Desde el comedor de la remozada hostería de Escaba la imagen del imponente lago del dique del lugar, rodeado de cerros y una nutrida vegetación, pinta un relieve que deslumbra e invita al éxtasis.

El albergue, que pertenece al Estado provincial, se erige en una marcada pendiente que obsequia una visión privilegiada de los alrededores. Se llega hasta ahí por la ruta provincial 308 que se extiende hacia el oeste desde Juan Bautista Alberdi. Está a 127 km de la capital tucumana y a 630msnm.

En estos días hay un despliegue intenso de operarios que ultiman los detalles de los trabajos de refuncionalización y remodelación de la hostería, emplazada en un terreno de una superficie de 22.744 metros cuadrados.

La obra se instrumenta a través del Plan 50 Destinos del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación. Fue gestionada por el Ente Tucumán Turismo (ETT) con el afán de dar impulso a la oferta de alojamiento del pueblo de Escaba que integra el Circuito Turístico Sur.

Los vecinos celebran el renacer del hospedaje que, desde su habilitación hace más de 40 años, fue objeto de diferentes concesiones a particulares que, por la falta de mantenimiento, fueron transformando en una ruina el edificio.

“Es nuestro anhelo que esta hostería no vuelva a caer en manos de gente irresponsable. Que contribuya a fomentar el turismo y la generación de fuentes de trabajo. Este es un sitio muy lindo para visitarlo. Aquí yo vivo desde toda la vida. Mi padre, Romualdo, trabajó en este edificio y se puso triste cuando lo cerraron. Que no se vuelva a repetir esta historia”, expresó Ramón Correa.

El proyecto en la hostería, a punto de finalizar, demandó una inversión de más de $300 millones. La intervención planteó tareas de demolición y ampliación en diferentes sectores, llevando la superficie del edificio principal a 750 metros cuadrados.

Las terrazas de desborde, ubicadas a diferentes niveles y que fueron equipadas con rampas, escalinatas y canteros, abarca unos 850 metros cuadrados descubiertos.

LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL

“La hostería fue remodelada y se adaptaron funcionalmente los diferentes sectores de servicios, habitaciones (cuatro) con baño privado, espacios comunes y restaurante. También se construyeron cinco cabañas con 16 plazas distribuidas en dos dobles y tres cuádruples”, precisó Sebastián Giobellina, titular del Ente Tucumán Turismo.

Por otro lado se edificaron las instalaciones de servicios de soportes de las cabañas que incluyen salas de máquinas, lavandería, despensa y reserva de agua propia. Todos los espacios, incluido el de estacionamiento, tienen características inclusivas: facilitan el desplazamiento de personas con discapacidad.

A futuro el proyecto contempla la construcción de una piscina, solarium, quinchos y otros sectores de servicios complementarios. “La obra que se termina será concesionada. Al mismo tiempo nos proponemos contratar empresas que brinden servicios para la práctica de kayac, buceo, pesca y otras actividades. Vamos a tratar de gestionar además recursos para algunos emprendedores locales a fin de que puedan disponer de bicicletas o caballos de montura que sirvan para el paseo de los visitantes. La idea es que vayás a Escaba y tengás una multiplicidad de actividades en el marco de un turismo activo” apuntó Giobellina. Agregó que se tratará de incorporar a la oferta turística una pequeña embarcación para que los visitantes puedan recorrer el lago.

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El Ente Tucumán Turismo, en tanto, capacita a vecinos de la zona para que se desempeñen en las diferentes labores que demandará el funcionamiento de la hostería y otros servicios. El modelo de oferta, según precisó, será parecido al que se brinda en El Cadillal o en San Javier.

El titular del ETT precisó que con las distintas reparticiones del Estado coordina tareas tendientes a garantizar una provisión adecuada de agua para consumo, de electricidad, y caminos de acceso en buenas condiciones.

Particulares

En Escaba hay emprendimientos privados que brindan contención al incipiente, pero esperanzador movimiento turístico que tiene el lugar. Uno de ellos es el que lleva adelante Javier Frizzera con sus cabañas y otros servicios que brinda frente al imponente lago. Se denomina Killay Runa (hombre de hierro).

Los contingentes de estudiantes, las familias y otros particulares que llegan al lugar disponen allí de un espacio en el que pueden hospedarse y acceder a servicios sanitarios, agua, gastronómicos y de wiffi, entre otros.

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El desafío de Frizzera no es fácil debido a los costos de mantenimiento. De todos modos sobrevive y le incorpora al proyecto nuevos atractivos como las competencias multideportivas y las caminatas.

En octubre pasado organizó una carrera pedestre nocturna. Ahora para el 10 de este mes anunció la realización del primer pentatlón por este bondadoso escenario natural. “Esta es una zona que tiene todas las posibilidades de alcanzar un alto nivel de desarrollo. Todo lo que se comenzó a brindar aquí supone dedicación, sacrificio e inversión. Los que nos arriesgamos con estos emprendimientos esperamos el acompañamiento del Estado. Apostamos a motorizar una actividad que genera mucho movimiento de gente y trabajo”, afirmó.