Walt Disney, el inolvidable creador de Mickey Mouse, falleció el 15 de diciembre de 1966 en el hospital Saint Joseph de Burbank. Unas semanas antes se había sometido a un examen médico porque tenía fuertes dolores en la espalda, el cuello y una de sus piernas. Al poco tiempo supo que se trataba de un tumor cancerígeno en el pulmón izquierdo.
Disney fue operado el 30 de noviembre, y tras unos días de reposo volvió al trabajo. Estaba terminando de diseñar el parque temático en Orlando, Florida, que llevaría el nombre de Disneyworld. Pero al poco tiempo volvió a ser hospitalizado.
Los médicos no pudieron controlar la enfermedad y solo dos semanas después el padre de Mickey Mouse y el Pato Donald se despedía del mundo. Pero con su muerte nació la leyenda y con la leyenda el mito: su cuerpo habría sido congelado para ser resucitado en el futuro, cuando la ciencia médica fuera capaz de curarlo.
¿Cómo surgió la versión que indicaba que había sido congelado?
El primer factor que avivó la leyenda fue el comportamiento de la familia. Cuando los médicos anunciaron a Walt que sufría cáncer, se confabularon para que la noticia no llegara a los medios. En aquella época Disney estaba a la cabeza de un enorme imperio.
Cuando falleció 10 días después, nadie podía creerlo, el público estadounidense acababa de verlo en plena actividad, aún desde la cama de un hospital. En las siguientes horas, los comportamientos supuestamente sospechosos continuaron.
A pesar de la expectación que la muerte del creador provocó, la familia decidió moderar tanto entusiasmo y enterrarlo en la más estricta intimidad. Son muy pocas las personas que llegaron a ver el cuerpo.
Por otro lado, la revista estadounidense dedicada a temas de ciencia y tecnología, Popular Mechanics, reveló que los rumores salieron desde el interior de la compañía.
Con el objetivo de vengarse por los presuntos tratos estrictos por parte del director ejecutivo, echaron a rodar la mentira y la fueron alimentando año a año con extravagantes datos. Luego, el público agigantó el mito.
A pesar de la fascinación pública por esta idea, que encontró eco en biografías y teorías de conspiración, documentos legales y testimonios familiares confirmaron su cremación y el descanso final de sus restos en Forest Lawn Memorial Park.
“Al día siguiente de su muerte se celebró un funeral privado y el 17 de diciembre su cuerpo fue incinerado en Forest Lawn Memorial Park en Glendale, California”, revelaron sus familiares.