Es posible que el fin de semana largo de carnaval haya dejado una sensación amarga en algunos viajeros que decidieron pasar esos días en el norte del país: el principal camino que conduce a las provincias de Salta y Jujuy, epicentros de los festejos más multitudinarios de la región (especialmente esta última), se encuentra cada vez más deteriorado. Conductores y vehículos se ven, a lo largo de varios kilómetros, sujetos a las condiciones deficientes de las cintas asfálticas, expuestos a distintos riesgos.
Llama la atención que las rutas que conducen a destinos turísticos tan destacados como Purmamarca, Tilcara o la mismísima capital salteña presenten tantos problemas.Y preocupa que esta vía que comunica a miles de habitantes de esta región del país exponga a sus transeúntes a una inseguridad vial inaceptable.
Si uno viaja desde Tucumán a San Salvador de Jujuy, por ejemplo, recorrerá (quizás sin advertirlo) diversas rutas nacionales, según el tramo del camino por el que avance. Por ejemplo, desde la capital tucumana hasta Rosario de la Frontera lo hará por la 9. De allí hasta las cercanías del aeropuerto jujeño se desplazará por la 34. Y a partir de allí hasta el acceso sur de San Salvador avanzará por la 66. Entonces volverá a tomar la 9.
A lo largo de los aproximadamente 360 kilómetros que hay entre las capitales de Tucumán y Jujuy el estado del camino presenta diversas realidades.
Sin dudas, el tramo que mejor se mantiene es el que va desde Tucumán a Rosario de la Frontera. Si bien su estado no es perfecto, la señalización vertical y horizontal está presente (algo raro en otros caminos que recorren la provincia) y el pavimento se mantiene en un buen estado general.
Los problemas más graves aparecen en el tramo que va de Rosario de la Frontera a Metán. Estos 30 kilómetros se han ido deteriorando con fuerza y no se advierte que se hayan realizado tareas de mantenimiento en el último tiempo. Los últimos kilómetros previos al ingreso a Metán son los peores: la cinta asfáltica se ha deformado por el peso de los vehículos y está hundida, a tal punto que los conductores prefieren avanzar por la banquina. Si algún automovilista desprevenido no advierte este problema a tiempo (pensemos en alguien que viaja de noche) puede romper el vehículo o sufrir un accidente.
Entre Metán y Güemes se extiende una larga autovía que asoma propicia para apretar el acelerador. El problema es que el deterioro del pavimento es cada vez mayor. Los carriles de la derecha de ambas manos, que son los que suelen usar los camiones y colectivos, se han ido deformando. Por ese motivo, buena parte de los vehículos avanza por los carriles de la izquierda, incrementando de ese modo la inseguridad vial.
Entre el río de las Pavas (que marca el límite entre Salta y Jujuy) y la localidad jujeña de Perico el camino va serpenteando entre las obras inconclusas de una autopista que nunca se terminó de construir; lo único destacable es que, ante la extensa parálisis de la obra, las autoridades decidieron pavimentar los desvíos y aliviarles el viaje a los transeúntes.
Creemos que es fundamental que mejore el estado de este camino por el que transitan miles de personas a diario. Se trata de una ruta por la que se mueve buena parte de la producción de la región, los turistas que recorren las provincias del norte y los vecinos de todas las localidades que se levantan junto a esta vía de comunicación. Ellos se merecen más seguridad y mejores condiciones de circulación.