Diego Dirisio, dueño de la empresa International Auto Supply (IAS) y considerado el mayor traficante de armas de América Latina, fue detenido este viernes en Córdoba junto a su esposa, la ex modelo paraguaya Julieta Nardi. Ambos estaban prófugos desde diciembre pasado, días antes de que se concretara el Operativo Dakovo, la megaoperación conjunta entre Estados Unidos, Brasil y Paraguay que desmontó la red que abastecía a grupos criminales brasileños, señala el sitio “La Política on line”.
La detención fue liderada por Interpol y la pareja podría enfrentarse ahora a un proceso de extradición a Brasil. Según las primeras informaciones, la Corte Suprema paraguaya fue notificada sobre la captura, ya que Dirisio se escapó de Paraguay, donde vivía y desde donde operaba el esquema de tráfico de armas procedentes de países de Europa central.
A principios de diciembre, Brasil había solicitado la extradición de Eliane Marengo y María Mercedes, que trabajaban para IAS, los traficantes Aldo Cantero Cáceres, Manuel Antonio Gómez Ojeda, Arnaldo Andrés Cubas Cantero y Ángel Antonio Flecha Barrios y dos integrantes de las Fuerzas Armadas de Paraguay, la capitana Josefina Cuevas, ex jefa de control de la Dirección de Material Bélico (Dimabel), y la teniente Cinthia María Turro Braga, asesora jurídica del Registro Nacional de Armas.
A nivel judicial, Paraguay cumple un rol auxiliar, luego de aceptar la orden de captura internacional y la extradición de Dirisio. En un primer momento se sospechó que el argentino podría haberse ocultado en algún punto del país. El 12 de diciembre su camioneta Chevrolet Silverado fue encontrada en un estacionamiento del microcentro de Asunción. Desde entonces se desconocía el paradero de la pareja. “Dirisio es el dueño de la empresa, quien coordinaba todas las acciones de la empresa, hacía gestiones directas para la venta y reventa, consciente de que esas armas debían ser desguazadas y destinadas al crimen organizado. Eso quedó demostrado en la investigación”, apuntó Flávio Albergaria, superintendente de la Policía Federal de Brasil en Bahía.
El operativo para apresar a Dirisio y Nardi fue coordinado por las policías de Brasil y Argentina, un golpe para las autoridades paraguayas, que no pudieron evitar la fuga, pese a que el gobierno de Santiago Peña había sido alertado de los allanamientos múltiples en EEUU, Brasil y Paraguay.
La red que lideraba Dirisio logró importar cerca de 43.000 armas a Paraguay por un importe de 240 millones de dólares en tan solo tres años. El armamento abastecía a los grupos criminales Primer Comando Capital y Comando Vermelho de Brasil. Tras dos años de investigación, el Operativo Dakovo permitió la detención de 11 personas, entre ellas militares de alto rango, como el general del Aire Arturo Javier González Ocampo, el ex director del Registro Nacional de Armas de la Dimabel, el coronel Bienvenido Fretes, y el general Jorge Antonio Orué Roa. A finales de diciembre, Dirisio habló con el canal Telefuturo desde la clandestinidad para defenderse de las acusaciones en su contra. Entonces calificó de falsos los chats suyos y los de Nardi con funcionarios del Estado que forman parte de la investigación. Además, el empresario criticó el Operativo Dakovo porque las incautaciones y allanamientos fueron hechos sin la presencia de los abogados de IAS y hasta especuló con que las autoridades paraguayas buscaban quedarse con el armamento que pertenecía a su empresa, algo que finalmente ocurrió, como reveló LPO.