Un descuido y poca eficacia, así se explica el empate de San Martín ante Nueva Chicago

El “santo” entró en el juego que le propuso el visitante, cometió errores infantiles y falló en la definición; debe levantar la cabeza y seguir adelante.

CLAROSCUROS. Andrada mostró su mejor versión con intermitencias; siempre intentó ir hacia adelante y así marcó el empate, luego de un cabezazo de Acosta. CLAROSCUROS. Andrada mostró su mejor versión con intermitencias; siempre intentó ir hacia adelante y así marcó el empate, luego de un cabezazo de Acosta. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO

Así como hace una semana, en cancha de All Boys, San Martín había conseguido una de esas victorias que al final de un campeonato terminan valiendo más que tres puntos; ayer en La Ciudadela volvió a dejar pasar una chance de oro. Se obnubiló ante la chance de quedar como único escolta en la zona A, se mareó con el recibimiento a toda orquesta que le habían armado los hinchas y entró en el juego trabado, mezquino y peleado que le propuso un Nueva Chicago tan rocoso como amarrete.

¿El “santo” fue superior? Sí. ¿Mereció mejor suerte? También. Pero se acordó de que necesitaba sumar de a tres demasiado tarde. Salvo un par de situaciones en el primer tiempo en las que pudo haber quebrado el “0” (un centro de Leonel Bucca que Mateo Acosta no llegó a conectar por muy poco; o un pase también de “Leo” que Agustín Colazo quiso definir con un “escorpión”), durante ese lapso al “santo” se lo vio desconocido; irresoluto en los metros finales y algo apresurado, sin ideas.

El golazo de Ezequiel Naya (“bomba” de tiro libre, luego de un foul infantil de Juan Orellana) fue lo que terminó de despabilar al dueño de casa. Si bien en el arranque del complemento, el “santo” ya había mostrado una actitud diferente, cuando le mojaron la oreja salió hacia arriba hecho un demonio. Mostró carácter y energía para sobreponerse al golpazo.

Así lo empató rápido porque Leandro Ciccolini encaró por enésima vez por derecha, se quitó la marca de encima con una buena finta, sacó un centro preciso, Acosta ganó por arriba y el rebote le quedó a Brian Andrada, que le rompió el arco a Daniel Monllor.

A esa altura daba la impresión de que esa era la única forma de quebrar a un Nueva Chicago que ya acumulaba 506 minutos sin recibir goles.

Para considerar

San Martín debió ganar el partido, de eso no caben dudas. Fue el único de los dos equipos que intentó jugar, que ofreció una idea ofensiva y que mostró ambición. Sin embargo, la locura general que se vivió en las tribunas; la efervescencia por ir al frente, por volver a sumar de a tres, por no perderle pisada al líder Agropecuario y por demostrar que el equipo tiene el objetivo final entre ceja y ceja, lo terminaron frenando. Lo que debió ser un envión, terminó siendo contraproducente.

Para colmo, aparecieron errores que no puede cometer si pretende llegar a la cima, primero; e ir por el premio mayor, después.

Nueva Chicago llegó a Bolívar y Pellegrini con la idea fija de ensuciar el partido. De trabar el trámite, de impedir que San Martín lograra jugar tranquilo, de hacer tiempo, de buscar conflictos. Y el “santo” entró en ese juego de manera inocente.

“Uno de los errores fue caer en esas discusiones que permitieron que el partido se cortara. Ellos sentían que así podían manejar las cosas y nosotros debíamos hacerlo desde otro lugar. Desde la pelota, desde el juego, desde la agresividad, desde moverlos y desacomodarlos”, sostuvo Frontini en rueda de prensa.

San Martín pecó en ese sentido y, para colmo, ofreció otras licencias. En la jugada previa al 0-1, Colazo perdió una pelota increíble y desató una contra con el equipo volcado en ataque. Orellana cometió un foul innecesario cuando la situación pedía acompañar al delantero y evitar el pase. Más tarde, Franco Meritello se “compró” dos amarillas insólitas y dejó a su equipo con 10 cuando el “torito” estaba acorralado.

Es cierto que tuvo chances para ganar el juego. Antes de los goles y sobre todo en los últimos minutos (pese que en ese lapso casi no se jugó porque el juego se cortaba a cada rato), San Martín puso jugadores cara a cara con Monllor. Pero no hubo caso.

La suerte tampoco acompañó. Un remate de Mauro Verón rebotó en José Tomino y cuando la bola parecía ir adentro, salió junto al poste de manera inexplicable. Encima, Iván Molinas (como contra Almirante Brown) falló otra chance debajo del arco y sobre la hora. No había caso.

“De todo se aprende”, dijo Frontini. El empate debe dejarle enseñanzas al “santo”, que no debe volver a caer en la telaraña rival ni descontrolarse cuando el gol no aparece.

1 x 1

Darío Sand (5)

Nueva Chicago casi no lo exigió. En el gol estaba tapado, pero no tuvo reacción.

Ismael Quilez (5)

Como el rival casi no atacó, pudo pasar al ataque muchas veces. Lo hizo con criterio, aunque le faltó precisión para terminar las jugadas.

Juan Orellana (4)

En el primer tiempo falló en un despeje y casi lo paga caro. Cometió un foul innecesario, que derivó en el tiro libre con el que la visita se puso arriba.

Franco Meritello (3)

En la marca estuvo bien, pero cometió dos errores inexplicables que le valieron la roja. Primero empujó a un rival; luego metió un codazo.

Nahuel Banegas (7)

Otra vez fue de lo mejor que mostró el equipo. En el primer tiempo tuvo un cruce que valió casi como un gol. Además, fue importante pasando al ataque.

Leandro Ciccolini (7)

Muy incisivo en el mano a mano. Desniveló bien y mucho por la derecha. Tras un centro de él, llegó el empate de Andrada.

Gustavo Abregú (6)

Bien en la recuperación y también correcto en la distribución. En el segundo tiempo, sufrió un poco cuando Nueva Chicago intentó saltear líneas.

Leonel Bucca (6)

Incansable para correr y marcar. Protagonizó dos incursiones ofensivas que casi terminan en gol. Falló demasiado rematando de media distancia.

Brian Andrada (5)

Intentó generar peligro por la banda izquierda, pero lo hizo de manera muy intermitente. Eso sí, fue siempre al frente; así encontró el 1 a 1.

Agustín Colazo (4)

De un error suyo nació la jugada del 0-1. Nunca logró ser determinante en ofensiva, pero como contrapartida, puso ganas y actitud.

Mateo Acosta (5)

Contó con dos chances para convertir pero, en ambas Monllor le ganó el duelo. El poco rodaje del último tiempo pareció pasarle factura.

Mauro Verón (-)

Casi convierte el 2-1 sobre la hora. Su remate rebotó en un defensor.

Nicolás Sansotre (-)

Ingresó para reforzar la banda derecha cuando el equipo se quedó con 10. Bien.

Nahuel Brunet (-)

Estuvo correcto cuando la ocasión lo requirió.

Iván Molinas (-)

En la última jugada, definió mal cuando tenía tres alternativas.

Enzo Martínez (-)

Casi no tuvo participación.

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