Terminar el mes sin poder pagar el resumen de la tarjeta no es una situación aislada: cada vez más argentinos enfrentan esa realidad. Datos recientes del Banco Central de la República Argentina (BCRA) indican que la mora en el pago de las tarjetas de crédito se ubica en cifras que no se veían desde hace años, al tiempo que otros tipos de créditos muestran un deterioro pronunciado.
¿Qué dicen los números? En julio, los atrasos en el segmento de tarjetas de crédito llegaron al 4,8%. En el caso de los préstamos personales, el nivel de irregularidad escaló hasta cerca del 6,5% en junio. Se trata de situaciones que no se veían desde los tiempos difíciles de la pandemia. Si se miran los créditos destinados a familias, la mora alcanzó el 5,2% en junio. Las proyecciones consideran que la tendencia podría profundizarse.
Las causas del atraso
Varias razones se combinan para aumentar la mora.
- Las tasas de interés siguen por las nubes, lo que encarece la decisión de hacer pagos mínimos o de pagar una parte de los consumos.
- Los salarios no crecen al ritmo de la inflación, por lo que muchos hogares sienten que sus ingresos ya no alcanzan para cubrir lo básico, más las obligaciones financieras.
- Uso creciente de las tarjetas como forma de financiamiento cotidiano. En algunos casos, los usuarios pagan lo mínimo del resumen, en otros ni eso, lo que agrava la mora.
- El crédito al sector privado crece fuerte en algunos períodos, lo que hace que proporcionalmente haya más exposición al riesgo.
Cómo salir de la mora
Frente a este escenario, aparecen algunas alternativas para no quedar fuera de juego:
Financiación automática del saldo impago: los bancos suelen refinanciar de manera automática el resumen en cuotas. Esto permite diferir el pago total, aunque con intereses que encarecen la deuda y con un límite de compra más chico mientras se pagan las deudas. La ventaja es que se puede precancelar en cualquier momento.
Préstamos personales o de consolidación: otra opción es pedir un crédito bancario para saldar la tarjeta y luego pagar una sola cuota fija mensual. Puede ser atractivo si la tasa ofrecida es menor a la de la tarjeta. Además, permite juntar varias deudas en un único préstamo, simplificando la organización.
Negociar con el banco o la emisora de la tarjeta: en casos más complicados, siempre está la posibilidad de acercarse a la entidad y proponer un plan especial. Eso sí: es mejor hacerlo antes de caer en mora porque, una vez dentro, los costos y las trabas suelen ser mayores.
El aumento de los atrasos con las tarjetas refleja que muchas familias llegan ajustadas a fin de mes. Sin embargo, conocer estas alternativas puede marcar la diferencia entre mantener un buen historial crediticio o quedar marcado en el Veraz, lo que puede plantear dificultades inmensas hacia el futuro. El consejo es claro: no esperar al último momento y buscar una salida antes de entrar en mora.