El margen se achica y la presión crece. San Martín sabe que no hay más lugar para más distracciones. Esta noche, en su visita a All Boys, está obligado a ganar.

Y no se trata sólo de sumar tres puntos, sino de sostener el pulso de un campeonato que se volvió frenético. Deportivo Madryn volvió a imponer su autoridad en la zona A de la Primera Nacional al vencer 2 a 0 a Gimnasia y Tiro de Salta, con goles de Germán Rivero y Bruno Pérez, y se mantiene firme en lo más alto. El sábado, Atlanta había hecho lo suyo frente a Ferro. La combinación de ambos resultados puso sobre la mesa un mensaje claro: San Martín no tiene margen de error; necesita ganar para seguir respirándole en la nuca al “Aurinegro” y al “Bohemio”.

Una derrota o incluso un empate en Floresta significaría ceder terreno en la recta decisiva del torneo porque la tabla ya no permite especulaciones. En caso de sumar de a tres, los dirigidos por Mariano Campodónico podrán mantener la diferencia de cuatro puntos con respecto a Madryn, y a uno de Atlanta.

La presión no sólo llega desde arriba. Detrás, otros equipos también acechan, esperando un tropiezo que abra la puerta.

Pero la obligación no es únicamente matemática. En La Ciudadela se instaló la idea de que el partido de esta noche debe servir como confirmación. La actuación del miércoles pasado contra Deportivo Maipú, en la que el “Santo” mostró orgullo, reacción y carácter, no puede quedar como un destello aislado. Campodónico lo sabe, y el desafío es darle continuidad a esa versión aguerrida que recuperó algo de la conexión con su gente.

La incógnita está en los nombres. El entrenador aún no confirmó el equipo titular, aunque hay una certeza: Juan Esquivel no será de la partida. El extremo, que ya había encendido alarmas al salir lesionado ante el “Botellero”, no se recuperó a tiempo y perderá su lugar. La apuesta pasará entonces por encontrar el equilibrio justo entre la intensidad que demanda el momento y la frescura para vulnerar a un All Boys que, herido por su andar irregular, buscará hacerse fuerte en casa.

San Martín se juega mucho más que un partido. Se juega su aspiración de seguir creyendo en el ascenso directo. El margen es mínimo y la obligación es máxima.