La gestión del presidente Javier Milei deposita toda su confianza en las medidas contempladas tanto en el mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) como en la ley ómnibus, como base para encarar las reformas estructurales que necesita la Argentina para vencer los desequilibrios macroeconómicos. Más allá de las cuestiones políticas, que dependerán de los consensos que logre captar la Casa Rosada, hay otros riesgos que enfrenta el plan de ajuste del Gobierno.
En primer lugar, la inflación del trimestre diciembre-febrero 2024 será por mucho la más alta desde la salida de la hiperinflación. El sinceramiento de precios artificialmente atrasados, como el dólar oficial o algunos más puntuales (combustibles, obras sociales, etc.) tendrán un impacto directo en la nominalidad de los próximos meses, advierte un reciente reporte de GMA Capital.
“Aun suponiendo que a partir del segundo trimestre la inflación ceda de esos máximos, es muy factible que 2024 marque el séptimo año consecutivo con caídas en el salario real. Esto tendrá efectos directos sobre el consumo, con altas chances de que el PBI se contraiga durante el próximo año. No obstante, mientras más exitoso sea el programa de estabilización, menor será el impacto en términos de actividad”, puntualiza el diagnóstico realizado por los economistas Nery Persichini, Santiago Franco y Mateo Carrasco.
Pese a esto último, para este año se debería esperar una mejora en el frente externo, principalmente por el sinceramiento cambiario y por la normalización de la cosecha, que en el margen amortiguará la caída del Producto Bruto Interno (PBI).
Desde la devaluación se dio un importante cambio en la dinámica de compras del Banco Central (BCRA). En las últimas 11 jornadas la autoridad monetaria acumuló un saldo positivo de U$S 2.594 millones (promedio U$S 236 millones por rueda), que llevó a las reservas netas de un saldo negativo estimado en $ 11.400 millones a cerca de -U$S 8.700 millones. No obstante, y pese a la mejora cambiaria, la reciente dinámica se explica también por el rezago operativo del nuevo sistema de importaciones (SEDI), que se refleja en el bajo volumen operado de las últimas jornadas, advierte GMA.
Si bien el sinceramiento cambiario, que llevó a la brecha a niveles mínimos desde 2019, dará lugar a una recomposición de las reservas, existen algunos factores que condicionarán parcialmente esta mejor performance. Como ejemplo, con respecto al juicio por la expropiación de YPF por U$S 16.000 millones, la firma recuerda que la jueza Loretta Preska rechazó el pedido de Argentina de extender los plazos para presentar garantías. “Es decir, si Argentina no cumple con las exigencias a partir del 11 de enero, podrían comenzar los embargos”, alerta. Por otro lado, el perfil de vencimientos de deuda en dólares es algo más exigente de lo que fue en 2023. Durante este año vencen U$S 4.300 millones entre Bonares y Globales (U$S 1.500 millones en enero y U$S 2.800 millones en julio). Además, los compromisos con el FMI serán superiores a los desembolsos que realizará el organismo.
“No obstante –puntualiza-, la normalización de la cosecha permitirá que 2024 sea un año mucho más favorable para las cuentas externas de lo que fue 2023. Por ejemplo, las proyecciones de trigo estiman una producción de 14,5 millones de toneladas, 26% por encima de la última campaña”. Los efectos de la mejor cosecha comenzarán a dar lugar a partir del segundo trimestre del año, cuando se comience a liquidar la gruesa. De hecho, solo entre abril y junio se suele liquidar el 32% del total de un año. Para garantizar esa liquidación será clave la dinámica cambiaria. “Con una inflación ampliamente superior a los dos dígitos el crawling peg de 2% mensual es insostenible a lo largo del tiempo. Si la variación de precios en enero alcanzara 25% mensual, los $ 807 ajustados por el crawl se sentirían dentro de un mes como $ 630 de hoy y si en febrero los precios aumentaran 20%, hacia finales de ese mes el tipo de cambio oficial equivaldría $ 540 a precios actuales”, describe GMA Capital.
Por su parte, hay razones para suponer que en este 2024 el dólar Contado con Liquidación (CCL) subirá menos que los precios, siempre y cuando la estabilización sea exitosa (aun si se el CCL se reajusta en los próximos meses luego de una extensa calma).
Si bien la economía se acostumbró a los estándares de la última gestión, y el “contado con liqui” se apreció en términos reales 47% desde su último máximo, vale notar que todavía se encuentra en niveles históricamente altos, indican los economistas que elaboraron el informe. Por poner en perspectiva dos ejemplos históricos: el dólar vigente durante el gobierno de Néstor Kirchner promediaba $ 800 a precios de hoy. Por su parte, tras la corrida post PASO 2019 el tipo de cambio subió, a lo que serían en precios de hoy, a $ 725.
A modo de conclusión, GMA Capital señala que, “si bien las medidas de política económica apuntan en la dirección correcta, nos encontramos recién en el primer tramo (pese al shock que representan las medidas a nivel macro y microeconómico)”. El grado de éxito va a depender de la capacidad del nuevo Gobierno de anclar las expectativas. No se trata solo de ir en la dirección correcta, sino también que esa dirección se sostenga en el tiempo. Obtener la gobernabilidad necesaria para llevar a cabo las medidas en cuestión es la clave, finaliza.