Empezar el gimnasio es una de las decisiones más saludables que podemos tomar. Sin embargo, la falta de información o el entusiasmo desmedido pueden llevarnos a cometer errores que afectan los resultados… o incluso la salud. Estos son los siete tropiezos más frecuentes de los principiantes, y cómo hacerles frente desde el primer día:
1. Querer resultados inmediatos
Uno de los mayores errores es esperar cambios visibles en pocas semanas. El cuerpo necesita tiempo para adaptarse: ganar fuerza, quemar grasa o aumentar masa muscular son procesos progresivos. La clave es la constancia, no la urgencia.
Cómo evitarlo: fijá objetivos realistas, medibles y a largo plazo. Por ejemplo: "hacer 20 flexiones seguidas en dos meses" en lugar de "bajar 10 kilos en un mes".
2. Entrenar sin plan ni rutina adecuada
Muchos novatos improvisan ejercicios o copian rutinas de otros sin saber si son adecuadas para su cuerpo o sus metas. Esto suele generar frustración o lesiones.
Cómo evitarlo: consultá con un instructor o personal trainer que evalúe tu condición física y diseñe un plan ajustado a tus necesidades.
3. Olvidar la importancia del calentamiento y la elongación
El entusiasmo lleva a empezar “a lo loco” sin preparar los músculos, aumentando el riesgo de contracturas o desgarros.
Cómo evitarlo: dedicá al menos 10 minutos al calentamiento (bicicleta, cinta, movimientos articulares) y otros 10 a estirar al final de la rutina.
4. Sobreentrenar creyendo que “más es mejor”
Ir todos los días o entrenar dos horas seguidas no garantiza progreso. Al contrario: puede frenar la recuperación muscular y aumentar el agotamiento mental.
Cómo evitarlo: respetá los días de descanso y escuchá las señales de tu cuerpo. Dormir bien también es parte del entrenamiento.
5. Descuidar la alimentación
El error clásico: matarse en el gym y luego compensar con comidas ultraprocesadas o restrictivas. La nutrición representa al menos el 50% de los resultados.
Cómo evitarlo: acompañá el entrenamiento con una dieta balanceada rica en proteínas, vegetales y carbohidratos complejos. Si es posible, consultá con un nutricionista deportivo.
6. Compararse con otros
Medirte con personas que llevan años de entrenamiento es una trampa para la motivación. Cada cuerpo tiene su ritmo y proceso.
Cómo evitarlo: concentráte en tu progreso personal. Anotá tus logros semanales (más repeticiones, mejor técnica, mayor resistencia) y celebrá cada avance.
7. No disfrutar del proceso
Si entrenar se vuelve un castigo, es probable que abandones en poco tiempo. La clave es encontrar una actividad que también te divierta.
Cómo evitarlo: probá distintas disciplinas (funcional, spinning, yoga, crossfit) hasta hallar la que mejor se adapte a vos. El placer es tan importante como el esfuerzo.