“Tu papá le salvó la vida al mío”, le dije. “¿Me estás jodiendo?”, me contestó Roberto Canessa, uno de los sobrevivientes de la epopeya de los Andes, minutos antes del comienzo de una entrevista. Le conté cómo su padre había rescatado al mío, siendo adolescente, en el mar de una playa uruguaya, cuando estaba a punto de ahogarse. “Quizás ni vos ni yo deberíamos estar acá”, agregó antes de narrarme su relato tantas veces contado, pero con renovada capacidad de sorprender, sobre el cruce de la cordillera, junto a Nando Parrado, para auxiliar a los 14 compañeros que los esperaban refugiados en los restos del fuselaje del avión que se había estrellado 72 días antes. “¿Pero sabés qué día nos salvamos? El décimo, aquel en el que escuchamos en la radio que los rescatistas suspendían nuestra búsqueda porque nos daban por muertos. Ese día supimos que dependíamos de nosotros mismos”, me dijo Canessa.
Rumbo a la Meca
La Argentina espera la concreción de un salvataje para esquivar una de sus cíclicas crisis. Javier Milei viajará la semana que viene a encontrarse con Donald Trump, precedido por la incursión preparatoria que el ministro Luis Caputo ya lleva adelante en Washington y que tiene como punto neurálgico las conversaciones con el secretario del Tesoro Scott Bessent. Fue un tuit providencial de este último lo que frenó el 22 de septiembre un lunes negro para los mercados. El anuncio de una asistencia potencial de 20.000 millones de dólares calmó las aguas por unos días, luego de los cuales las turbulencias regresaron, de la mano de ambigüedades discursivas de los funcionarios norteamericanos, atendiendo el frente interno de reclamos por el rescate prometido. Es ese estado alterado, tejido con imprecisiones y desconfianza, el que Milei busca revertir con su peregrinación a la Casa Blanca, donde espera anuncios de “efectividades conducentes” que contengan la ansiedad de los inversores.
Opiniones divididas en Tucumán por el show musical de Javier MileiTenemos una larga y frustrada historia de invocaciones a salvadores. Esa inclinación suele derivar de una renuncia previa a la propia responsabilidad y de una fe ciega en una figura iluminada que resuelva los problemas que hemos creado. No se trata, en la actual instancia, de rechazar una ayuda externa sino de comprometer el máximo esfuerzo propio para salir del pozo en el que periódicamente caemos.
La fragilidad argentina, claro está, no es consecuencia exclusiva de la actual gestión. Una tradición de incumplimientos y desaciertos alimenta la desconfianza de argentinos y extranjeros sobre nuestro compromiso y nuestro porvenir. El gobierno de Milei, después de inaugurar una notable etapa de 22 meses de equilibrio en las cuentas públicas, descuidó la construcción que permitiría consolidarlo progresivamente como política de estado. Mientras tanto, integrantes del gobierno que entregó la última antorcha del poder, apoyándola en un polvorín inflacionario, critican hoy los errores de la conducción económica y política. Tienen argumentos para hacerlo, y escasa o nula autoridad moral.
Espert no tenía quien le escriba
Vivimos en una Argentina con un paisaje en el que se cuelan escenas mexicanas. Primero fue Rosario. En los últimos días, los escabrosos detalles del triple crimen de Florencio Varela.
Con esa sombra de fondo, se desarrolló el folletín protagonizado por José Luis Espert, el frustrado candidato de LLA en la crucial elección bonaerense. Después de una entrevista televisiva con Pablo Rossi -que debería servir, en los entrenamientos de líderes políticos, como instructivo de lo que no hay que hacer -, Espert subió un video a sus redes en el que leyó una serie de páginas que oscurecieron más lo que ya era oscuro. ¿Quién lo asesoró en la redacción de ese guion y en el ensayo de esa interpretación? Consciente de que debía sumar explicaciones, ofreció una nueva entrevista -esta vez en Radio Mitre- en la que se quebró. Clint Eastwood se transformaba, a esa altura estérilmente, en Andrea del Boca.
"Fred" Machado dijo que José Luis Espert recibió U$S200.000 durante la campaña de 2019Todo terminó con una renuncia tan inevitable como tardía. La improvisación política trasciende a Espert. ¿Nadie en el equipo de campaña sospechó que el kirchnerismo ahondaría en un caso con detalles conocidos desde hace seis años? La segunda en la lista de candidatos es Karen Reichardt, ex vedette arribada a la política hace dos meses, recordada por su papel en la serie Brigada Cola y por una tapa de Playboy en los 90. La interpretación oficialista de que el candidato caído puede ser sustituido por el que le sigue del mismo sexo -Diego Santilli- y el pedido de reimpresión de boletas con un costo de unos $15.000 millones aguardan la convalidación de la Justicia electoral.
Amputado el miembro gangrenado, el Gobierno debe recuperar la iniciativa perdida. Y para eso necesita generar novedades que abran el camino. Después de meter en el arco pelotas que iban afuera, el ex arquero de Chacarita -ahora presidente- anunció un futuro cambio, aunque sin precisiones, en la composición de su equipo de conducción, junto a una apertura política para concretar reformas estructurales. “Se hace camino al andar” decía Machado -no Fred, el presunto narco, sino Antonio, el poeta-.
