La violencia vinculada al narcotráfico en Brasil sigue en aumento. En Río de Janeiro, la organización criminal Comando Vermelho (CV) -una de las más poderosas del país- “prometió represalias” y encendió las alarmas de las fuerzas de seguridad. En ese contexto, el abogado Carlos Broitman, especialista en temas de narcotráfico, analizó la situación en una entrevista con LN+ y lanzó una advertencia contundente: “La capacidad de fuego de esta banda es inimaginable.”

Broitman explicó que el conflicto en Río de Janeiro supera los límites de lo que se conoce públicamente. “No hay una comprensión total de lo que pasa en Río. Hasta trajeron armas de los Balcanes”, señaló, en referencia al ingreso de armamento pesado desde esa región europea.

Durante los allanamientos realizados en el complejo de favelas Penha, las autoridades brasileñas encontraron también un fusil FAL de fabricación argentina, lo que confirma la extensión internacional de las redes de tráfico.

El abogado sostuvo que detrás de estos enfrentamientos existe un enorme mercado negro de armas y tecnología militar, que no solo alimenta la violencia sino que la profesionaliza: “Hay un mercado negro para comprar armas y drones que puede llegar a comercializar hasta US$500 millones. Por eso en Brasil muchas personas murieron a sangre y fuego”.

Consultado sobre la posibilidad de encontrar una salida pacífica, Broitman fue categórico: “Esto no tiene solución si no se aplica mano dura. Por otro lado, este problema tiene su incumbencia política”.

El especialista advirtió que el contexto judicial brasileño enfrenta un dilema entre el garantismo penal y la seguridad pública. “Cuando se pone en peligro la vida de terceros y se pone en riesgo la seguridad pública, el garantismo tiene un límite”, afirmó.

Incluso fue más allá al considerar la necesidad de una intervención internacional: “En mi opinión, en casos como lo que está pasando en Río, lo mejor sería llamar a una intervención de Estados Unidos”.

Para Broitman, el narcotráfico en Brasil no solo representa un desafío policial, sino un entramado con profundas conexiones políticas, económicas y judiciales.

“Lamentablemente, en estos episodios de violencia muchos murieron a sangre y fuego”, concluyó el abogado, al describir un panorama que -según sus palabras- parece no tener solución a corto plazo.