El nacimiento de Threads y el tiempo de la cautela

Por ahora Threads sólo sirve para hablar de Threads. Los curiosos que por estos días se sumaron a la nueva red social lanzada por Meta habrán tenido su pico más alto de emoción durante el miércoles por la noche, momento en el que sus contactos de Instagram compartían sus primeras publicaciones en la reciente plataforma. Sin embargo, hasta ahora, la mayoría de las publicaciones hacen referencia al propio producto, a la novedad, a qué pasará con Twitter de ahora en adelante.

Es entendible que nada sorprenda ya a los usuarios más que el anuncio de una nueva red social basada en texto. Sí, la novedad es que un gigante como Meta apuesta en nuevo producto al formato de texto. Existen algunos adicionales menos relevantes entre sus prestaciones, pero nada que no se haya inventado en el pasado y que de hecho, Twitter lo hizo 2006, pensado para un entorno de comunicación que todavía no utilizaba internet en los celulares. Los tuits se enviaban al principio por SMS, una sigla casi desconocida para las nuevas generaciones, con una historia que ya tiene 17 años.

El encanto es el “círculo rojo”

Threads nace con una intención. La de reemplazar a Twitter, que por estos días vive uno de sus peores momentos. Pero, ya cerca de su mayoría de edad y con todos los vaivenes que sufrió en su historia, Twitter sigue resistiendo y su muerte fue anunciada en varias oportunidades. Ninguna de las plataformas que aparecieron durante estos años eclipsó a una red que nunca perdió algo vital para su supervivencia: el encanto de sus usuarios. Quienes interactúan diariamente en su mundo encuentran valor en cada interacción que generan o reciben. Dicen que allí está el llamado “círculo rojo”. Sea de cualquier color, existe una comunidad, con referentes de peso que siguen eligiendo algo tan simple y profundo como las palabras a la hora de comunicar.

El arma secreta de Meta para esta batalla es el volumen de usuarios. De hecho, Mark Zuckerberg destacó que en sólo siete horas llegaron a los 10 millones en Threads. La clave fue la invitación desde Instagram, una exportación de cuentas que funcionó bien por el momento pero que en el mediano plazo habrá que evaluar si las mismas personas que interactúan en Instagram encuentran valor en la nueva propuesta. Sin embargo, pensar en una migración de cuentas sería un error. Ni los usuarios de Twitter ni los de Instagram abandonarán sus plataformas preferidas y la historia ya lo demostró.

Fue Meta quien hace poco tiempo intentó acabar con dos redes sociales que siguen vigentes. Primero incorporó las “stories” y para ello tomó el formato que ya había popularizado Snapchat, una red que por estas latitudes no goza de tanta popularidad como en Estados Unidos. Según Statista, en el primer trimestre de 2023, esta aplicación para compartir fotos y videos tenía 383 millones de usuarios activos diarios en todo el mundo y ha experimentado aumentos constantes desde 2019. Luego, Instagram también incorporó los “reels”, una copia del formato de videos cortos que impulsó a TikTok como una de las redes más populares del momento. Según un informe de la revista Forbes, Tiktok fue la red de mayor crecimiento y que más acaparó la atención de los menores de 18 años en 2022. Esta franja etaria consumió 12 horas semanales de videos cortos y así le ganó a Instagram (5 horas) y Snapchat (10 horas). Si nos vamos más atrás, quizás encontremos los restos de Google Plus o Google+, una red social que intentó instalar el buscador sin éxito durante casi ocho años, a pesar del volumen gigante de usuarios que pretendía importar desde otros productos como Gmail o Youtube. En todos estos momentos se anunció también la posible muerte de los competidores.

La creatividad por ahora reina por su ausencia. El riesgo del metaverso le costó muy caro a Meta y todo parece indicar que la compañía prefiere productos más conservadores y ya validados por la industria. Es preferible adoptar formatos antes que crearlos y la clave es el momento de lanzarlos. Veremos si esa es la lección que rescataremos en un futuro no muy lejano. Del otro lado del ring sigue en pie Twitter, con batallas perdidas y ganadas, pero aún vigente. Cautela es la actitud en este momento de gigantes que supieron ir por todo, pero que ahora, saben que son vulnerables y que el pulgar hacia arriba o hacia abajo lo tienen, al fin de cuentas, los usuarios.

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