretó en estas áreas. Sin embargo, la Covid-19 llegó para quedarse, según lo advirtió la Organización Mundial de la Salud. Pero -remarcaron-, esto ya no representa una emergencia.
Según datos de la OMS, la tasa de mortalidad bajó desde un máximo de más de 100.000 personas por semana en enero de 2021 a poco más de 3.500 en la semana hasta el 24 de abril.
Las últimas cifras de contagio
“Este virus ha llegado para quedarse y todos los países necesitarán aprender a gestionarlo junto a otras enfermedades infecciosas”, declaró ayer Tedros Adhanom., director general de la OMS.
Según los datos del último Informe Epidemiológico Semanal sobre la covid de la OMS, publicado ayer, el número de muertes notificadas en los últimos 28 días a escala global se han reducido un 30% respecto a los 28 días anteriores. En las 10 últimas semanas, las cifras de mortalidad han estado en todo momento en sus niveles más bajos desde marzo de 2020. Aun así, se ha registrado una media de 8.500 muertes diarias por covid en el mundo desde principios de abril.
El fin de la emergencia de salud pública coincide con la expansión de la nueva variante ómicron XBB.1.16 del coronavirus, informalmente llamada Arcturus, que está mostrando una capacidad de contagio superior al de cualquier variante anterior.
Identificada en la India en enero de este año, causó un notable aumento de contagios en el sureste asiático entre marzo y abril. También está en expansión en Estados Unidos, donde a finales de abril representaba el 10% de todos los nuevos casos confirmados de covid.