A propósito de la reciente elección del tirador Joaquín Cisneros (h) como “Deportista del Año” en la Fiesta del Deporte de LA GACETA, que concretó su edición N°17, es menester destacar el valor del tiro, disciplina cuyos méritos no van en zaga con respecto a otras.
Cisneros (h), precedido entre otros logros por su conquista de la Copa Sudamericana de Fosa Olímpica, que lo mantiene en pie para aspirar a una plaza en los Juegos Olímpicos París 2024, se impuso entre 17 colegas. Por primera vez, un representante del tiro inscribió su nombre como ganador del premio, que reconoció su sacrificio, trabajo, dedicación y proyección.
Es casi una obviedad, pero hay que definir qué se considera deporte. En el artículo 2.i de la Carta Europea queda correctamente determinado: “se entiende por deporte toda forma de actividad física que, mediante una participación casual u organizada, tiene por objeto expresar o mejorar la aptitud física y el bienestar mental, formar relaciones sociales u obtener resultados en la competición a todos los niveles”.
Dicho de manera concreta, el deporte practicado de forma correcta y regular, representa un factor de primer orden en la calidad de vida física, psíquica, emocional y social.
El tiro tiene en Tucumán una rica historia. Es imperativo citar a Firmo Roberti. Aunque nacido en Córdoba, se afincó en nuestra provincia y logró armar una carrera deportiva prestigiosa, llegando incluso a participar de los Juegos Olímpicos de 1972, 1976, 1984, 1988 y 1992. Con el paso de los años, fueron varios los tiradores que buscaron hacer más profunda la huella que él abrió. Cisneros (h) es hoy uno de los que contribuye a la causa, como también lo hace Ricardo Baralo. Este último, también aspirante a una plaza para París 2024, en un reciente reportaje brindó precisas e interesantes visiones sobre el valor del deporte que practica.
Según el campeón del Nacional de Foso Olímpico y ocupante del podio en el reciente Campeonato Sudamericano, su deporte no sólo se trata de romper platillos: requiere lograr una gran intuición para poder acertarle al movimiento. Aseguró que hay que dejar que el inconsciente actúe. La velocidad a la que se desplazan los elementos por impactar obliga a pulir el instinto, aunque con eso no sea suficiente. “A veces para ganar, tenés que estar iluminado”, explicó, dejando en claro que la técnica no basta para destacarse.
Baralo ahondó en sus definiciones: “se necesita un gran trabajo mental para controlar los nervios y mantener la templanza en los momentos definitorios. En mi caso lo hago leyendo libros de psicología deportiva para tener visualizaciones sobre lo que quiero hacer. Lo mejor es no pensar en el resultado; eso tiene que ser una consecuencia del trabajo”.
El objetivo de constante superación une a todos los deportistas. También la preparación física, el mejoramiento de la técnica y el fortalecimiento mental. Sin dudas, todos hacen mérito para ser reconocidos, como le pasó esta vez al tiro. Celebremos entonces que en Tucumán tengamos un deporte sano, competitivo y ambicioso, que inspira y nos hace confiar en el futuro.