Educando a un presidente
“Presi, ¿vio que ya no insulto más?”, le dijo Milei a Mauricio Macri, quien regresó a Olivos después de un año sin recibir invitaciones. Una de las condiciones que imponen el gobierno norteamericano y el Fondo Monetario para consolidar su ayuda es la moderación y la construcción de un entramado político que brinde sustentabilidad económica. El irascible Trump -paradojas de la vida- le pide afabilidad a su amigo argentino.
Milei presentó su nuevo libro: “No aflojen, estamos a mitad de camino”En Pigmalión, George Bernard Shaw cuenta la historia de un profesor de fonética que le apuesta a un amigo que, en seis meses, puede transformar a una chica de la calle en una dama inglesa. ¿Podrá el huracán Milei, en pocos días, convertirse en un político mesurado y en incipiente líder de una coalición suficientemente amplia para contener las dudas de mercados y votantes? ¿Es posible un mileísmo de buenos modales o es un oxímoron? El analista Rosendo Fraga suele decir que es más fácil que un político cambie de ideología que de carácter. No obstante, el experimento avanza.
“Sumar fuerzas para frenar a Milei” es el lema de la campaña k en la provincia de Buenos Aires. Moderándose, el Gobierno debilitaría el argumento k entre los votantes centristas permeables al eslogan. Natalio Botana, uno de los últimos guías sabios en nuestro laberinto, marcó el camino durante su estadía en Tucumán: “La historia muestra que la salida siempre se da por el centro”.
Y la banda siguió tocando
Este lunes, durante la presentación del nuevo libro de Javier Milei, su banda musical - con los diputados Bertie Benegas Lynch en la batería y Lilia Lemoine en el coro- interpretó algunos de sus hits, con la ronca voz presidencial como protagonista. La construcción del milagro es el título del libro en el que se resaltan los logros macroeconómicos de la gestión, contrastándolos con la herencia recibida. Ese es el eje de una campaña en la que se plantea que no debería desperdiciarse el sacrificio, en medio del cruce del río hacia una orilla promisoria, frente al riesgo del regreso al pasado.
Lejos de una versión moderada de sí mismo, apareció en el escenario el Milei exaltado de los orígenes, en comunión con sus jóvenes seguidores y generando inquietud o desconcierto en las audiencias maduras. Ecléctico, pasó de entonar canciones de Charly García y Nino Bravo a reflexionar sobre el Holocausto o analizar el “teorema de Coase”.
El recital rockero del Presidente se celebró en medio de una crisis de campaña y en un clima económico volátil. La disrupción pudo desviar la atención de la candidatura fallida de Espert pero los gestos festivos son riesgosos en las inmediaciones de contextos delicados. El 10 de diciembre de 2013 Cristina Kirchner bailaba sobre un escenario de Plaza de Mayo mientras Tucumán, a causa de un motín policial, era un territorio liberado en el que se producían saqueos y muertes. Amado Boudou, ocasional guitarrista de La mancha de Rolando, cantó por última vez con el líder de la banda en 2020, en el penal de Ezeiza, mientras estaba detenido -por el caso Ciccone- como presunto líder de otra banda.
A los inversores les preocupa la música de una banda de otra naturaleza. La que marca el techo cambiario que, según afirmó Milei el domingo, no se toca, aunque el mercado descuenta una flotación a partir del 27 de octubre. Termómetro prioritario del nerviosismo argentino, el Gobierno necesitará contener la fiebre de la demanda de dólares hasta el viernes de la semana electoral. Pero sin superar los límites de drenaje que indiquen un sacrificio de reservas adjudicadas al pago de bonos que vencen en 2026 ni un despilfarro de los préstamos externos. La dolarización volvió al debate interno de opciones en la mesa chica, como recurso in extremis.
Y la nave va
El Gobierno juega todo al 26 de octubre. “La Libertad Avanza o la Argentina retrocede”, resume Milei. El destino de la gobernabilidad, en buena medida, se cifrará en la lectura del mercado plasmada en la apertura financiera del día siguiente. No será fácil interpretar con claridad el mapa de resultados. ¿De qué color debería pintarse, por ejemplo, la performance de Osvaldo Jaldo, cabeza de un frente que incluye referentes kirchneristas y en su momento primer gobernador peronista aliado -con buena relación latente- del oficialismo nacional? Milei deberá trabajar, con señales claras, en la conformación de una imagen amplia de potenciales afinidades extrapartidarias que podrían aportar sustento político en el segundo tramo de gestión. Después del desembarco agresivo en sus distritos y de los problemas de imagen del oficialismo, casi todos los gobernadores prefieren esperar la definición electoral antes de acceder a los pedidos de fotos.
Cruzando el río, por momentos asemejado a un mar bravío con olas de ilusión y desencanto, los argentinos nos dirigimos a la orilla electoral que abrirá un nuevo capítulo de nuestra convulsionada historia.