En un movimiento estratégico, el ministro de Economía Luis Caputo, implementó una serie de medidas económicas en línea con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas acciones incluyen una flexibilización del tipo de cambio, el aumento de las tasas de interés y la recompra de reservas por parte del Tesoro.

Hoy, el directorio del FMI se reunirá para considerar la aprobación del acuerdo técnico alcanzado con Argentina, lo que podría liberar un desembolso de U$S2.000 millones. El Gobierno espera con urgencia estos fondos para fortalecer las finanzas públicas.

La reunión será clave para evaluar si el nuevo enfoque económico logra consolidar la confianza internacional y reducir el riesgo país, en un contexto donde las reservas del Banco Central se mantienen bajo presión.

Un ajuste hacia un tipo de cambio más competitivo

En los últimos días, se permitió que el tipo de cambio oficial supere los 1.300 pesos por dólar, lo que representa un ajuste hacia un tipo de cambio más competitivo, tal como lo había sugerido el FMI. Este cambio contrasta con la política inicial de control estricto y se interpreta como una estrategia pragmática para evitar mayores tensiones cambiarias.

Sin embargo, el cumplimiento de las metas de reservas sigue siendo un desafío. El Gobierno reconoció la dificultad de alcanzar los objetivos establecidos y abrió las negociaciones para ajustar las metas de acumulación, especialmente para septiembre. 

En un giro inesperado, el Tesoro comenzó a adquirir dólares, buscando demostrar voluntad política al FMI a cambio de mayor flexibilidad en los plazos y montos de las metas de reservas. Este cambio de rumbo indica que el gobierno prioriza la estabilidad económica, especialmente en el período previo a las elecciones legislativas de octubre.

Aumento de las tasas de interés

Un componente fundamental de este nuevo enfoque fue el aumento de la tasa de interés de referencia al 65% anual, un nivel récord. Esta medida busca captar fondos y contener las expectativas de devaluación, en línea con las directivas del FMI. No obstante, este aumento elevó el costo financiero para el Estado, lo que representa un cambio drástico en la política monetaria.

De forma complementaria, el Tesoro comenzó a comprar reservas, con el objetivo de fortalecer la posición externa del país. Esta decisión implica la intervención en el mercado de divisas para adquirir dólares, lo que sugiere un cambio en la postura inicial de no emitir pesos para comprar divisas.

El Gobierno confía en que el desembolso de U$S2.000 millones servirá como respaldo clave para esta estrategia, al enviar una señal de confianza a los inversores en un escenario de incertidumbre. Sin embargo, la flexibilización del tipo de cambio generó un impacto inmediato, con el dólar oficial acercándose al límite superior de la banda de flotación.