La enfermería, “disciplina altamente necesaria”, era el objeto de nuestro editorial del 6 de diciembre de 1983, a propósito del convenio que se había firmado entre la Universidad Nacional de Tucumán y la Municipalidad de Aguilares para la creación y puesta en funcionamiento de una filial de la Escuela de Enfermería en esa ciudad. A 40 años de ese acuerdo, y con la escuela funcionando a pleno -hay hoy unos 1.800 estudiantes- muchos problemas de la educación, de la salud y de las zonas del interior se mantienen o han cambiado poco. Por ello bueno es comparar aquellos tiempos y las expectativas que se generaban con esta decisión de la Universidad, que respondía a “los requerimientos del progreso y las necesidades esenciales de las comunidades humanas radicadas en su zona de influencia”. El editorial, titulado “Enfermería en Aguilares”, hablaba de la “conjunción de esfuerzos de las instituciones y entes regionales”.
En ese entonces se daba a conocer un estudio que señalaba “el acentuado déficit de personal; la imperiosa necesidad de aumentar el nivel de formación y la urgencia de atraer candidatos a la alicaída profesión... A principios de la década (de los 80) existían en la Argentina 18.015 enfermeras debidamente capacitadas y 25.973 auxiliares... considerándose que las cifras ideales para los próximos años se encontrarían en la graduación de 108.000 nuevos enfermeros profesionales” y se agregaba que por cada 200 médicos que recibían sus diplomas, egresaba solamente una enfermera. Eso, añadía, ponía en evidencia un problema nacional en el área de la salud pública.
En la actualidad hay 270.000 enfermeros, de los cuales 70.000 son auxiliares, 125.000 son técnicos y solo 41.000 son universitarios. Tenemos 37 enfermeros por cada 100.000 habitantes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se necesitan alrededor de 23 médicos, enfermeras y parteras cada 10.000 habitantes para brindar servicios esenciales de salud a la población. Hoy hay una Ley de Promoción de la Formación y del Desarrollo de la Enfermería que, se supone, ha de contribuir a cambiar las cosas. Al mismo tiempo en la Universidad se analiza el reclamo de los estudiantes de enfermería para que la escuela llegue a ser facultad, planteo ya añejo y cuya resolución tiene complejidades.
Como sea, se trata de una disciplina importante -bien se señala que el 70% de la atención que recibe un paciente en el sistema de salud es llevada adelante por un enfermero o enfermera- que debía ser atendida hace 40 años. Su evolución ha sido ardua y sus frutos aún están por verse.