Atlético Tucumán consiguió un triunfo que vale más de tres puntos

De la mano de Marchiori y Estigarribia, el dúo técnico debutó ganador y Atlético sumó otra victoria que sirve para tomar aire en la tabla general.

GRITO SAGRADO. Marcelo Estigarribia gritó con alma y vida, Joaquín Pereyra lo acompaña con una sonrisa pícara. GRITO SAGRADO. Marcelo Estigarribia gritó con alma y vida, Joaquín Pereyra lo acompaña con una sonrisa pícara. Fotos de Matias Napoli Escalero (Especial para La Gaceta)

Mejor imposible. La dupla Favio Orsi-Sergio Gómez debutó en Atlético con una victoria en rodeo ajeno y con su sello. Con un golazo de cabeza de un viejo conocido como Marcelo Estigarribia y con movidas de fichas (cambios) a tiempo para torcer el rumbo de un partido que le era esquivo.

El “decano” hizo lo que debía: aprovecharse del horrible presente de un Huracán que está en descenso y del que se alejó a ocho puntos gracias a una victoria 1-0 en la noche del “Palacio Tomás Ducó” que para la visita vale oro en polvo.

No es que la actuación de Atlético fuera para tirar manteca al techo. Pero tiene el valor de las cosas que se consiguen con esfuerzo y lucidez. Es verdad que la figura del partido fue Tomás Marchiori, que una vez el travesaño y otra el palo, y en varias ocasiones la impericia para definir de los anfitriones salvaron el cero en el arco del conjunto tucumano.

Tanto como es cierto que sobre el cierre de la primera etapa el equipo entregó las primeras señales y en el complemento plasmó un triunfo que quizá supo a demasiado premio pero fue incuestionable.

La dupla ya exhibió una de sus virtudes: decisión para cambiar pronto, algo que a Lucas Pusineri solía tomarle algo más de tiempo.

Poco después del entretiempo, se decantaron por un cambio de sistema. Entró Marcelo Ortiz y el equipo pasó a jugar con tres/cinco atrás. Entre otras cosas, se hizo algo más profundo y dificultó las llegadas de Huracán.

Y como si fuera poco, un centro de Ortiz que se desvió en un jugador local para que Estigarribia hiciera lo que me mejor le sale: calzarse un guante en la cabeza y cumplirle a los entrenadores que siempre confiaron en él, al que en su momento llevaron al “santo”.

Por supuesto, tras solo tres prácticas, no se podía esperar demasiado. Sin embargo, el cambio de clima (y de época) pareció percibirse en la cancha, con algunas actuaciones individuales por sobre la media del último tiempo.

“El partido este fue del cuerpo técnico anterior. Tratamos de bajar ciertos lineamientos, intentamos solo corregir algunas cosas desde la parte conceptual. El gran mérito es de los jugadores”, reconoció Orsi en rueda de prensa. “Son tres puntos importantísimos para el club”, agregó el técnico.

Atlético supo aprovechar una suma de factores ideales para pegar un golpe en la mesa como visitante, algo que solo había podido hacer en esta Liga ante Racing.

Haciendo cuentas: el enojo y la impaciencia de los hinchas del “globo” con sus propios jugadores y una formación rival prácticamente carente de figuras: apenas los nombres de Fernando Tobio, de Matías Cóccaro, del promisorio Juan Gauto y poco más.

Además, para fortuna del “decano”, las dos joyitas del club fueron baja: Federico Fattori, fracturado en el quinto metatarsiano de su pie izquierdo, Santiago Hezze suspendido por cinco amarillas.

Con idéntica formación inicial que en la victoria ante Unión en el “José Fierro”, Atlético no tuvo demasiadas ideas ni frescura en la etapa inicial, pero mejoró sustancialmente en el complemento.

Con el 1-0 a favor, Atlético supo jugar con la desesperación del equipo de Diego Martínez, quien no pudo debutar y ganar, y que tendrá que bailar con la más fea, según parece. La gente se fue del Tomás Ducó gritando “que no quede uno solo” e insultando a los directivos. Y Orsi y Gómez se retiraron con sendas sonrisas de oreja a oreja.

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