Río Salí: denuncian a la SAT por contaminación en Santiago del Estero

“Nunca vi cosa tan espantosa como esa”, dijo el infectólogo Pizzi, encargado del estudio que acompañó a la denuncia penal sobre el afluente.

Río Salí. ARCHIVO / INES QUINTEROS ORIO Río Salí. ARCHIVO / INES QUINTEROS ORIO

La problemática de la presunta contaminación por líquidos cloacales llegó al plano de la Justicia Federal. El abogado Alfredo Aydar presentó una denuncia penal en contra de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), sobre la base de un informe técnico que detectó la presencia de materia fecal en el río Salí, que desemboca en un embalse de Santiago del Estero.

La acusación fue presentada en el Juzgado Federal de la provincia vecina y se utilizó como fundamento una investigación realizada por el especialista Hugo Pizzi. El estudio reveló la presencia de bacterias coliformes en diferentes puntos de las aguas servidas de San Miguel de Tucumán, incluido el curso de agua que atraviesa a Santiago del Estero y a Córdoba.

Ante esto, el letrado denuncia una “infracción a los artículos 55 y 57 de la Ley Nacional N° 24.051 en contra de los directivos de la SAT y de autoridades provinciales, que omiten cumplir con su función de garante prevista en el artículo 41 de la Constitución Nacional”.

A la espera del dictámen del juzgado, que podría llegar hasta el lunes de la semana que viene, Aydar explicó: “Ya pasó el expediente para que el Ministerio Público Fiscal decida la competencia e inicie el proceso. Luego de eso, la Justicia va a determinar si se debe citar a los responsables de la SAT o del Gobierno para ver qué es lo que no se está haciendo”, detalló.

Por su parte, la empresa prestataria de los servicios de agua y cloacas negó haber recibido hasta el momento una notificación de alguna autoridad competente. “La empresa se encuentra a plena disposición de los órganos para cooperar activamente en todo cuanto hiciere falta para el esclarecimiento del hecho que habría sido denunciado”, declaró en un comunicado.

Además, se limitó a brindar una respuesta ante el hecho por “la imprecisión de la información disponible”, y remarcó que la SAT “cuenta con una planta de tratamiento de líquidos cloacales que se encuentra en funcionamiento”. “La gestión de sus efluentes se lleva a cabo de modo ambientalmente apto y sustentable”, remarcó el organismo.

El estudio

La investigación encargada por el legislador Raúl Pellegrini fue realizada en octubre de 2022, tomando como muestras 17 puntos de San Miguel de Tucumán y dos provenientes del río Salí.

En el afluente se detectaron dos tipos de bacterias; las llamadas “coliformes”, que señalan la contaminación fecal de las aguas -que siguen su curso en Santiago del Estero y Córdoba- y las “enterobacter cloacae”, cuya gravedad incide en que producen una enzima que las hace resistentes a diferentes antibióticos.

Ambas sustancias pueden ser peligrosas para la salud, según el doctor Pizzi, ya que pueden causar enfermedades como diarrea y otras infecciones. “Es algo tremendo. Sólo investigué las bacterias fecales, pero las sometimos a la acción de antibióticos y son tan resistentes que no teníamos ningún método en la Universidad que pueda combatirlas; son muy peligrosas”, advirtió.

“Es una cuestión de vida, de calentamiento global, de agresión a la naturaleza. Es más grave de lo que se piensa”, repitió el investigador y científico argentino, especializado en microbiología y epidemiología.

Pizzi es reconocido internacionalmente por su trabajo en el estudio de bacterias patógenas y la resistencia a los antibióticos, y ha publicado numerosos artículos en revistas científicas de renombre.

Si bien en algunas de las muestras que se tomaron de las calles de la ciudad también se detectó la presencia de estas bacterias, el experto alertó que en el río Salí la situación es más grave. “Es distinto porque los olores del río son de gases también, de sustancias químicas; alguien tira cosas al río. Me dejó estupefacto, nunca vi cosa tan espantosa como esa”, dijo con rechazo el profesional.

Remarcó que “no era únicamente el olor, el color de las aguas y la irritación que te provocaba en los ojos”, sino que se pudo percibir que “hay algo muy tóxico” que emana de allí.

Por otro lado, el informe detalla que en siete de las 17 muestras de aguas servidas de diferentes puntos de la capital se detectaron bacterias coliformes. “Las calles tienen bacterias de origen fecal muy peligrosas. Son bacterias que entran y empiezan a provocar trastornos digestivos y al no haber antibiótico que lo trate, se complica todo”, analizó Pizzi.

 En tanto, Pellegrini explicó que la inquietud para realizar estos estudios surgió de un pedido de vecinos que en repetidas oportunidades expresaron su preocupación ante la problemática.

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